Brahms – Liebeslieder, op.52 (2)

Die grüne Hopfenranke. Los verdes sarmientos de lúpulo.

Otro precioso vals, triste, porque el amado está muy lejos.



Los verdes sarmientos de lúpulo,
que serpentean sobre la tierra.
La joven, bella niña,
¡Qué tristes son sus pensamientos!

¡Escucha, verde zarcillo!
¿Por qué no subes al cielo?
¡Escucha, hermosa doncella!
¿Por qué te pesa tanto el corazón?

¿Cómo podría elevarse la vid,
sin nada donde apoyarse?
¿Cómo va a estar alegre la muchacha
cuando su enamorado está lejos?

————

—————–

Ein kleiner, hübscher Vogel nahm. Grazioso. Un pequeño, bonito pájaro.

Y otra simpatiquísima delicia, la segunda del concurso del mes, con una letra muy realista sobre la volubilidad de las convicciones y un cambio de tono muy expresivo. Sus notas iniciales calcan el Ding-Ding /Dong-Dong del duo de Marcellina y Figaro de la primera escena de la ópera de Mozart, que fue además el pasado “¿Qué es lo que asoma?

Un pequeño, bonito pájaro
alzó el vuelo
hacia un jardín,
donde había fruta en abundancia.
Si yo fuese un bonito,
pequeño pajarito,
No lo dudaría,
haría como él.

Pegajosas trampas
le acechaban allí;
el pobre pájaro
no pudo escapar.
Si yo fuese un bonito,
pequeño pajarito,
No lo dudaría,
no haría como él.

El pájaro cayó
en una hermosa mano,
que no le hizo ningún daño,
al muy afortunado.
Si yo fuese un bonito,
pequeño pajarito,
No lo dudaría,
seguro que haría como él.

Wohl schön bewandt. Dichosa y feliz.

Siempre alternando, ahora estamos ante un lamento por un amor que se ha convertido en indiferencia. Robert Shaw da descanso a sus coros y escoge a una contralto llamada Martha Hart.





Dichosa y feliz
estaba yo antes,
con mi vida,
con mi amor;
a través de una pared,
sí, a través de diez paredes,
me reconocía
la mirada de mi amigo.

Pero ahora, ay,
cuando ante ese témpano
estoy muy cerca
delante mismo de sus ojos
no me reconocen sus ojos
ni tampoco su corazón.



Wenn so lind dein Augen mir. Cuando tan dulcemente tus ojos.

Volvemos al chum-pa-pá del vals vienés  con  un eco de la canción de la pobre chica que solo pedía un hombre, uno sólo, para amarle. Parece que aquí lo ha encontrado.



Cuando tan dulcemente tus ojos
Me miran amorosamente,
se desvanece la última sombra
que me inquietaba.

El hermoso resplandor de este amor,
no dejes que se apague!
Nunca tan fielmente como yo
te amará nadie más.

Am Donaustrande. En la orilla del Danubio.

El éxtasis por la visión de una joven de rosadas mejillas y la convicción de que ningún obstáculo va a impedir lograrla; la música habla sola.



En la orilla del Danubio,
hay una casa,
una muchacha de mejillas rosadas
mira desde ella.

La muchacha,
está bien guardada,
diez barrotes de hierro
hay en su puerta.

Diez barrotes de hierro,
Esto es un juego;
Acabaré con ellos
como si fueran de vidrio.

O wie sanft die Quelle. Oh, qué suavemente la corriente.

Todavía el eco del vals del pajarito, ahora para confirmar la felicidad. Parece evidente que Brahms compuso estas piezas como una unidad.







¡Oh, qué suavemente la corriente
serpentea por el prado!
¡Oh, qué bonito es cuando el amor
encuentra el amor!





Nein, est ist nicht auszukommen. No, no es posible llevarse bien con la gente.

Un galope de indignación dedicado a los malpensados, es decir, a la gente en general.





No, no es posible llevarse bien
con la gente;
Maliciosamente todo lo saben
interpretar.

Si estoy alegre, eso es que soy
de costumbres licenciosas;
si estoy silencioso, quiere decir
que estoy loco de amor.

Acerca de José Luis

Las apariencias no engañan
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