Jacques Brel – Las preferidas y Las Marquesas

El resultado de la encuesta ha sido el esperado: Canción que más gusta al personal, Ne me quitte pas, y canción que el personal cree que le gusta más al jefe Ne me quitte pas. De lo cual se extrae una primera conclusión: El personal tiene buen gusto y supone que el jefe no lo tiene malo.

Pero esa no es mi preferida aunque probablemente sea la mejor. Seguro que si fuera menos famosa me pondría absolutamente talibán defendiéndola, pero las preferencias a veces se decantan hacia algo menos conocido, que se siente así como más propio, o al menos eso me sucede a mí. En cualquier caso honremos a la ganadora:

Volviendo a las encuestas, la única canción que se ha quedado sin un solo voto en las dos ha sido Les Bonbons, una inmensa sátira del remilgamiento de un opositor a novio tonto del año. Si algún arrepentido quiere escucharla, sólo tiene que dar aquí e irá a parar allí (donde están todas).

Y la otra que tampoco había votado nadie como su preferida, era precisamente la mía: Les Vieux. Pero a última hora alguien de muy buen paladar la ha elegido, y debe ser uno de los que también ha acertado pensando que era mi favorita, nada menos que un 23% de los participantes. Casi uno de cada cuatro me han calado y como no recuerdo haber confesado a nadie mi predilección, agradecería me explicasen como lo han deducido, pues es una canción tristísima y tampoco creo ser yo tan deprimente ni estar tan enamorado de las cosas deprimentes. Bueno, un poco de cada puede que sí.

Alegrías aparte, Les Vieux me parece sencillamente perfecta, por letra, por música y por el encaje de ambas cosas. Y Jacques Brel la borda, aunque eso lo hace con todas.

Como la traducción de este duro poema no acaba de verse muy bien y tiene alguna cosilla dudosa, aquí dejo la mía, que es más dudosa aún pero es mía.

Los viejos ya no hablan, o si acaso sólo a veces de reojo.
Aún siendo ricos, son pobres, no tienen ya ilusiones y no tienen más que un corazón para dos.
En su casa huele a tomillo, a limpieza, a lavanda y al verbo de antaño
que aunque vivamos en Paris  todos vivimos en provincias cuando vivimos demasiado tiempo.
Y es por haber reído demasiado que sus voces se quiebran cuando hablan del ayer.
Y de haber llorado demasiado que las lágrimas aún les perlan los párpados.
Y si tiemblan un poco es al ver envejecer el péndulo de plata
que ronronea en el salón, que dice sí, que dice no, que dice: “os espero”.
Los viejos ya no sueñan, sus libros se adormilan, sus pianos están cerrados.
El gatito murió, el moscatel del domingo ya no les hace cantar.
Los viejos no se mueven ya, sus gestos tienen demasiadas arrugas, su mundo es demasiado pequeño.
De la cama a la ventana, después de la cama al sillón, y después de la cama a la cama.
Y si aún salen, brazo encima, brazo debajo, vestidos de pergamino
es para seguir al sol el entierro de uno más viejo, el entierro de una más fea.
Y en lo que dura un sollozo olvidar por toda una hora el péndulo de plata
que ronronea en el salón, que dice sí, que dice no, y luego, que les espera.
Los viejos no mueren, se duermen un día y duermen demasiado tiempo.
Se cogen de la mano, tienen miedo de perderse y sin embargo se pierden.
Y el otro se queda allí, el mejor o el peor, el dulce o el severo.
Eso no importa, el que queda de los dos se encuentra en el infierno.
Quizá le veréis,  alguna vez la veréis, en la lluvia y en la pena
atravesar el presente excusándose ya  por no estar ya más lejos
y rehuir ante vosotros una última vez el péndulo de plata
que ronronea en el salón, que dice sí, que dice no, que les dice: “te espero”.
que ronronea en el salón, que dice sí, que dice no y luego, que nos espera.

Otra interpretación, ésta subtitulada en inglés.

Para acabar, podemos despedir a Jacques Brel con la canción con que él se despidió de nosotros, la última pista de su último disco. Se trata de Les Marquises, que no estaba en la selección que hice porque no es demasiado conocida, ni quizá es muy llamativa en una primera audición. El titulo se refiere a las islas de la Polinesia francesa en las que, siguiendo los pasos de Paul Gaugin, se retiró durante sus últimos años rompiendo con su forma de vida anterior y en donde se halla su tumba, a escasos metros de la del pintor. De ahí que la canción, un poema con vivas descripciones de la vida en las islas, se haya convertido además en un símbolo del testamento existencial de ese gran artista. Hace poco ha sido empleada como elemento del propio argumento de la, para mí, interesante película de Arnaud y y Jean-Marie Larrieu Pintar o hacer el amor. Y mis avispados lectores habrán ya deducido a que se debe el cambio de formato de estas encuestas, con esas palmeras tropicales que wordpress ha puesto casualmente a mi disposición.

Traducción y original, por si alguien echa una mano y quitamos alguna metedura de pata.

Y muchas gracias a todos los que habeis votado por seguir el juego, y a todos por seguir aguantando las tonterias del jefe.

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Acerca de José Luis

Las apariencias no engañan
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7 respuestas a Jacques Brel – Las preferidas y Las Marquesas

  1. maac dijo:

    Bueno, qué quieres que explique, me hice un lío tremendo, al final no recordaba ni lo que había votado que le gustaba al jefe. Votar la que me gustaba a mí lo dejé para última hora de las dudas que tenía, y a última hora voté, luego me arrepentí del voto, pero estoy seguro de que habiendo votado cualquier otra me hubiera pasado lo mismo; pues bien, me di cuenta de que me confundí y votando la que le gustaba al jefe voté la que me gustaba a mí y/o al revés, con contra de desde entre hacia hasta para por; tampoco estoy muy seguro. De lo único que estoy seguro es que también me arrepentí de haber votado X como la que más le gustaba al jefe -cuando recordaba lo que había votado que más le gustaba al jefe-. Hace unos minutos, en un momento de lucidez mental -esto me pasa muy de cuando en cuando-, recordé mis votos. Y es que había votado tanto en un caso como en el otro por Les Vieux. Y es lo lógico, a uno siempre le tiene que gustar lo que le gusta al jefe.

  2. Angels dijo:

    !Oye yo no haré repaso de gramática! solo diré que Les Vieux me ha gustado mucho,y que he llegado a la conclusión de que no quiero ser vieja nunca.Hay demasiadas cosas y vivencias bellas y gratificantes que no me quiero perder.
    Las Marquesas tambien me han gustado mucho !!como canta este hombre!!.Como no tenia ni idea de lo que le gustaba al jefe ,le puse la que más me gustaba a mi.
    Adiós y un abrazo

    • José Luis dijo:

      Y la canción que has escogido, supongo que será Ne me quitte pas, pero te has olvidado de decírnoslo… En cambio, tu conclusión está muy clara, y si hay que estar así, me sumo. Un abrazo también.

  3. kalamar dijo:

    Para tí elegí, pura intuición, JL, Les vieux y para mi la Fanette. Sobre Gauguin y las Marquesas, un buen libro: Vargas Llosa y su «paraiso en la otra esquina».
    ps,
    Preparados para el torbellino Gergiev?

    • José Luis dijo:

      Pues me quedo pasmado de tanta perspicacia. La Fanette es mi otra number one, y nunca he sabido si Fanette es más que un nombre propio. Faut dire…
      Vargas Llosa nunca me acaba de hacer el peso, pero con ese argumento y tu recomendación, me parece que voy a por el.
      PS
      Estoy de cuenta atrás, a punto del bocata previo. Con Gergiev ( y sus orquestillas) hay que ir bien alimentado.

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