Cuando el chiquillo escuchó Jesús, que mi alegría permanezca, no sabía de más corales que los marinos, el contrapunto le sonaba a calceta, los tresillos eran unos muebles que anunciaban por la radio y del «perpetuum mobile», que a los niños de hoy les haría pensar en un móvil eternamente cargado, ni había oído hablar. Ni falta que le hacía, porque la impresión no hubiera sido más intensa; ni tampoco más desconcertante: el efecto de la belleza es tan poderoso como incomprensible, y así lo perciben los niños mejor que nadie.
Muchos años y mucha música después no sabía tampoco demasiado más, lo cual era casi una suerte, pues le parecía que la mejor forma de disfrutar de la música era abandonarse a ella, sin interferencias. Lo que sí había aprendido, además de educar un poco el paladar, era que los árboles pueden tapar el bosque y que la mejor música es la que queda por descubrir, esa que, habiéndose escuchado docenas de veces, deslumbra un día en una interpretación o un momento particular y pasa a la categoría de las inolvidables. Por ejemplo, la de la cantata donde al principio sólo buscaba aquella coral, una joya que ahora le entusiasmaba desde la misma entrada y le dejaba traspuesto con la primera aria, la del alto; un alto que podía ser hombre o mujer y bajito o bajita: eso también lo había aprendido y tampoco le servía de mucho.
(Con todo, siendo la cantata extraordinaria de cabo a rabo y espléndido el youtube de la JS Bach-Stiftung de St. Gallen al que se puede llegar con el enlace, escuchar ese coral y verlo en la sentida y transparente dirección de Harnoncourt en el video del encabezamiento sigue siendo particularmente emocionante. Vale mucho la pena dedicarle toda la atención)
® Hace diez años: Bach – Coral “Jesus bleibet meine freude”
En un día como el de hoy, en los que todo parece que vuelve a derrumbarse de nuevo, me he puesto los cascos y he escuchado (varias veces) este coral, principio y final de todos los corales. Y me he apartado de todo. O mejor dicho, me ha apartado de todo. Gracias!
Me encanta como lo dirige Harnoncourt. Mírate también el youtube de la cantata, el arranque es excepcional. Por lo demás, habrá que armarse de paciencia, pero también ser beligerantes. Pintan bastos.