Lady Day cumple cien años

Se cumple hoy el centenario del nacimiento de Billie Holiday, una de las más grandes cantantes de jazz del pasado siglo, si no la mejor, y no por su timbre, su virtuosismo vocal o su swing, sino por su capacidad para interpretar transmitiendo sus sentimientos y llevar la tragedia de su vida -y de la vida- a una canción, cantando de verdad -y la verdad-, con una intensidad emocional difícilmente igualable.

Su amigo y acompañante más habitual, Lester Young, la bautizó como Lady Day; ella le llamaba President, que quedó en Pres, o Prez. Fallecerían con cuatro meses de diferencia, en 1959. Aquí les vemos interpretando Fine and mellow dos años antes, en un video memorable en el que, por orden de aparición, intervienen como solistas Ben Webster, Lester Young, Vic Dickenson, Gerry Mulligan, Coleman Hawkins y Roy Eldridge, una colección de leyendas contagiadas por la forma de hacer de la cantante, compartiendo su sentimiento en una joya sin desperdicio. Los restantes músicos son Doc Cheatham (trompeta), Danny Barker (guitarra), Milt Hinton (contrabajo), Osie Johnson (drums), y otro famoso, el pianista, Mal Waldron.

Durante los ensayos del programa de TV al que pertenecen estas imágenes, The Sound of Jazz, Billie y Lester, que habían roto su relación ya hacía tiempo, se sentaron en extremos opuestos de la sala. El crítico Nat Hentoff recordaría después:

Lester se levantó, y tocó el blues más puro que yo había oído jamás, y [él y Holiday] se miraban el uno al otro, sus ojos estaban como entrelazados, y ella, con una media sonrisa, parecía hacer gestos de asentimiento. Era como si ambos estuviesen recordando lo que había sido, fuera lo que fuese. Y en la sala de control todos estábamos llorando. Cuando el show terminó, se fue cada uno por su propio camino.

Casi 20 años antes, en 1939, Billie Holiday, que había sufrido el racismo en sus carnes y en las de su familia, interpretó por primera vez Strange fruit, la canción que la haría internacionalmente famosa. La rara fruta que cuelga del árbol es el cadáver de un negro, y así la cantaba Holiday en 1959, poco antes de morir, con la voz ya muy gastada pero con toda su emotividad intacta.

Strange fruit

Y, de esa misma fecha, su despedida en su última aparición en público, en un show televisivo londinense llamado Chelsea at nine, pidiendo un imposible: Por favor, no habléis de mí cuando me haya ido.

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Acerca de José Luis

Las apariencias no engañan
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2 respuestas a Lady Day cumple cien años

  1. josep dijo:

    Excel·lent recordatori per a una de les més grans, sinó per veu, si per sentiment i interpretació, del jazz de tots els temps.
    Una abraçada Jose Luis

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