Entre las pasiones del compositor Ralph Vaughan Williams se hallaban la poesía y el violín. Se había formado de niño como violinista, y prefería mucho el violín al piano, por el que nunca tuvo una gran afición. Sus gustos literarios eran muy variados, y entre los poetas ingleses del siglo XIX y principios del XX a quienes admiraba estaban Tennyson, Swinburne, Christina y Dante Gabriel Rossetti, Hardy, Housman y Meredith. Antes de componer The Lark Ascending, Vaughan Williams había inscrito un verso de Meredith sobre una partitura inicial, ahora perdida.
La segunda esposa del compositor, Ursula, ella misma poeta, escribió que en The Lark Ascending Vaughan Williams había «tomado una idea literaria sobre la cual construir su pensamiento musical … y había hecho que el violín se convirtiera tanto en el canto del pájaro como en su vuelo, siendo, más que ilustrando, el poema del que se tomó el título».
Al comienzo de la partitura, Vaughan Williams escribió doce de las 122 líneas del poema de Meredith [los primeros de las dos primeras estrofas y los dos con que concluye]
He rises and begins to round, / Se eleva y empieza a dar vueltas
He drops the silver chain of sound / Deja caer la cadena plateada de sonido
Of many links without a break, / De muchos eslabones sin falta
In chirrup, whistle, slur and shake. / En gorjeos, silbidos, portamentos y trinos.
For singing till his heaven fills, / Cantando hasta colmar su paraíso,
‘Tis love of earth that he instils, / Es amor a la tierra lo que infunde,
And ever winging up and up, / Y siempre volando más y más alto
Our valley is his golden cup / Nuestro valle es su copa dorada,
And he the wine which overflows / Y ella es el vino que rebosa
to lift us with him as he goes. / para alzarnos hacia su llegada
Till lost on his aerial rings / Hasta que se pierde en sus anillos aéreos
In light, and then the fancy sings. / En la luz, y luego la imaginación canta.
https://en.wikipedia.org/wiki/The_Lark_Ascending_(Vaughan_Williams)
Claro que…
Alondra común (Alauda arvensis), la «alondra del cielo», en un amanecer en zonas de media montaña asturiana. En su llamativo vuelo de cortejo, incansable melodía e incesante aleteo, ascendiendo poco a poco a alturas increíbles sin parar su canción, se deja engullir por el cielo y después se desliza marcha atrás en un dominio absoluto del viento y de las alturas para finalmente girar y caer en un picado vertiginoso, confundiéndose después con el propio suelo.
Aunque el vuelo de las alondras no acabe en tragedia, la impresión general que deja la música de Vaughan Williams, más que con incesantes aleteos o picados vertiginosos, casaría con la tranquila majestuosidad con que algunas rapaces se desplazan en grandes círculos sin apenas mover más que el timón y la inclinación de sus alas. Y más allá de algunos trinos, tampoco el conjunto recuerda mucho a su canto, incansable pero entrecortado. Otra cosa son los sentimientos hacia la naturaleza que susciten el vuelo y el canto de un pajarillo, y en este sentido, la alondra de Vaughan Williams parece más un símbolo idealizado que una representación realista, como los versos en los que se inspiró o como los paisajes bucólicos con que soñaba en tiempos de guerra, también presentes en esta hermosísima pieza.
Sin embargo…
“Si el macho que canta ha alcanzado una altura suficiente, a menudo pasa a formar parte de un Sing-Schaufflug en círculo, con el que permanece a la misma altura sin cambiar el ritmo del ala o el canto y da vueltas lentamente sobre su recinto. Hay especies que son capaces de llevar este espectáculo de canto hasta los 25 minutos. Después las alondras se deslizan lentamente de nuevo hacia abajo con alas a menudo inmóviles y completamente extendidas. El canto continúa. Otras especies caen de forma más abrupta y pronunciada desde su altura de canto e interceptan el vuelo justo por encima del suelo.”
https://blogdeaves.com/alaudidae/alondras/#canto
De modo que quizás tampoco la representación del vuelo se aleje tanto de la realidad, aunque, según esa descripción, sería más apropiado el título «The lark descending». Pero manda la poesía y desde luego el sentimiento, como el de la pastorcilla del cuadro de Jules Breton, atónita y maravillada ante el canto de un alondra…

Jules Breton – Le chant de l’alouette (1884)
…como se queda cualquiera ante la joya de Vaughan Williams en la histórica interpretación que grabaron en 1952 sus compatriotas, Jean Pougnet con Adrian Boult al frente de la LPO.
® Hace diez años: Vaughan Williams – The lark ascending
Preciosa esta obra de Vaughan Williams.
Perfecta para la siesta 😀
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