En el cine. La escena es de trepidante acción y Pescadito va sintiendo en su propio cuerpo cada uno de los golpes que se cruzan los contendientes. Si uno es alcanzado en la mandíbula, él frunce el ceño; si lo es en el estómago, se encoge; si estira la mano para asirse, también él lo hace. En el espacio de la butaca cabe el edificio entero, los corredores, las vertiginosas escaleras y el artefacto volador, la traición, y el reconocimiento.
Gustavo Martín Garzo – El cuarto de al lado
Caber, cabía todo. Otra cosa es lo que te dejaban ver.