Herman Melville – Yo y mi chimenea

Ejemplo perfecto de la verdad del dicho “lo bueno, si breve, dos veces bueno”, el delicioso relato de Melville Yo y mi chimenea, así mirado, sería aún mejor que su genial Bartleby, el escribiente. Con lo cual, aunque se tenga poca confianza en el que suscribe, es muy improbable que quién haya leído esta última no corra a hacerse con un ejemplar de esa otra obra maestra.

Yo y mi chimenea, pero no confundirse:

Aunque siempre digo “yo” y mi chimenea” como el cardenal Wolsey solía decir “yo y mi rey”, esta egocéntrica manera de hablar que me otorga prioridad sobre mi chimenea queda fuera de la realidad; en todo, salvo en la frase anterior, mi chimenea me precede. 

Una chimenea desde luego absolutamente real, aunque también un manifiesto de Melville (yo y mi chimenea nunca nos rendiremos) y un símbolo de la lucha contra la uniformidad en el que Vila-Matas puede hoy ver a la librería analógica resistiendo a la digital y huelga decir el significado que tendría para un freudiano ortodoxo. Pero esta maravilla, como la música, no necesita interpretación, explicación ni programa. Melville crea un personaje inolvidable, un nuevo arquetipo de obstinación distinta de la de Ahab, a su vez distinta de la de Bartleby, sus otros dos míticos tozudos, más sencillo y cercano este entrañable defensor de su chimenea.

Aún teniendo tan pocas páginas, no es un grave pecado anticipar un párrafo dedicado a uno de los secundarios, su esposa. Porque los protagonistas principales son, obviamente, el innominado narrador y su chimenea.

Y aquí so­lic­ito con to­do re­speto su per­miso, porque de­bo de­cir al­gu­nas pal­abras acer­ca de es­ta em­prende­do­ra es­posa mía. Aunque tiene casi tan­tos años co­mo yo, su es­píritu es joven co­mo el de mi yegua alazana, Trigger, que me tiró el otoño pasa­do. Lo ex­traor­di­nario es que, aunque procede de una fa­mil­ia reumáti­ca, anda recta co­mo un pino y nun­ca siente dolores, mien­tras que yo, con mi ciáti­ca, voy a ve­ces tan torci­do co­mo un viejo man­zano. Pero el­la no tiene ni siquiera un do­lor de mue­las. En cuan­to al oí­do, ay si se me ocurre en­trar en casa con las bo­tas polvorientas cuando ella es­tá en el desván. Y en cuan­to a la vista, Bid­dy, la doncella, les cuen­ta a las otras cri­adas del lugar que su ama puede ver una man­cha en el aparador directamente a través de la fuente de pel­tre pues­ta enci­ma para ocul­tar­la. Sus fac­ul­tades están aler­ta en sus extremidades y en sus sen­ti­dos. No hay ningún peli­gro de que mi esposa muera ale­tar­ga­da. La he visto de­spier­ta la noche más larga del año planifican­do su cam­paña para el día sigu­iente. La plan­ifi­cación está en su naturaleza. La máx­ima “lo que está he­cho, he­cho es­tá” no va con ella. Su lema es que lo que está he­cho es­tá mal he­cho y, más aún, que debe ser cam­bi­ado de inmediato. Una máx­ima terrible para la es­posa de un viejo soñoliento y soñador co­mo yo, que ado­ra el sép­ti­mo día de la se­mana por ser un día de descanso y que, por mi sabáti­co hor­ror al trabajo, soy ca­paz de dar entre semana un rodeo de quinien­tos met­ros para evitar la  visión de un hom­bre tra­ba­jan­do.

Adriana Calcanhotto – Resistiré

Acerca de José Luis

Las apariencias no engañan
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12 respuestas a Herman Melville – Yo y mi chimenea

  1. elena dijo:

    qué linda cover resistiré. No sé si mejor que la original..

  2. allau dijo:

    Peor no me lo podías vender 🙂 ¡Compro!

  3. angels dijo:

    Me compraré este libro !buena publicidad ! U.A.y adióooooos

  4. Neus dijo:

    Je, je. ¡Lo sabía!

  5. Vicicle dijo:

    Leí los Cuentos Completos de Melville en la edición DeBOLS!LLO de 2008, y recuerdo con agrado no sólo éste, también otros. He releído por encima el que tú comentas. Le encuentro un sentido del humor muy peculiar que me recuerda algo a Chesterton, pero sin el dulce sarcasmo del inglés. El fragmento de la mujer es magnífico, cuando concluye: «No cree en los años» 🙂

    • José Luis dijo:

      Y un poco antes: «…hubiera podido ser la esposa de Pedro el Grande o de Pedro el Gaitero. Cómo hubiera puesto en orden el enorme y complejo imperio del primeroon cuánto esmero hubiera elegido los trocitos de pimiento en escabeche para el otro». O luego, al cerrar el retrato cuando ella le está diciendo que es un viejo que no se entera de nada: «Ésa es la pobre anciana que me acusa de tiranizarla». Es genial.

      De Chesterton solo recuerdo el personaje del Padre Brown, pero creo que no he leido nada. Y aún tengo pendiente la biografia de Berlioz y ahora esos otros cuentos de Melville, que los voy a buscar. Gracias!

  6. Xavier C. dijo:

    He quedat per anar al teatre d´aquí a uns dies amb uns amics. Com mai està de més dir als amics que te´ls estimes, he pensat a portar-los un petit detall 3B. Abans d´aterrar al MET vaig anar a fer els deures: em va tocar carregar (sort que són petitons!) tota la tarda amb Bartleby, el escribiente, Benito Cereno/Billy Budd, La mesa de madera de manzano y Yo y mi chimenea però penso que amb ells quedaré com un reietó, no t´ho sembla? Gràcies per haver-me donat la solució! 🙂

    • José Luis dijo:

      Ja pots dir als teus afortunats amics que em deuen una. I que el de Benito i Billy no es pensi que surt guanyant per la quantitat. La mesa aquesta no la conec, acabo de veure l’argument (aquest Melville el faré el meu heroi) i si no es al recull de que m’ha parlat bicicle, et deuré aquesta a tu.

      Pots suposar la il•lusió que m’ha fet veure’t per aquí i no cal que et digui que seràs sempre rebut amb expectació i el somriure ja posat, però per si no ho suposaves i encara que no calgui, t’ho dic. Mai està de més. 😉

      REIETÓ m.
      || 1. Rei d’un Estat petit; cast. reyezuelo. Pren per avís | centurió | e el reyetó | que obtingueren, Spill 12190.
      || 2. Nom afectuós que es dóna a infants o a persones molt estimades. Para la taula, Angeleta, el meu reietó, Cerdà Angeleta 245.
      || 3. Ocell de les espècies Regulus cristatus i Regulus ignicapillus (pir-or., or., mall.); cast. reyezuelo. Reyató, petit aucell: Hic Regulus, hic Regaliolus, hic Trochilus, Lacavalleria Gazoph. Ous de tota classe d’aucells, des del reyetó fins a l’àliga, Bosch Rec. 106.
      || 4. Ocell de l’espècie Sylvia rubecula (Garrotxa); cast. pitirrojo. (V. ropit).
      || 5. Papallona d’ales vermelles i blanques (Plana de Vic).

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