Nunca un hombre alcanza mayor altura que cuando va sobre los hombros de su padre.
Juan José Millás – El desorden de tu nombre
P.S.
Nunca un hombre alcanza mayor altura que cuando va sobre los hombros de su padre.
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Muy divertidos los dos vídeos, José Luis. En referencia al segundo, una conclusión: el fenómeno casteller no conoce fronteras de religión ni cultura… 🙂
Deformación profesional, a mí ni se me había pasado por la cabeza. Y no es una mala lectura.
A mi nunca mi padre me llevó a «caballito».Me mimaba bastante,pero como yo nací cuando mis padres se consideraban «jubilados» de estas tareas ya que mis hermanos son mucho mayores que yo;pues me he perdido la complicidad que tienen los padres actualmente.Pero no me quejo ,ya que fui todo lo contrario de una hija que llegó fuera de tiempo.Los padres tenían otra mentalidad !que le vamos a hacer! U.A.y adióoooos.
Los pequeños de familia numerosa pillabamos a los padres ya escarmentados 🙂 Aunque es verdad que son tiempos distintos.
El 2º video es entrañable.No puedo imaginarme a mi padre haciendo semejantes ejercicios.U.A.y
adióooooooos.
Tampoco es que haya mucha complicidad, que el padre va a lo suyo 🙂
te lo puedo copiar para mi blog?
me encanta!!!
Ni se te ocurra 🙂 Supongo que lo que te ha hecho más gracia es lo del anxaneta, pero puedes llevarte lo que quieras, y hasta sin citar «las fuentes»