Amadeus, perjudicial para la salud

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En un artículo escrito a raíz del descubrimiento de una pieza que quizás fue compuesta conjuntamente por Mozart y Salieri, Luis Gago resume las más contundentes descalificaciones de Amadeus, la película de Milos Forman:

Lo que había nacido como una parábola sobre la injusticia que supone la desigual distribución del genio entre los desdichados humanos, sobre los escasos dones de un probo y disciplinado compositor de corte en contraposición a los desmesurados de un jovencito anárquico y ciclotímico, acabó convirtiéndose en una suerte de biografía descafeinada, mentirosa y desordenada del autor de La flauta mágica. Shaffer se cubrió las espaldas en The New York Times al afirmar que “Amadeus no es una biografía llevada a la pantalla, sino una fantasía sobre acontecimientos de la vida de Mozart”. Pero los musicólogos se le echaron igualmente encima, espetándole una larga lista de aberraciones e inexactitudes históricas. Paul Henry Lang, figura respetadísima dentro del gremio, lanzó su anatema: “Amadeus, cualesquiera que sean sus virtudes como entretenimiento, resulta ofensiva en su injusticia tanto hacia Mozart como hacia Salieri, y desgraciadamente brindará a muchos una visión largamente distorsionada de estos compositores […]. A la larga, Amadeus es un revoltijo de ideas inutilizadas por su tergiversación de hechos documentados, por más que sea habilidosa y esté recubierta de un barniz de brillo cinematográfico”.

El recién fallecido Robert Craft, factótum de Igor Stravinsky y apóstol de la modernidad, eligió las páginas de The New York Review of Books para lanzar una brutal andanada bajo el ingenioso título de B-flat Movie, literalmente «Película en Si bemol», pero, al mismo tiempo, algo así como «Película de menos que serie B», en la que se ensañaba también con el incesante fragmentarismo de la banda sonora: “La música sangra en cada costura, hinchándose, desvaneciéndose, quedándose suspendida a mitad de frase”. Y arremetía asimismo contra el modo de presentar a ambos compositores, pues creía haber percibido en la relación entre ambos un “profundo fervor homoerótico”, ya que “los celos de Mozart que siente Salieri no logran ocultar un deseo de poseerlo, y en una escena tras otra el acicalado, satánicamente sombrío e intenso italiano se revela como el aspirante a seductor del desastrado, frívolo e inocente [austríaco]”. Hasta los pedagogos se levantaron en armas por mor de sus alumnos y Maurice Zam, entonces director del Conservatorio de Los Ángeles, sentenció desde su cátedra: “Amadeus es peligrosa para la salud musical. Puede impedir apreciar la música de Mozart, así como pervertir y emponzoñar la capacidad para la escucha inteligente de todo tipo de música”.

Kiri Te Kanawa, Frederica Von Stade, Jules Bastin. Orchestre Philharmonique de Strasbourg, Alain Lombard.

Acerca de José Luis

Las apariencias no engañan
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10 respuestas a Amadeus, perjudicial para la salud

  1. Josep Olivé dijo:

    Yo creo que es muy buena película. Es cierto que no es fiel a los hechos que parece ser ocurrieron en realidad. Y deseo enfatizar en el «parece ser», puesto que tampoco me atrevo a utilizar la expresión «hechos reales». El final de Mozart esta plagado aún de interrogantes pero en cualquier caso lo que se ve en la película tiene toda la pinta de no ser verdad. ¿Pero hasta que punto una creación, que no pretende ser un libro de historia ni sentar cátedra, debe sujetarse a una supuesta realidad? ¿Por qué no es posible «teorizar» con lo que pudo haber sido y no fué?¿Por qué no dejar volar la imaginación y crear una fantasía paralela a la supuesta realidad de manera que nos ayude a explicar cosas que no leemos en las biografías y en los libros de historia?¿Es que alguien cree que una película nos va a dar la clave verdadera de un personaje histórico? Yo creo sinceramente que la película nos habla de esa distancia insalvable que puede haber entre personas talentosas: la genialidad. Ese plus insuperable que posee el genio, y esa barrera imposible de saltar por una persona de talento, que precisamente por tenerlo es perfectamente consciente de que no puede ni proponérselo. De eso habla la pelíscula. La escena incomparable de como, mientras Constanze prueba unos bombones, Salieri lee la música en el pentagrama escrita sin un borrón, de una tirada, mientras suena un fragmento del concierto para arpa, flauta y orquesta (creo, hablo de memoria), es inenarrable. Es el corazón de la película. Su centro de gravedad. Todo esta concentrado ahí. Un hombre de talento boquiabierto mientras suena en su mente lo que lee. Le parece incomparablemente bello porque lo es. Y lo encuentra genial en su factura, en su sencillez extrema. Parece hasta fácil, tan fácil que el sabe que nunca podrá crear algo parecido. Yo creo que este tipo de películas hay que ir documentado. Exactamente igual que cuando se va a ver una ópera. Igual que cuando se lee un relato novelado que no pretende ser de rigor histórico. Lo que pretende es otra cosa. ¿Acaso cuando presenciamos el Don Carlo verdiano nos creemos a pies juntillas lo que nos dice Schiller?¿Acaso el gran poeta y dramaturgo romántico alemán no nos describió «su» versión de la corte de Felipe II?¿Acaso Verdi no siguió sus pasos?¿Acaso alguien cree que entre Carlos y Felipe pasó lo que la ópera dice que pasó?¿No habrá que documentarse antes y constatar que tal vez lo que nos quieren hacer ver es lo que ocurría en la corte, y en la política de dicha corte, y en la absoluta sumisión de todo un rey al poder eclesiástico inquisitorial con la consecuente represión en Flandes? Claro, como no, todo ello mezclado con oscuras historias amorosas de corte que, según los historiadores, nada coincidentes fueron con la realidad. Quiero decir que hace mucho que se inventó este tipo de relato tergiversador de la realidad pero agitador de conciencias. Y por último, e importante, no habría que olvidar que probablemente, muy probablemente, muchísimos espectadores conocen ya la verdad de la verdad precisamente por el interés en conocerla, interés suscitado por la calidad de la película misma y sus tergiversaciones históricas.

    • José Luis dijo:

      Cragado de razones que comparto, pero la última frase abre la puerta del principal descauerdo. Tu opinión es válida para tí, porque, informadísimo y con criterio, eres inmune al daño que hace esa película. Pero no son muchísimos sino poquísimos los espectadores que «conocen ya la verdad de la verdad» (y, así formulado, ninguno). Y me temo que Forman no pretendía hacer una teorización honesta, sino el producto que más vendiera. Para lo cual le venía bien un cuento de buenos y malos, y hacer de Mozart un personaje lo más próximo posible a un mindundi, para halagar al personal con aquello de que entre los guitarreros del metro se esconde el Mozart de hoy. Y sin que le importase un pimiento recurrir a la «tergiversación de hechos documentados». Una cosa es teorizar, y otra mentir.

  2. gloria aparicio dijo:

    A mi me pareció una pelicula bien hecha, con muy buena ambientación, atrezzo, vestuario, con moméntos álgidos en puesta de escena, pero nunca la pude relacionar con los personajes pretendidos, en ningún momento me emocionó escuchar la Música del gran Maestro…..la contemplé como una història o mejor aún ,un cuento frívolo e independiente que me costó asociar al espiritu de la Música de «Mozart», pero solo es mi opinión……

  3. Ângels dijo:

    !Tan mala no era!pero como entretenimiento ,ya vale. El Mozart que pinta la historia es super
    parcial! yo he llegado a la conclusión ,de que si me distrae ,pues ya me vale. 😀 😀
    bueno ,ya he realizado el comentario de rigor U.A.y adóoooooos.

  4. Ângels dijo:

    Entre parentesís me has mandado un mail diciendo:» un par de minutos » y aqui se acabò la historia. «Adiooooos . (estoy de veras muy intrigada).

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