Es recomendable poner a las composiciones clásicas títulos atractivos. De poco sirve llamarla Estudio n.° 22, o Pieza op. 14 bis, o Música 34,50 o Sonidos combinados n.° CLXIMVIII. Esto resulta poco estimulante para el oyente. Además, se presta fácilmente a erratas y gazapos.
En 1956, una compañía austriaca editora de partituras incurrió en el error de numerar como op. 309 la sinfonía Redoble de tambor n.° 103 de Haydn, con lo cual algunas orquestas interpretaban un «triple» Redoble de tambor, exceso que daba un insoportable sonido circense a la obra. Otras orquestas se abstenían de atacar la partitura porque sabían que Haydn había muerto antes del opus 300. Fue preciso publicar un opus 103 bis, sinfonía Fe de erratas.
Dámaso Pérez Prado ha sido uno de los pocos compositores de música tropical empeñado en seguir la numeración clásica. Sus obras más conocidas se titulan Mambo n.° 1, Mambo n.° 2, Mambo n.° 3, etc. Lo peor fue que el gran compositor de salsa resolvió utilizar con sus hijos el mismo procedimiento. Así, éstos se llaman Dámaso n.° 1, Dámaso n.° 2, Dámaso n.° 3, etcétera.
Es mejor, pues, bautizar las obras con títulos sugestivos como Romanza melancólica y embriagadora o Canciones para entonar en la proa de un barco de carga que parte hacia Egipto dentro de cuarenta y cinco minutos, si llega a tiempo el capitán, que se ha retrasado porque su hija no alcanzó a prepararle unos sándwiches que necesitaba para el viaje. O algún título menos breve
Cantando bajo la ducha. Jorge Maronna (Les Luthiers) y Daniel Samper.
Cuatro ejemplos:
Joan Manuel Serrat: Uno de mi calle me ha dicho que tiene un amigo que dice conocer un tipo que un día fue feliz.
Lucio Battisti: Davanti ad un distributore automatico di fiori dell aeroporto di Bruxelles anch io chiuso in una bolla di vetro. (Frente a una máquina expendedora de flores en el aeropuerto de Bruselas, también yo encerrada en una burbuja de vidrio.)
Sex & Violins: The Sad But True Story Of Ray Mingus, The Lumberjack Of Bulk Rock City, And His Never Slacking Strive In Exploiting The So Far Undiscovered Areas Of The Intention To Bodily Intercourse From The Opposite Species Of His Kind, During Intake Of All The Mental Condition That Could Be Derived From Fermentation. La triste pero verdadera historia de Ray Mingus, el leñador de Bulk Rock City, y su incesante empeño en explotar las áreas hasta ahora no descubiertas de la tendencia a la relación corporal entre especies de naturaleza opuesta, bajo el efecto de todo aquel estado mental que pudiera derivarse de la fermentación.
Christine Lavin: Regretting What I Said to You When You Called Me 11:00 On a Friday Morning to Tell Me that at 1:00 Friday Afternoon You’re Gonna Leave Your Office, Go Downstairs, Hail a Cab to Go Out to the Airport to Catch a Plane to Go Skiing in the Alps for Two Weeks, Not that I Wanted to Go With You, I Wasn’t Able to Leave Town, I’m Not a Very Good Skier, I Couldn’t Expect You to Pay My Way, But After Going Out With You for Three Years I DON’T Like Surprises!! (A Musical Apology) (Lamentando lo que te dije cuando me llamaste a las 11:00 de la mañana del viernes para decirme que a la 1:00 de la tarde del viernes saldrías de tu oficina, bajarías, te subirías a un taxi para ir al aeropuerto y coger un Avión para ir a esquiar en los Alpes durante dos semanas, no es que quisiera ir contigo, no puedo salir de la ciudad, no soy muy buen esquiador, no podía esperar que me pagaras el viaje, pero después de salir contigo durante tres años, ¡¡NO me gustan las sorpresas !! (Una disculpa musical)
El verdadero problema:
Y, ya que insisten…
Para título sugestivo el «Episodio de la vida de un artista. Sinfonía fantástica en cinco partes.» de monsieur Hector Berlioz, conocida universalmente como «Sinfonía fantástica». El título, queriendo o sin querer, es puro marketing musical del s.XIX, un hallazgo publicitario que predispone a escuchar algo grande. Y a fe que lo es! Fantástica no solo por su deslumbrante calidad sino porque Berlioz se avanzó al menos 50 años a su tiempo. Esta sinfonía debería colgar en el túnel del tiempo por allí los 1880-1890, por estilo, por sus innovaciones armónicas, por su extraordinaria orquestación, por su sentido programático y por muchas cosas más es un milagro que fuera compuesta en 1830, tan solo un año después de la muerte de Beethoven y casi 50 años antes de la primera sinfonia de Brahms. Qué menos que dejar aquí testimonio de la mano de su más ilustre predicador su maravilloso vals.
Tienes razón, es un título atractivo, bastante más que Sinfonía nº 1 desde luego. Sería interesante ver la evolución de los títulos descriptivos de la historia de la música