Cuando el crítico Winthrop Sargeant expresó en una ocasión la esperanza de que los compositores de jazz pudieran llegar a tener el prestigio de los de la música clásica, el Duque [Ellington] se despachó con una réplica delicadamente devastadora, en la que decía, en esencia, gracias pero “no, gracias” “Me quedé sorprendido con la conclusión del Sr. Sargeant en el sentido de que, de tener la oportunidad de estudiar, el negro cambiaría enseguida el boogie woogie por Beethoven. Puede que sí, pero ¡qué pena!”
Alex Ross. The rest is noise.
Y para qué.
…o Ludwig, de vivir en el siglo pasado, hubiera sido un compositor/intérprete/improvisador jazzistico prodigioso, como se encargó de demostrar («avant la lettre») en la fascinante variación que muestras en el youtube (perteneciente a su última sonata, n.32, op.111)…
Sí, gracias :-D. Parece que lo de improvisar (y jugar) también le iba mucho a Mozart. Aquí lo llamativo es el ritmo sincopado (me parece que puede lamarse así). Es inevitable recordar un ragtime, aunque a tu amigo Andras Schiff no le gusta nada la idea.
Ya veo, ya veo…:-))))))))