El modelo más típico de música diegética en ópera aparece en Lakmé cuando, en el segundo acto, el padre de la protagonista le pide que cante, con la aviesa intención de atraer a su amante guiri, el odiado oficial británico. Y la sacerdotisa cuenta cantando la leyenda sagrada de la hija del paria que salvó al dios Visnú haciendo sonar las campanillas de sus brazaletes para advertirle de la presencia de fieras salvajes. De ahí el nombre de Aria de las campanillas con el que se conoce esta pieza, un clásico reto para las sopranos de coloratura, imprescindible para los gorgoritófilos.
Où va la jeune hindoue, fille des parias, quand la lune se joue dans les grands mimosas? quand la lune se joue, etc. Elle court sur la mousse et ne se souvient pas que partout on repousse l'enfant des parias. Elle court sur la mousse, l'enfant des parias; le long des lauriers roses, rêvant de douces choses, ah! elle passe sans bruit et riant à la nuit! Ah! Là-bas dans la forêt plus sombre quel est ce voyageur perdu? Autour de lui, des yeux brillent dans l'ombre. Il marche encore, au hasard, éperdu! Les fauves rugissent de joie, ils vont se jeter sur leur proie. La jeune fille accourt et brave leurs fureurs; elle a dans sa main la baguette où tinte la clochette des charmeurs. Ah! ah! ah! L'étranger la regarde, elle reste éblouie. Il est plus beau que les rajahs! Il rougira, s'il sait qu'il doit la vie à la fille des parias! Mais lui, l'endormant dans un rêve, jusque dans le ciel il l'enlève, en lui disant: ta place est là! C'était Vichnou, fils de Brahma! Depuis ce jour, au fond des bois, le voyageur entend parfois le bruit léger de la baguette où tinte la clochette des charmeurs. Ah! ah! ah! |
¿Dónde va la joven hindú, hija de los parias, cuando la luna juega entre las grandes mimosas? Cuando la luna juega, etc. Ella corre bajo las mimosas y no se acuerda de que todos rechazan a la hija de los parias. Ella corre bajo las mimosas, la hija de los parias; a lo largo de los laureles rosados, soñando con dulces cosas, ¡ah, ella camina en silencio y riendo por la noche! ¡Ah! Pero, allí en la floresta más obscura, ¿quién es ese viajero perdido? Alrededor de él, brillan ojos en la sombra. ¡Él camina al azar, perdido! La fieras rugen de alegría, quieren lanzarse sobre su presa. La joven se les acerca y calma sus furores; tiene en su a mano la varita donde repican las campanillas de los encantadores. ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! El extranjero la mira, ella queda deslumbrada. ¡Es más bello que los rajás! ¡Se sonrojará si sabe que debe la vida a la hija de los parias! Pero él, la adormece en un sueño, mientras que la alza al cielo, diciéndole: ¡tu sitio está allí! ¡Era Visnú, hijo de Brahma! Desde aquel día, en el fondo del bosque, el viajero escucha a veces el sonido leve de la varita en la que tintinean las campanillas de los encantadoress. ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! |
® Hace diez años: India IX – Guiris en Jaipur
jejejeje gorgoritófilos 🙂
La verdad es que uno es consciente de que se trata de pirotecnia canora, pero al mismo tiempo seduce, atrae y tiene su encanto el constatar de lo que es capaz la voz humana (algunas, claro).
Ese aspecto circense de la ópera se identifica demasiado a menudo con ella, para ridiculizarla. Castafiore…