Hoy por hoy, en la primera pantalla que devuelve Google al teclear en su buscador de imágenes el apellido Hassler, aparecen seis fotos del futbolista Thomas Hässler, tres retratos del famosísimo superintendente de vigilancia costera Ferdinand Hassler y uno del no menos nombrado compositor Wilhelm Hässler, un jugador de beisbol, una habitación de hotel, una lápida familiar y un par de cosas raras más. Pero de las diecisiete imágenes, sólo dos pertenecen a Hans Leo Hassler, a pesar de que este organista y músico alemán que vivió entre 1564 y 1612 es el autor de una de las melodías más cantadas de todos los tiempos, Mein G’müth ist mir verwirret, título que ni traducido y ampliado, Mi ánimo está confundido, es una doncella la responsable, va a satisfacer la curiosidad de nadie que desconozca la historia. Habrá que oírla, por ejemplo a la Capella Lipsiensis dirigida por Dietrich Knothe.
Claro que sí. La conocemos por Bach, que la usó repetidamente en su Pasión según San Mateo, pero lo que hemos oído es una canción profana de amor no correspondido perteneciente a la colección Lustgarten, neuer teutscher Gesäng, Jardin de placer, nuevas canciones teutonas, compuesta por Hassler alrededor de 1600, más de un siglo antes, y que debió llegar a ser muy famosa. Tanto, que Paul Gerhardt, un pastor luterano considerado con Martín Lutero el más importante escritor de himnos religiosos alemán, le pidió a su habitual colaborador Johann Crüger que arreglase un poquillo la música y le cambió la letra por una suya alusiva a la pasión de Jesucristo: O Haupt voll Blut und Wunden, Oh cabeza cubierta de sangre y heridas, que tampoco era exactamente suya como se verá ahora mismo.
El himno de Gerhardt se basó en un antiguo poema medieval escrito en latín, Salve mundi salutare , atribuido a Bernardo de Clairvaux pero que hoy se cree fue obra del también cisterciense Arnulfo de Lovaina. Dirigido a las distintas partes del cuerpo de Cristo en la cruz, Buxtehude le había puesto ya música en una de sus obras hoy más conocidas, Membra Jesu Nostri de la que podemos escuchar ahora el Ad Faciem con la estrofa que interesó a Gerhardt, Salve caput cruentatum, en la versión de Cantus Cölln y su director Konrad Junghänel.
Gerhardt, más que traducir, reelabora ese antiguo poema y con la música de Hassler adaptada por Crüger hace popular el O Haupt voll Blut und Wunden. Es este el himno que conoce Bach y del que emplea cuatro estrofas en otras tantas otros tantos corales de su Pasión según San Mateo: Erkenne mich, mein Huter y Ich will hier bei dir stehen, Nº15 y Nº17 en la primera parte, separados por un recitativo, y en la tercera, el O Haupt voll Blut und Wunden que encabeza el texto de Gerhardt y Wenn ich einmal soll scheiden, Nº54 y Nº62. Podemos escuchar el primero al Collegium Vocale Gent dirigido por Philippe Herreweghe.
Un auténtico experto en Bach debiera estar ya con el hacha a punto por si no he hecho bien los deberes y siguiendo la pista del O Haupt se me ha escapado la quinta ocasión en que Bach repite la melodía, en la segunda parte con el Nº44 y el título Befiehl du deine Wege, y la verdad es que ha ido de un tris. El caso es que a Gerhardt también le debió gustar la música de Hassler porque la usó para hacer otro himno, este sí con letra totalmente suya, del que Bach empleó la primera estrofa en la Pasión para esa quinta vez, la tercera en aparecer. Con lo cual se acaba Hassler en la Pasión según San Mateo, pero no en Bach, que aprovechó el citado Befiehl en
las los corales BWV 270 y 271, y otra estrofa del mismo que empieza Und ob gleich alle Teufel para la cantata Schau, lieber Gott, wie meine Feind BWV 153, siempre, claro, con la música de Hassler. Si alguien tiene ya dolor de cabeza, que sepa que le acompaño literalmente en el sentimiento y que a partir de ahora todo va a ir a mejor, porque lo que falta por hoy, que aún falta, es menos lioso y muy bonito.
Tres veces más usa Bach la melodía del pobre Hassler. Una, en el Oratorio de Navidad, Nº5 Wie Soll Ich Dich Empfangen, con texto también de Gerhardt. Y otras dos en las que ya no es un nuevo arreglo del socorrido coro. Primero, uno de esos maravillosos contrapuntos en los que oímos simultáneamente dos melodías distintas, una de ellas, el himno en cuestión. Se trata del Aria para contralto y coral Ich folge dir nach de la Cantata Sehet, wir gehn hinauf gen Jerusalem BWV159. Una absoluta preciosidad, que podemos disfrutar en la interpretación de Ruth Holton, soprano y The English Baroque Soloists, The Monteverdi Choir y The Trinity College Choir dirigidos por John Eliot Gardiner.
Aunque dudo haber provocado tanto interés como para que nadie lo haya reconocido ni le importe lo más mínimo, la letra del coro es el mismo Ich will hier bei dir stehen empleado en el Nº17 de la Pasión. Pero para la última y más gloriosa ocasión en la que recurre a la misma melodía, Bach prescinde de Gerhardt, que debió quedarse más planchado que su sello, y recurre a un texto de Georg Werner, del que afortunadamente para todos sólo he podido averiguar que hacía letras de himnos. Se trata nada menos que
de la del coral que cierra el Oratorio de Navidad, Nun seid ihr wohl gerochen, en la que el coro alterna y enlaza milagrosamente con la trompeta y la orquesta en una de las más magníficas composiciones del más magnífico de los músicos, interpretada a continuación por el Leipziger Universitätschor y el Neues Bachisches Collegium Musicum de Leipzig bajo la dirección de Max Pommer. Aunque el video empieza de forma muy prometedora y en sintonía con la exultante exultación que provoca esta barbaridad, va lamentablemente a menos y acaba pareciendo el prólogo de la retransmisión de una etapa del Tour, pero la versión está muy bien.
Y eso no es todo, amigos, porque, aunque no mucha, hay vida después de Bach: Segunda parte, aquí.
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ACTUALIZACIÓN (31/10/11)
El buen oído de mortadel.la ha descubierto la primera frase de la melodía en el coro Zwingt die Saiten in Cythara de la Cantata Schwingt freudig euch empor, BWV 36. Un par de veces, la primera en 0.14.
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ACTUALIZACIÓN (30/01/13)
Más apariciones de la melodía de Hassler, descubiertos buscando una cantata para pedir perdón: En las los dos corales de la Cantata BWV 135 Ach Herr, mich armen Sünder, Señor, a mí, pobre pecador, sobre textos de un pastor luterano llamado Cyriakus Schneegass, en el Preludio BWV 747 del mismo nombre, Ach Herr, mich armen Sünder y en este Preludio BWV 727 Herzlich tut mich verlangen.
Y, lo más interesante, también con el título de Scheneegass, el Preludio para órgano en modo Frigio, BuxWV 178, Ach Herr, mich armen Sünder, BuxWV, de Buxtehude, que se adelantó por tanto a Bach en usar la composición de Hassler. El organista es René Saorgin.
¿Continuará?
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ACTUALIZACIÓN (08/03/13)
Pues sí: Continúa con la aportación de David, especialmente interesante, pues, aunque a este paso acabará siendo mejor hacer una lista de las obras de Bach en las que no aparece la melodía, esta no es una más sino la primera (creo 🙄 ) en que eso sucede. Se trata del coral que cierra una cantata de Weimar, la BWV 161 Komm, du susse Todesstunde, Ven, dulce hora de la muerte, estrenada en 1715. El texto de la cantata es de Salomo Franck, un libretista habitual de Bach, pero precisamente los versos del coral en cuestión, Der Leib zwar in der Erden, En la tierra el cuerpo ciertamente (será por los gusanos devorado), fueron escritos a principios del siglo XVII por un autor de himnos llamado Christoph Knoll. Podemos escucharlo ahora en un ensayo del Chorus pro Music dirigido por Michael Driscoll.
Para poder disfrutar mejor de la contramelodía de flauta de que nos advierte David y que en el Youtube apenas se distingue, aquí sigue en la versión de Masaaki Suzuki y el Bach Collegium Japan.
Y eso es todo por ahora, amigos.
Me ha gustado mucho este post. Es curioso lo que da de sí una melodía en principio tan simple, y lo que ganan las melodías simples cuando Bach les hace unos arreglos.
Tan simple y Bach la escoge para ser prácticamente el «tema principal» de una de sus más grandes obras, que menuda vista. Y el uso en la Cantata de Navidad agota los calificativos.
Es que Bach era mucho Bach,, debía tener un cerebro ,que si le hubieran hecho un test para medir su coeficiente intelectual debía de ser un superdotado alto porque en sus obras no solo entran la sensibilidad ,sino las matemáticas y otros complementos,como la capacidad de trabajo
y su espíritu siempre elevado ,por encima de los problemas prosaicos que mueven a los demás
mortales,(aunque con el batallón de hijos que tuvo )no le quedaría otro remedio que trabajar trabajar ,trabajar y así siempre.Viva Bach por los siglos de los siglos.
Amén, y por apoyar lo de su cociente intelectual, buen cabezón también tenía 🙂
Excel·lent el treball que has fet. Amb Bach i els altres i també sense Bach ni els altres, la melodia original és bellíssima i està molt ben cantada.
Ni ombra de mal de cap.
Hi ha molta informació dispersa i la he agrupat amb molta por de provocar mal de cap, de forma que el teu comentari em deixa molt content.
Ostras, JL! esto si que es sacar provecho de las ideas de los demás; hasta el mismo Bach es un copiota. Y es que es tan dificil atacar el papel en blanco.. Me ha encantado este apunte que me hace a Bach Nuestro Señor un poco más terrenal. Espero con impaciencia la segunda parte.
Es una buena prueba de lo complejo que es el asunto de los plagios, pero para acabar con esta historia como puede que supongas, tendrás que esperar al tercer capítulo, que de donde salen dos, salen tres 😉
¡Ey, nada de que Bach fuera un copiota! Lutero partía de la base de que la música es el fundamento indispensable para la enseñanza y tomó himnos fáciles, algunos del canto gregoriano, otros nuevos y otros que eran canciones populares que conocía todo el mundo, pero con letra religiosa, de modo que la comunidad de fieles pudiera cantarlas en el acto. Esa práctica se utilizó muchísimo y, antes que Bach, varios compositores emplearon los corales que él constituyó como base de sus cantatas y pasiones.
Me ha gustado mucho la página y la información ha sido de gran ayuda. A parte que el toque de humor crea interés y no se hace nada pesado.
He encontrado la melodia tambien en la Cantata 161, con una contramelodía de flauta.
Muchas gracias, me alegra que mis tonterías te la hayan hecho un poco menos farragosa y más aún que esta recopilación te haya sido de ayuda para algo. Mañana me miro la 161 y la añado. Gracias de nuevo, y ya sabes donde estoy 😉
No sé si ya lo sabías, pero en la actualización puede verse que tu regalo viene con una guinda que lo hace todavía más interesante. Gracias!
Qué maravilla de entrada! He estado mucho tiempo buscando algo así y por fin, gracias a ti, lo he encontrado! Estoy muy feliz!
Gracias de nuevo!
Bienvenido, me alegra que hayas sobrevivido a este apunte 🙂
Supongo que habrás visto los otros dos capítulos de la serie. Y si usas el buscador o la etiqueta Bach, aquí encontrarás bastante sobre nuestro común admirado, incluida la serie EBNDCD (ElBachNuestroDeCadaDia), que, dada la anchura de criterio de esta casa, no es diaria sino mensual. Pero he mirado un poco apresuradamente tu blog y me parece que soy yo el que va a tener que buscar ahí…
He llegado a esa entrada buscando el origen de la canción y después de dar mil vueltas. Automáticamente me he convertido en seguidor del blog, sobre todo después de ver que la etiqueta más grande era Bach! 😉
En cuanto a mi blog es sobre todo un soporte para mi afición a Bach que si le viene bien a alguien pues ni tan mal y siempre es agradable poder intercambiar unas opiniones sobre el Kantor de Santo Tomás con alguien.
Un saludo!
Bachiano, hemos llegado a este fantástico blog realizando la misma búsqueda.
Yo tenía escuchado que el viejo peluca la tomó prestada de una «canción de taberna». Igual era la maravillosa canción original que debían cantar cuando el vino les ablandaba el corazón y recordaban amores perdidos de juventud.
Un abrazo para ti y otro para ¿José Luís? que creo que es el papá de este hermoso trabajo,
Manel.
Bienvenido y gracias, Manel, este trabajo es de la época en que trabajaba 😀 Desde entonces he aprendido que en el Barroco era una práctica, no habitual sino habitualísima, utilizar temas ajenos. Puede que la idea de que Bach escuchase la melodía en una taberna venga de que la original era «profana». Otra cosa es que tampoco podemos estar seguros de que Hanssler fuese el autor; quizás se la escuchó a un trovador.
Pingback: Tercer centenario de Homilius | Ancha es mi casa
Reblogueó esto en Música que siento.
Me atrevo a aportar dos opciones más a toda la maravilla ya escuchada:
https://eldiaadiariomusica.wordpress.com/2014/10/08/la-pasion-segun-san-mateo-3/
Un abrazo,
Manel.
Perdón, no había visto el resto de extensiones (MARAVILLA).
Mi aportación se ha convertido en material sobrante.
La música la tengo repe, pero el texto no. Y que alguien haya llegado a Bach via Peter, Paul & Mary, tiene tela 😀
Buen trabajo sobre la famosa melodía de Hassler que he oído tantas veces al escuchar la Pasión según S. Mateo de Bach. Pero una advertencia: Ni Bach, ni Hassler, ni otros compositores
escribieron jamas «tantas corales» como se dice en el trabajo.Escribieron, eso sí, tantos corales,varios corales, muchos corales. Quiero decir que no hay que confundir la forma musical «el coral, los corales, muchos corales» (masculino), con los conjuntos o agrupaciones que cantan y que a veces toman el nombre de coral, que aquí sí que es femenino: «La coral tal… dará un concierto…»
Cierto. Ya me advirtió hace años una vieja amiga. Si te fijas, en la segunda actualización ya uso el masculino. Gracias por decir también que te parece un buen trabajo.
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