En música, muchos términos teóricos se usan tranquilamente dando por supuesto que su significado será claro y bien conocido por los músicos. Es el caso de la cadenzas. En los textos de estudio de la música tonal, teóricos e historiadores hablan regularmente de cadenzas con escasas o nulas especificaciones sobre su rango semántico. Sin embargo, a pesar de su aparente familiaridad, la cadenza es un concepto enormemente complejo que a menudo se refiere a conceptos claramente diferentes y abarca multitud de fenómenos musicales. Desafortunadamente, la noción de cadenza también ha acumulado una gran cantidad de formulaciones inconsistentes y conceptos erróneos que han llevado regularmente a aplicaciones discrepantes en el contexto musical actual: una cadencia reconocida por un autor a menudo no cumple con los requisitos de la cadencia establecidos por otro.
WILLIAM E. CAPLIN. The Classical Cadence: Conceptions and Misconceptions
Puede que suceda como con el amor, que todo el mundo sabe lo qué es pero nadie sabe cómo definirlo. Porque reconocerlas no es difícil, sobre todo si son las clásicas de los clásicos, como las que compuso Beethoven para su admirado Concierto para piano nº 20 de Mozart.