Las formas musicales

Veamos. Una composición musical es a veces un conjunto organizado de ideas musicales. Esta organización es lo que se denomina forma. No importa informar aquí qué forma adquiere la forma ni cómo se forma la forma; de todas formas se llama forma. Tiempos ha, aquellas ideas musicales se expresaban espontáneamente: cada persona tocaba o cantaba lo que le venía en gana. Era un verdadero caos, divertido pero desorganizado. Sin forma, la música era siempre igual, como un chorizo. Un chorizo caótico.

Fue entonces cuando a alguien se le ocurrió poner un poco de orden. La forma musical surge de la necesidad psicológica de recibir un mensaje claro. ¿Queda claro? Nadie disfrutaría de una música siempre cambiante, constantemente renovada. La mente necesita que haya cosas que regresen. Lo necesita la mente. Que regresen cosas.

¿POR QUÉ «CULTAS»?

Las formas musicales cultas se llaman así para diferenciarlas de las incultas. Pero ¿cómo se distingue una forma culta de una inculta? Eso ya es más difícil; sin embargo, procuraremos hacerlo a través de un simple ejercicio.

Ejercicio para diferenciar una forma culta de una inculta 

1. Básicamente se diferencian por su forma de vestir y comportarse. Usted observará que el atuendo de una forma culta es siempre elegante y de buena calidad, mientras que la inculta suele vestir con descuido y ropas raídas. ¡A veces ni siquiera usa ropa! En cuanto al comportamiento, fíjese usted en la distinción de la forma culta y compárela con la manera torpe y desgarbada de la otra. Las dos formas también muestran enormes diferencias en cuanto a su ilustración general. Ello resulta evidente cuando se les hace a ambas una misma pregunta. Por ejemplo: ¿en qué año tuvo lugar la Revolución Francesa? La forma culta, bien enterada, responderá correctamente y sin titubear, mientras que la forma inculta dudará, dirá una fecha cualquiera y luego, viendo que no sabe la respuesta, se dejará venir con algún insulto.

2. Ahora, aplique el ejercicio a la música.

GUARDAR LAS FORMAS 

Por lo que acabamos de observar, es obvio que resulta desaconsejable estar mucho tiempo en contacto con las formas incultas. Suelen ser muy poco educadas. Las figuras del rock duro y de los hinchas fanáticos pertenecen definitivamente a las formas incultas que uno pueda encontrar, como muestra el Himno del matón —también llamado Sinfonía del gamberro—, que fue compuesto originalmente por el presidiario inglés Alfred W. Hooligan y traducido al español por Ulises Travesedo, alias «Ultra»:

Cuando rueda el balón allá en el césped 
ruedan los palos en la gradería: 
los matones gozamos nuestro día, 
porque el odio al rival es nuestro huésped.

Coro:

¡Rompamos diez cabezas, 
veinte huesos quebremos, 
treinta piernas golpeemos, 
bebamos mil cervezas! 
Que se estrechen la mano los idiotas: 
nosotros estrechamos los pescuezos; 
¡les vamos a romper todos los huesos 
y a patear luego las cabezas rotas!

Nota: Se repite el coro 528 veces, mientras se golpea a rivales indefensos, ancianas desvalidas o inmigrantes pobres

En contraste con estas formas bárbaras, la forma más culta de todas es la Fuga, que se doctoró en la Universidad de Heidelberg con su tesis Tratamientos contra la obesidad de las redondas.  

Cantando bajo la ducha. Jorge Maronna (Les Luthiers) y Daniel Samper.

 

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Acerca de José Luis

Las apariencias no engañan
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Una respuesta a Las formas musicales

  1. Josep Olivé dijo:

    🙂 🙂 🙂

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