Sin bombo ni platillos, el próximo martes vuelve a Barcelona y, si no me equivoco, se estrena en L’Auditori, la violinista alemana Isabelle Faust, con su habitual Alexandre Melinkov en el piano y el violoncelista Alexander Rudin completando el trío. Una muy buena muestra de su categoría puede apreciarse en el video que sigue, en el que, con el Stradivarius Bella durmiente del bosque y Alexandre Melnikov, interpreta a Beethoven hace una deliciosa interpretación del feliz y soñador Beethoven del Allegro moderato de la Sonata No 10 en Sol mayor, op. 96. “El canto del gallo”
Aquí empezarán con las Fantasiestücke de Schumann, que, aunque en el programa no se hagan más precisiones, no serán desde luego sus conocidas piezas para piano solo, sino el trío op. 88, unas delicadas miniaturas que compuso pensando en interpretaciones domésticas y que revisó años después bajo ese título, Piezas de fantasía. Criticadas por el dominio del piano, su melódico Duetto, se desmarca desde el título de esa acusación, como podemos comprobar escuchándoselo a unos jóvenes y aventajados estudiantes que satisfarían con creces las expectativas de Schumann, aunque en el público haya quien se muestre indiferente (o lo finja) y la más emocionada sea una jovencita.
Seguirán luego con el Trío en Mi bemol mayor, op 70/2 de Beethoven, el pariente pobre del 70/1 (Trío de los espíritus), culpable únicamente de la enorme seriedad de su hermano mayor. Escúchese si no su tercer movimiento, Allegretto ma non troppo, que reunía las condiciones requeridas para protagonizar el concurso del mes (no muy conocido, sin palabras, breve, y bonito), pero que al ser sacrificado ahora perderá la primera, porque es realmente precioso y a partir de hoy va a ser muy popular. Al principio suena a Mozart y luego mucho más a Haydn, lo cual tampoco era nada malo para el concurso, es una pena. Lo interpreta el Trío Parnassus.
El recital acabará con el Trío en sol menor op. 15 que Smetana compuso en memoria de la segunda de las hijas que perdía. La obra, muy interesante, se inicia con un duro primer movimiento, Moderato assai, cargado de desolación, angustia y furia.
Pero en vez de instalarse en el dolor y continuar con el habitual adagio en el que explayar su tristeza, Smetana sigue con un expresivo Allegro ma non agitato en el que evoca la vitalidad y la alegría de la hija, la felicidad y la ternura de que disfrutó con ella, hasta que cerca del final se interpone una marcha fúnebre que trata de imponer la realidad del presente. Atención al arranque, con unas escalas que podrían anunciar una obra de Piazzolla.
En el último movimiento, también con un tiempo muy explícito, Finale: Presto, la rabia alterna con una tristeza impregnada de ternura y añoranza, cada vez más serena, que tras un nuevo pasaje fúnebre concluye con un poderoso final en el que todo se transforma en decisión y fuerza.
En Youtube está también la interpretación de un trío liderado por el gran Josef Suk, pero la de estas nada famosas Susanna Yoko Henkel (violin), Monika Leskovar (cello) y Milana Chernyavska (piano) me ha gustado bastante más. A ver qué tal el martes.
EL POST
No es justo. Beethoven debiera competir en otra liga, o con la mitad de cuerdas y teclas que los demás. Schumann siempre amable, la preciosa melodía del segundo movimiento y el vigoroso final del trío de Smetana, pero la música con mayúsculas, la composición, el equilibrio, la belleza, la emoción, la sorpresa y la música con mayúsculas la ha puesto Beethoven. Y la perla, este Allegreto que interpreta aquí el Trio Parnassus.
Isabelle Faust, muy expresiva, todo lo agresiva o delicada que las circunstancias requerían, conversando con un Alexandre Melnikov soberbio, con una fuerza, una musicalidad y una soltura espectacular, dos solistas de primerísimo nivel que llevan tiempo trabajando juntos y que están claramente por encima de Alexander Rudin.
Tres cuartos de platea, más de lo que esperaba y menos de lo que merecían los músicos. A la quinta salida, propina presentada por Alexandre Melnikov en un inteligible castellano: Tercer movimiento, Final en estilo alemán del Trío para piano en mi bemol Hob XV:29 de Haydn, ahora por el Taipei Fine Arts Trio
Se agradece, se agradece volver a las esencias camerísticas después tanto atracón de estos últimos días. Sin menospreciar a Schumann y Smetana, en absoluto, escuchar cámara de Beethoven siempre te deja «con el ánimo suspendido ante algo extraodinario». O sea, absorto. Real academia dixit. 🙂
Sí, sí, la esencia de la esencia. De éste, con un trio tienes para una semana. Pero ¡qué tercer acto! ¡y qué celo, y qué oboe y qué coros! ¿No se te pone cara beatífica al recordarlo? (Aunque, ahora que pienso, tenías otra cita en la capital… igual se te ha borrado…)
Por cierto: No te olvides de las pistas del juego, que ya sé que te encantan
Me chiflan! 🙂
Con el ánimo suspendido ante algo extraordinario… qué razón tenías!
A Josep le pasa como a mi ,que los concursos le ponen de los nervios.Porque esta vez no quieras saber la cantidad de «laudates» que he escuchado .Pero queda demostrado que soy inepta para los concursos .!!que se le va a hacer !! no se puede ser «bueno en todo !! ja ja y ja U.A.y adióooooooos
Y al menos te has quedado a gusto, bien laudada.