– Pocas óperas con un arranque tan perfecto como el de Las Bodas de Fígaro, cuando tras la popular obertura, Mozart empieza a poner música al estupendo libreto de Da Ponte y en un par de arias sabemos quiénes y cómo son Fígaro y Susana, y lo que se avecina. Fígaro, entusiasmado tomando medidas, y Susana, que parece preocupada sólo por su modelo, pero, «la razón está aquí», en su cabeza, y cuidado Fígaro, que el «Ding Ding» -el que asomaba este mes- no vaya a ser «Dong Dong». Cinque, dieci y Se acaso madama. Genial.
– Pocas con barbaridades como el final del segundo acto: Seis números independientes, a lo largo de 937 compases, se pasa de un dúo a un trío, luego a un cuarteto, y así hasta alcanzar siete voces sin que la acción decaiga en ningún momento ni los personajes pierdan su propia caracterización. (de la wiki)
– Pocas con delicatessen a la altura del dictado de la carta con que, en el tercer acto, la condesa pretende desenmascarar a su marido, la famosa Canzonetta sull’aria, un dúo natural y perfecto,
muy bien escogido para que en la película Cadena Perpetua, el prisionero inocente rete a sus carceleros y al sistema, ganándose la consabida reclusión en la celda de aislamiento
La voz en off de Morgan Freeman dice: No tengo ni la más remota idea de qué demonios cantaban aquellas dos señoras italianas, y lo cierto es que no quiero saberlo. Las cosas buenas no hace falta entenderlas. Me gusta pensar que cantaban sobre algo tan hermoso que no podía expresarse con palabras, y precisamente por eso, te hacía palpitar el corazón. Os aseguro que esas voces te elevaban más alto y más lejos de lo que nadie viviendo en un lugar tan gris pudiera soñar. Fue como si un hermoso pájaro hubiese entrado en nuestra monótona jaula y hubiese disuelto aquellos muros. Y por el más breve de los momentos, hasta el último hombre de Shawshank se sintió libre.
– Y pocas con joyas como Me meschina, la cavatina en la que, al empezar el último acto, Barbarina se lamenta de haber perdido el broche que debía confirmar la cita entre el conde y Susana. Más de uno cambiaria toda su obra por este minuto y medio en el que Mozart derrocha sin reservas su genio, porque los genios no necesitan guardar nada para mañana.
Una propina para que aparezca el que faltaba, Cherubino, con su Voi che sapete.
Fígaro: Ruggero Raimondi
Susana: Kathleen Battle
Conde Almaviva: Thomas Allen
Condesa Almaviva: Carol Vaness
Cherubino: Frederica von Stade
Dr. Bartolo: Artur Korn
Marcelina: Jocelyne Taillon
Don Basilio: Michel Sénéchal
Antonio: James Courtney
Barbarina: Dawn Upshaw
Don Curzio: Anthony Laciura
James Levine. Jean-Pierre Ponnelle. Metropolitan Opera, New York, 1985
-♦-
Y con Mozart y Jacobs, la fiesta del próximo martes día 3 en el Palau, está asegurada. Prácticamente asegurada.
Siempre he sospechado que la claraboya del Palau me miraba mal e incluso amenazaba con dejarse caer sobre mis huesos. Espero que hayais encontrado alguna excusa, aunque sólo sea por Tutatís.
Ahora en serio. Las Bodas de Fígaro es la ópera más importante de todos los tiempos. Y, si alguien no se lo cree, que se joda.
Entonces, ¿te gusta o no? 🙂
No se lo que nos tocará a los agnósticos y dubitabundos, aunque en esto seamos casi creyentes fanáticos.
Según leo el comentario de Allau me da la risa tonta y ahora hago como que disimulo, pues estoy en una sala, rodeado de profesores silenciosos y aplicados.
Yo puedo reirme del tuyo sin disimular
Me refería a «reír con», pero no a «reír de». 😀
Si pongo emoticonos en el comentario, ¿se ven? Ahora lo compruebo.
Desde luego, también yo «con» (no se aceptan lecturas en lenguas extrañas, aunque no sean bárbaras)
Como soy un poco obsesa ,con lo que me gusta ; hasta me sé de memoria ,algunos fragmentos.
Para quien dude que Mozart ,era un super músico ,que escuche la ópera completita 🙄 U.A.y adióoooooos
Como puedes ver ahora ,pondré emoticones ,hasta en la sopa .Tengo que dominar el tema .!!Y como soy tozuda,pues ya ves!! Adióoooos
Me tienes 😯
Llevé a mi hijo con 9 añitos y en cada intermedio le ofrecía irnos. No es corta. La aguantó hasta el final y salió entusiasmado.
Eso, además. Y así se hace, nada de operas infantilizadas.
pero, JL, ésto sí es una ÓPERA!!
Todavía no tengo la entrada, sin decidirme todavía. Por cierto, no me has citado por la cuña de Cadena Perpetua 😉
Con mayúsculas, pero no sé a quien descabalgas. Si es a Agrippina, conmigo no cuentes.
Decídete por ir, que ya veremos si Jacobs acaba el ciclo. Respecto a la película, luego igual aparece un comentario mio, pero no recuerdo haberla visto en tus mares.
Pocas, pocas…pero que muy pocas! Y de las otras pocas va y resulta que son del mismo músico! 🙂
Sí, y son casi un género aparte. Y ya sólo quedan siete dias 😉
Y además el tandem Mozart-Jacobs es realmente fantástico. Un Mozart vitamínico, deslumbrante. No se me borrará La Flauta del año pasado. Dejó el listón muy alto.
Yo iría ,pero como el 5 tengo la inauguración de Ibercámera no quiero tentar a la suerte y tener 2 noches seguidas de paseo .(después de más de año y medio haciendo vida de clausura).
Me la pondré en DVD ,que es una versión muy buena 🙄 U.A.y adióoooos
Pires y la Sinfónica de Viena, Haydn, Mozart y Beethoven… me muero de envidia… podrías ir al Palau, que no te pasará nada, pero si te pasara, no me importaría aprovechar tu entrada 🙂 🙂 🙂 🙂 🙂
Venga hombre, apúntate…
1.- Clasicismo de 24 quilates. Oro puro.
2.- La London
3.- El Adam Fisher
4.- Y la pequeña-gran Pires
5.- Y con el pequeño-gran segundo de Beethoven…
6.- …que junto con el cuarto parecen estar compuestos para ella.
Sobran razones! 🙂
Pero faltan ciertos argumentos. Y te ahorras otro apunte 🙂
P.S: Creo que no es la London, sino la Sinfónica de Viena, que tampoco es la Filarmónica. De la inglesa tengo tal recuerdo que a lo mejor sacaba argumentos de donde fuese.
ondia si…tienes razón con la orquesta… Se me ha notado mucho cual es la verdadera pequeña-gran razón para acudir al concierto???????… 🙂
😀 😀 😀 y adióooooooos
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