Leyendo sobre la Segunda sinfonía de Bruckner (esta semana en el Delibes y aquí en un magnífico video de Georg Solti con la Sinfónica de de la Radio de Stuttgart y la traducción de unas estupendas notas de Phillip Husser), descubro su Misa en Fa menor, cuyos Benedictus y Kyrie son citados en aquella. Y no me encuentro con una interpretación cualquiera, sino con una dirigida por Sergiu Celibidache, en un video que combina imágenes de una representación en St. Florian, donde yacen los restos de Bruckner, con distintas fases de los ensayos que durante dos meses estuvo efectuando con su orquesta, la Filarmónica de Munich. Celibidache se eternizaba en sus ensayos en busca de la “experiencia trascendental” que debía suponer la audición de la obra, una experiencia única y efímera que no podía ser recogida ni repetida por ninguna grabación. Descubrir esta Misa de la mano de un experto y devoto bruckneriano con tanta personalidad y fuerza como él, es también una experiencia única.
Un tráiler de tres minutos es suficiente para quedar fascinados ante la inmediata belleza del Bruckner de las obras sacras. Celibidache habla del efecto del espacio acústico; en el documental completo que sigue después, aunque muy malamente, sus palabras están traducidas
Y ahora, reservarse una horita. Merece mucho la pena