Un simpatiquísimo amigo utilizaba hace años en su blog el símil de la seda y la pana para distinguir entre los valses vieneses y los rusos, entre el “aire etéreo” de los vieneses y la “sonoridad mucho más densa” de los rusos. Y citaba entre estos últimos tres de Tchaikovsky: El de La bella durmiente
el Vals de las Flores de Cascanueces,
y el que inicia el segundo acto de Eugene Onegin.
Seguía con la Masquerade, de Khatxaturian, que podemos disfrutar ahora con imágenes de una de las últimas adaptaciones de Guerra y Paz para la pantalla (Robert Dornhelm y Brendan Donnison, 2007, original aquí), en la que decidieron elegirla para la escena del baile de Natasha y Andrei.
Y acababa con el que seguramente es más de pana que ningún otro de estos, el de la Suite para orquesta variada de Shostakovich, mal conocido como Vals de la Suite de jazz, que se empezó a hacer muy popular después de escucharse al mismo inicio de Eyes Wide Shut, desde una radio, y no en la deslumbrante escena del baile con que la memoria tiende a asociarlo.
A esta lista de preciosidades, podemos añadir hoy el vals del quesesto del mes, el primer movimiento de la Suite de Guerra y Paz, un arreglo que el inglés Christopher Palmer hizo con música de la ópera póstuma de Prokofiev sobre la obra de León Tolstói*, en la que se escucha así esta pieza que, tomando como prototipo el Vals Fantasia de Glinka según afirmó el mismo Prokofiev, tiene el sello inconfundible del autor de Romeo y Julieta y su Danza de los caballeros: In-con-fun-di-ble. 😉
(*) León Tostón para sus detractores y para juegos de pistas. Y una obra en la que no puedo pensar sin recordar la frase de Woody Allen: «Después de hacer un curso de lectura rápida, he podido leer Guerra y Paz en veinte minutos. Creo que trata de Rusia»
No tengo perdón ni de dios ni de ángeles ni arcángeles…de nadie. Hace menos de un mes, por navidad, me zampé en casita (por dos veces) Guerra y Paz de Prokófiev en la versión original (y completa!…4 horas!…en días distintos, claro) un tanto antigua (pero histórica) de Gergiev en la entonces Kirov Òpera. Y ni así. Y ni así, caramba! Qué me pasa doctor?
El síndrome del bloqueo. Completo. No hay nada que hacer.
😀 😀 😀 😀 😀 😀 😀 😀 😀 😀 😀
Me tengo que poner a escuchar toda esta serie de compositores rusos sin falta!
Pero no emplees ningún método de audición rápida, como poner los discos a 78 😀
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