Aprenderemos ahora a reconocer auditivamente las formas. Para ello necesitaremos que usted ejercite su memoria y su oído. La memoria es la base de toda actividad musical. «Sin memoria no hay música», dijo un famoso tratadista cuyo nombre no recordamos en este momento. En cuanto a la audición, recuerde siempre que la música es una relación de partes en cuyo extremo está el oyente. La música, en efecto, necesita tres participantes:
- Un compositor que la componga.
- Un intérprete que la interprete.
- Un oyente que la oya.
A fin de desarrollar su memoria y su sentido de la audición, practique el siguiente ejercicio:
Ejercicio de reconocimiento auditivo de las formas
Supongamos que usted enciende la radio, escucha cierta música desconocida y desea saber cuál es su forma. ¿Cómo hacer? Bien, pongamos oídos a la obra:
- Trate de escuchar si está en un compás de 2, 3, 4 ó 6 tiempos (hay otros, pero con estos ya tiene para divertirse).
- Cuente ahora cuántos compases tiene cada frase.
- Determine el número de secciones que tiene la obra.
- Multiplique n.° 1 por n.° 2 y réstele n. ° 3.
- Escuche el ritmo de la melodía.
- Preste atención al acompañamiento.
- Al terminar la pieza oiga atentamente el anuncio del locutor. Si dice, por ejemplo, «Hemos escuchado el minué op. 25…», ya sabe usted que probablemente se trataba de un minué.