Cecilia Bartoli, tratando de imponerse entre un oboe y una trompeta enfrentados en su propio duelo, en la propina que ofreció ayer en el Concierto de San Silvestre de la Filarmónica de Berlin (que durante un par de meses podrá verse aquí) , el Aria de Melisa del Amadis de Gaula, un Handel de los que cargan las pilas para todo el año.
Previamente, el reto lo había tenido ella con el oboísta, que no se le quedó a la zaga ni en virtuosismo, ni en arte, ni en simpatía, en el Recitativo y Aria de Agilea, de Teseo. Es digno de verse.
Fantásticos los de Berlín aun interpretando barroco, ya tengo las pilas cargadas, pobre del que se cruce en mi camino.
Sí, esa es la otra cosa que llama la atención, lo bien que suena una orquesta en lo que no es su repertorio, hasta que no les dé la gana, por lo que se vé.
Veo que has superado perfectamente la noche de fin de año 🙂
¿tenía razón o no ? esto es un concierto y no los valses de la Sinfónica de Viena (a los que tengo manía porque escatiman a las mujeres en sus filas) .Ayer fuí contando y al final habían 3.!Ya les
vale! U.A.y adióoooos
Tenías toda la razón, y puede que si no me lo recuerdas se me hubiera pasado, o sea que mil gracias!
Vaya…salgo del campamento base para ver que hay por aqui y me encuento con lo mismo! 🙂 He escuchado todo el concierto y el nivel del barroco de una orquestra que no es del «barroco» es…es…pues es sensacional! Y con lo de la señora Bartoli ya no podemos hablar de niveles. Más bien de estratos. Estratos estratosféricos, evidentemente! 🙂
Es que, dado el temporal, he salido de avanzadilla 😉
De Bartoli ya lo sabemos, y de la Berliner lo debieramos saber, pero ha sido quizá lo más llamativo. Empezamos bien el año.