Esta atrevida canción es una vieja tonada popular que Tchaikovsky escuchó durante su visita a Italia, entre 1879 y 1880, y que convirtió en el tema principal de su Capricho italiano, un homenaje a un país que le encantó, en el que se escuchan otros temas populares y que se inicia con la fanfarria que sonaba en los barracones de un cuartel vecino a su hotel en Roma.
Orquesta Sinfónica de Galicia. Jesús López Cobos
Lo dijo el propio Tchaikovsky:
Gracias a sus encantadoras melodías, algunas de las cuales he tomado de colecciones folklóricas, mientras que otras las he escuchado en las calles, esta obra va a ser muy efectiva.
Cabe preguntarse si Babbo Non Vuole habría sobrevivido sin su intervención. Aunque aparece catalogada con el título La Treccia Bionda como «Canto popular romanesco» en 1862, la letra con que la grabó el más famoso intérprete de canciones populares italianas, Carlo Buti, es de 1934 (obra de Dino Oliveri, el autor de Tornerai, J’attendrai) y más de uno piensa hoy que la música pertenece al Capricho Italiano de Tchaikovsky:
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Ay, caramba, este Tchaikovsky. Ahora pienso que tal vez escogió esta melodía no sólo por la música, sino también por la letra y una cierta identificación autobiográfica… (Se he habría «curado su enfermedad» si hubiera visto el último youtube?)
jejeje!! Donde por cierto no hay ni una ragazza con la treccia…algo que a lo mejor pasa inadvertido si se fija la vista en otras cosas!
No sabia yo que la vision de reales mozas curara la depresión.
Hoy hago una excepción y como la «real moza» está como un queso.U.A.y adióooos..
No sería yo si no acabará con 😀 😀 😀 pero ahora no lo recordaba.
Muy melómanos todos 😀
¡Qué representación tan simpática la primera! Ha hecho mi viernes, más viernes todavía. La segunda dejémoslo en unas ilustraciones algo anacrónicas…
Esperemos que el sábado sea entonces supersábado y que todo sea muy propio del dia. 😀