La vida es el tiempo que hace. Son las comidas. Los almuerzos en un mantel azul a cuadros sobre el que hay sal vertida. El olor de tabaco. Queso brie, manzanas amarillas, cuchillos con mangos de madera.
James Salter – Años luz
O manteles blancos y copas ya sin vino después de una comida al aire libre en buena compañía; la vida magnánima.
Aunque en tales ocasiones no sea imprescindible la música, no estaría nada mal poder disponer en la sobremesa de un buen pianista, por ejemplo.
Schubert, Impromptu en Si bemol mayor Op 142 Nº 3. Evgeny Kissin
John Keats tenía un gusto más matizado: Dadme libros, fruta, vino francés, buen tiempo y un poco de música al aire libre interpretada por alguien a quien no conozca.
Esa foto y esa música me pone muy nostálgico, otoñal, como de tarde de lluvia con radio clásica de fondo.
Maac y sus momentos Nestcafé.
Pues sí. Era otoño y faltó poco para llover. Pero fué un momento café, no Nestcafé 😉
Prefigurant Chopin, enganyant-me Chopin quan em diu sóc Schubert i a l’inrevès. La vida és també literatura o sobretot literatura. Schubert mort de sífilis a poc més de trenta anys. Chopin de tubercolisis als 40. John Keats també de tuberculosos als 26. La…vida.
La curta vida, volies dir?
La tubercolisis no és una malaltia nova. És la tuberculosis. Sorry.
Es paraula per mots encreuats: «Per acabar amb la tisi pulmonar»
tu foto, JL, no te pide silencio? es el paraíso, con suave brisa y pájaros contentos.
Después, cuando refresque, entraría, Schubert, libros y un té.
Si; la música no es necesaria en esos momentos y prefiero el ruido del rio, el viento. Pero no le haría ascos, sobre todo cinco minutos después. Y esto es un blog musical 😉
Opinio como Kalamar. La música a veces potencia o enriqueze vistas,gustos, pensaminetos…pero a veces puede saturar una sensación..un momento..un tiempo que pasa..
De todos modos, reconozco que la foto trasmite un tiempo,un insatnte,un recuerdo,un flash. Genial.
De acuerdo, ya digo que no es imprescindible (antes había escrito ni necesaria) y en aquel momento no se me ocurrió pensar en ella. En el mismo sitio, unas semanas antes, había quedado así una mesa grande en la que había comido un grupo de ocho personas, preciosa. Y por lo que veo, coincidimos en que es una imagen muy sugerente.
Besos!
Fa poc conduia el cotxe per una autopista, no massa depressa, molt tranquil, no hi havia apenes trànsit, era una hora en la que el sol no sols no molestava sino que agraies la seva presència, la seva llum, la seva escalfor…i va sonar a la ràdio precisament música de piano de Schubert…només volia que, lo que havia de ser vint o vint i cinc minuts, hagués estat hores…i hores…
I amb que «poc» ens conformem, oi?
Lo mejor es que a partir de ahora, siempre que escuches el improntu de Schubert recordarás sin quererlo aquella cita, aquella mesa, el paisaje, la brisa, los aromas y, si me apuras, este post. He ahí el enigma de la música. La música no es nada sin la memoria. 🙂
Bueno, la verdad es que la música la he puesto luego, pero ahora sí que la asociaré, mientras no pierda la memoria, claro. 😉
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