Bach será Dios, pero en el cielo se debe escuchar mucho Händel (Jaén-del, naturalmente). De hecho, dicen que cuando el Mismísimo está depre con el panorama, se pone As steals the morn upon the night («Como la mañana se impone a la noche»), el quesesto de este mes, una maravilla capaz de agotar el catálogo de palabras hermosas y buenos sentimientos. Se trata del dúo final de una obra única en la producción de Händel, pues no es ni una ópera ni un oratorio sino una «oda pastoral» en la que se reúnen dos poemas alegóricos de Milton sobre dos polos del carácter humano, el alegre y el pensativo, a los que el libretista Charles Jennens añadió un tercero, el moderado, tratando de reconciliar ambos en una síntesis. Y de ahí, en unos años londinenses de frío y dificultades, Handel hizo nacer L’allegro, il penseroso ed il moderato, una joya que incluye al final el delicioso duo As steals the morn (AS ESTILográfica DEMONio, imperdonable, desde luego), con una letra tomada de La tempestad de Shakespeare que refuerza los mejores sentimientos y viene como anillo al dedo a ese “emocionante optimismo” que nadie como Handel ha transmitido “con tanto encanto musical y empatía con la condición humana”, atinadísimas palabras del especialista David Vickers.
As steals the morn upon the night, / Como la mañana se impone a la noche,
And melts the shades away: / y hace que se desvanezcan las sombras:
So Truth does Fancy’s charm dissolve, / Así la verdad disuelve el hechizo de las fantasías
And rising Reason puts to flight / y la resurgente razón ahuyenta
The fumes that did the mind involve, / los vapores que nublaban la mente,
Restoring intellectual day. / restaurando el día del intelecto.
La nota triste es pensar que, realmente, haya que ser optimista para esperar que se impongan la verdad y la inteligencia sobre las mentiras y la estupidez. La alegre, que basta darle al play para volver a escuchar esta adictiva preciosidad.
Ancha es mi casa 
Maravilloso Handel!
Con un toque especial. Pero hoy, día del frenazo, pega poco…