«Les gustan mucho los espárragos. Vendrán con apetito de la iglesia y ya verá usted cómo no se los comen con el revés de la cuchara.»
Aunque ya en desuso, los franceses empleaban la expresión “no ir con el revés de la cuchara” («ne pas y aller avec le dos de la cuillère») aludiendo al obrar con decisión y claridad, ir al grano sin rodeos, sin contemplaciones ni titubeos. Pero Proust crea y pone en boca del magistral personaje de la criada Francisca la idea que explica el origen y significado de esa expresión. Y precisamente con los espárragos, que se comen con los dedos.