EBNDCD – Vida y algunos milagros de Bach – Weimar (1708-1717)

 

Cuando Bach volvió a Weimar a finales del verano de 1708 como organista de la corte del duque Wilhelm Ernst, era la tercera vez en cinco años que cambiaba de puesto debido a circunstancias desfavorables. Deseaba que las cosas fueran mejor ahora, ya que esta nueva plaza duplicaba su salario y le permitía contar con músicos profesionales y trabajar en un ambiente luterano ortodoxo.

 

Entre 1708 y 1710 su producción de música para órgano fue enorme: Preludios, fugas, preludios corales y tocatas salían de su pluma, obras de estudio y aprendizaje, incluyendo transcripciones de las piezas que allí iba conociendo de compositores italianos, de  Corelli, Albinoni o Vivaldi, como el Concierto para órgano en re menor BWV 596, algo posterior, procedente de su Concierto op. 3 nº 11 de L’estro armónico, cuyo emotivo Siciliano (Largo espiccato) es hoy muy apreciado en versiones pianísticas

Pero fue en sus últimos años de Weimar, especialmente a partir de 1716, cuando Bach compuso parte de su más grandiosa música de órgano, composiciones no  basadas en un coral sino estructuras arquitectónicas autónomas, brillantes preludios y fugas, con todas sus complejidades, auténticos milagros de diseño tonal. A este período pertenece su abrumadora Passacaglia y Fuga en Do menor.

Bach adquirió aquí su principal reputación no por sus composiciones sino como organista, y de hecho, el historiador musical Johann Mattheson, escribiendo en 1716, se refiere a él como «el famoso organista» de Weimar. Era requerido  constantemente para dar recitales y como experto en órganos (“Por encima de todo debo saber si tienen buenos pulmones”, solía decir humorísticamente) y su virtuosismo era tal que cuando el príncipe heredero Frederick de Suecia le oyó tocar en Cassel en 1714, quedó tan admirado que se quitó de su dedo un anillo de diamantes para regalárselo.

Desde luego, también componía cantatas, y tuvo la suerte de contar para ellas con dos buenos libretistas, Erdmann Neumeister, un pastor luterano de la Iglesia de St. Jacob en Hamburgo, especialmente interesado en elaborar música de iglesia, y Salamo Franck, el custodio de la biblioteca del duque Wilhelm Ernst. Entre las cantatas del período de Weimar deben destacarse dos, la BWV 21, Ich hatte viel Bekümmernis («Gran angustia tuve»), «una de las más extraordinarias e inspiradas obras vocales de Bach” en palabras de John Eliot Gardiner

y su primera cantata secular o profana, Was mir behagt, ist nur die muntre Jagd! («Lo que me agrada es sólo la animada caza»), BWV 208, conocida hoy como Cantata de caza, que fue compuesta para honrar a un amigo del duque Wilhelm, el duque de Weissenfels. A ella pertenece el aria Schafe können sicher weiden («Las ovejas pastan tranquilas»), merecidamente popular también en su transcripción para piano, que permite extraer toda su magia.

En 1713, tras oírle interpretar una cantata de prueba, seguramente la BWV 21,  le propusieron suceder en la Liebfrauenkirche de Halle a Friedrich Zachau, uno de los primeros maestros de Handel. La posibilidad de tocar un instrumento de 65 registros era una gran tentación, pero cuando informó al duque de su posible partida, éste reaccionó inmediatamente con un aumento de salario y promoviéndole a Concertmeister. Dos semanas después llegaba la invitación formal de Halle, que Bach rechazó para gran disgusto de las autoridades de aquella ciudad. De hecho, le acusaron de hacer valer su propuesta sólo para conseguir un aumento de sueldo en Weimar.

Tres años después, en 1716, moría el Kapellmeister Johann Dreise. Bach quería su puesto y le molestó mucho que no se lo ofrecieran, pero es que las relaciones con su patrón no eran ya muy buenas. El duque estaba enfrentado con su sobrino Ernst Augustus, y en uno de sus enfados prohibió a todos sus empleados relacionarse con él. Bach no toleró tal violación de su libertad personal y haciendo caso omiso de la orden del duque, interpretó una cantata de cumpleaños para Ernst Augustus. Y como el príncipe Leopoldo de Anhalt-Köthen, cuñado de Ernst Augustus, había oído hablar de Bach por este matrimonio de su hermana y en Köthen había oportunidades, se le abría otra puerta.

Si el príncipe Leopoldo hubiese albergado alguna duda acerca de las dotes de Bach, la competición musical propuesta en Dresde entre Bach y el gran organista francés Louis Marchand debiera haberlas disipado. Bach aceptó con agrado esa oportunidad y, después de ver secretamente tocar a Marchand, accedió a improvisar sobre cualquier cosa que éste le presentara, siempre que el francés hiciera lo mismo. Marchand se mostró conforme, pero el día señalado, anticipándose a una humillante derrota, escapó de buena mañana de Dresde en una diligencia.

Cuando Bach pidió carta de libertad para irse a Köthen, el duque Wilhelm se negó a dársela. Bach ya había aceptado dinero para los gastos de mudanza y un anticipo salarial, y su reacción ante la negativa del duque fue tal que ”el 6 de noviembre [de 1717], el otrora maestro de capilla y organista Bach fue encarcelado en el Juzgado de la Corte por forzar demasiado obstinadamente el asunto de su renuncia y finalmente fue puesto en libertad de su arresto el 2 de diciembre con una notificación desfavorable de su despido”. Ocho días más tarde, empezaba a ejercer sus funciones en Köthen.

En el momento de mudarse tenía cuatro hijos y había perdido otros dos al poco de nacer. Para el mayor de los hermanos, Wilhelm Friedemann, compuso Bach en esos años 43 de los 46 preludios corales del Orgelbüchlein (Pequeño libro para órgano), entre los que se encuentra el BWV 639 Ich ruf zu dir, Herr Jesu Christ, otra conocida maravilla que ha sido descrita como “una súplica en tiempo de desesperanza”

Modificado y ampliado a partir del texto de la Encyclopedia of world biography (Gale Research Inc)
Anuncio publicitario

Acerca de José Luis

Las apariencias no engañan
Esta entrada fue publicada en Barroco y etiquetada . Guarda el enlace permanente.

2 respuestas a EBNDCD – Vida y algunos milagros de Bach – Weimar (1708-1717)

  1. Josep Olivé dijo:

    Pues acabo de venir de un concierto tutto Bach (cantatas BWV 186 i BWV 105 i Missa Brevis BWV 234), con Herewegue i el Collegium Vocale Gent. O sea, la «crème de la crème» del barroco bachiano. Escuchar como entiende Herrewegue y su Collegium Vocale a Bach es una experiencia inolvidable. Ya llevo varias…y las que llevaré si pasan con cierta frecuencia por Barcelona!

Dejar un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s