La música tiene el poder de tocar las fibras del corazón, y evocar emociones es su principal objetivo, ya sea alegría o tristeza, excitación o recogimiento. Una cierta melodía o la línea de una canción, una frase descendente, la retrasada gratificación de una armonía resuelta: todos estos factores hacen que la música sea interesante, emocionante, relajante, placentera y conmovedora.
Las lágrimas y los escalofríos, u «hormigueos», al escuchar música son una respuesta fisiológica que activa el sistema nervioso parasimpático, así como las regiones cerebrales relacionadas con la gratificación. Los estudios han demostrado que alrededor del 25% de la población experimenta esa reacción a la música. Pero es mucho más que una pura respuesta fisiológica. La música clásica, en particular, sigue un camino misterioso a través de nuestros sentidos, desencadenando respuestas emocionales inesperadas y poderosas, que a veces resultan en lágrimas, y no sólo lágrimas de tristeza.
Las lágrimas fluyen espontáneamente en respuesta a una liberación de tensión, tal vez al final de una interpretación particularmente fascinante. Ciertas piezas musicales pueden recordarnos eventos pasados, experiencias y personas, desencadenando recuerdos y emociones asociadas. En otras ocasiones, es posible que se nos llenen de lágrimas los ojos ante la grandeza o la pura belleza de la música.
Ciertas piezas son sabidamente generadoras de lágrimas*, incluyendo
Mahler: Adagio de la Sinfonía n. ° 9 en Re
Una de las despedidas más conmovedoras de la música.
Schubert: Winterreise
Tragedia personal representada con una música inquietantemente hermosa
Elgar: Concierto para violonchelo
Melodías terriblemente melancólicas y una sensación de esperanza y angustia, particularmente en el movimiento final, esta es la obra maestra trágica de Elgar.
Allegri: Miserere
Acordes etéreos combinados con canto llano, la exquisita simplicidad y belleza de esta música garantiza el flujo de lágrimas.
Rachmaninoff: Movimiento lento, Concierto para piano n. ° 2
En pocas palabras, esta es una música sublimemente hermosa.
Moved to tears. Frances Wilson, Interlude.
* ¿Por qué razón la palabra “lacrimógeno”, gases aparte, suena tan despectivamente?
® Hace diez años: Sentimientos humanos
Tamino debe permanecer callado…y Pamina cree que ya no la ama…
Y bueno, haría una lista interminable de momentos «lacrimógenos»…
Bueno, si contamos las óperas lo dificil sera encontrar una buena que no tenga momentos lacrimógenos. Desde Ariadna y Dido hasta Lulú, pasando por Butterfly e Isolda… por cierto, todos con señoras… qué peligro si se enteran las de los las los les…
No des ideas, no des ideas que son capaces de darnos un buen disgusto. Menudas las los las les…y la loles! 🙂