Johann Sebastian Bach. Kunst Der Fuge. Contrapunctus 1, Pg.12
…esta realidad [la de la música de Bach] se desarrolla, a primera vista, como un objeto realista, relativamente cómodo de acceder y hermoso en apariencia; pero ante una mirada más serena e intentando profundizar en el revés de su trama se nos abren caminos agrestes, duros de transitar y cuyo final o el lugar a que conducen no es –no son, a pesar de nuestros esfuerzos- en absoluto claros y patentes; la perfección técnica envuelve la malla de la escritura con una nebulosa ambigua y engañosa: algo se nos esconde y algo se nos oculta cuanto más se nos dice y aquellas inmensas estructuras parecen ser como objetos que deslumbran al caminante, cegándole el camino, o impiden, con su masa, el paso de cualquier luz que pueda llegarle y, por el hecho de su presencia, le cierran los ojos con una peculiar tiniebla, la de la duda ante aquella dialéctica inmensa que sólo parece hablarse a sí misma y en ella misma se consume; en la ofrenda que nos hace y nos entrega, aquello que dice, lo hablado y la misma habla, el verbo que la articula, parecen confundirse, para venir a ser como fantasías de una sombra que al hablarse a sí misma sólo dice palabras que pueden sentido para su propia oscuridad pero no para los demás: este extraño sentimiento o intuición es único, o casi único, entre los compositores de Occidente.
Josep Soler – J. S. Bach. Una estructura del dolor.
Die Kunst der Fuge – Contrapunctus I. Glenn Gould
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Ancha es mi casa 
No puc dir res a les paraules de Josep Soler. Tampoc tinc coneixements musicals que m’ho permetin. Sí en canvi puc dir que després d’estudiar i tocar el preludi nº 1 BWV 846 del Clave ben temperat i ara que estic acabant de controlar els trinos del preludi en mi menor, BWV 938 continuo fascinada per la (aparent) simplicitat i al mateix temps la complexitat de les peces. Les repeticions d’estructures de compàs, traslacions, diàlegs i jocs entre la mà esquerra i la dreta, les intencions didàctiques amagades (ara t’obligarà a fer servir el dit 4 de la mà esquerra que és un dels més patosos) …i la bellesa senzilla que et permet tenir un gran plaer al tocar-les. Ja li he dit al meu profe, que sí, que sí, que hi ha coses genials, però la meva modesta pràctica serà feliç fins l’últim dia només tocant peces -de les senzilles, eh!- de JS Bach.
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(Si us plau, no m’enganxis les versions de Gould perquè va massa depressa i em posa en evidència
Menys puc dir jo, però m’agrada el que diu. Suposo que és un esglaó mes en la línia del que tu dius.
Un regalet
😀