Los designios de la opinión pública son inescrutables. Que una de las dos obras de Gershwin votadas entre las 300 favoritas de la audiencia de CLASSICfM no sea ni Un americano en Paris ni Porgy & Bess sólo podría explicarse por una americanofobia o/y francobia de los británicos, pero que en su lugar se encuentre Walking the dog, una pieza de música ligera muy simpática pero muy menor, resulta incomprensible. Quizás es que los días de la votación pasaron por la tele la película en que se escucha la canción y el perrito de Ginger Rogers robó el corazón de los espectadores, que no sería la primera vez que sucede algo así.
230 | Walking the Dog | George Gershwin |
Un paseo jazzístico por Manhattan a ritmo de swing y con un desvergonzado solo de clarinete; solo puede ser el alegre Walking the Dog de Gershwin. Fue escrito para la película de 1937 Shall We Dance, donde acompaña la escena de pasear al perro en un transatlántico de lujo.
Eso es todo. El sello de Gershwin, sí, pero nada más que una cancioncilla aprovechada ocasionalmente por los clarinetistas para una propina simpática. A su lado, aunque bastantes puestos más arriba, la estupenda Rapsodia in blue que tanto agradecen los pianistas (y no sólo los pianistas) con ganas de soltarse la melena.
66 | Rapsodia en Blue | George Gershwin |
Uno de los primeros ejemplos del encuentro de la música clásica con el jazz, la Rapsodia in Blue de George Gershwin es una mezcla muy popular de ambos estilos musicales. Fue una idea del productor Paul Whiteman, cuya banda estrenó la obra en Nueva York en 1924. Hasta entonces, el jazz ocupaba un incómodo lugar en la sala de conciertos, si es que ocupaba alguno. Whiteman, sin embargo, creyó que Gershwin era el hombre para cambiar las cosas. El resultado fue la Rapsodia in Blue, que no solo se convirtió en un éxito instantáneo entre el público, sino que revolucionó el papel del jazz entre los compositores a quienes les gustaba pensar en sí mismos como más ‘serios’. En la pieza, Gershwin reúne audazmente todas sus influencias musicales , ragtime, música de piano romántica del estilo de Ravel y Rachmaninov, jazz improvisado, música popular y música clásica, para fraguar esta icónica obra maestra.
La intervención de Whiteman fue definitiva. Había comentado con Gershwin la posibilidad de que le escribiera un concierto de jazz para su orquesta, pero el compositor se enteró por la prensa de que iba a estrenar tal concierto, anunciado como “Un experimento en música moderna”, poco más de un mes antes, cuando ni habían cerrado trato ni, desde luego, había escrito nota alguna para él. Whiteman también aportó a Ferdinand Grofé, su brazo derecho (que todavía no se había hecho famoso con su Suite del Gran Cañón), pues él fue quien hizo los arreglos para la banda y más adelante los orquestales. Y fue un clarinetista de la banda de Whiteman el que, bromeando durante un ensayo, improvisó lo que sería el famoso glissando que abre la pieza. El resto, poca cosa aunque quizás el trabajo más popular de la música estadounidense, lo compuso Gershwin, en cinco semanas de 1924.
Qué barbaridad Denis Matsuev! No solo es un fabuloso pianista clásico sino que cuando se arranca por el jazz (no es raro que lo haga en los bises de sus conciertos) demuestra una calidad y una técnica de la improvisación impresionantes. Cada vez es más extendida la versión semi-orquestral-banda de jazz, en la que se da un gran juego al trio piano-contrabajo-batería en plan full-jazz. El youtube célebre de Bernstein entra dentro del los cánones piano-orquestrales más clásicos (eso sí, con el inconfundible estilo jazzístico original). Lo que desconozco y casi nunca distingo es si la orquestación es de Gofré o la del propio Gershwin, ya que este, una vez recibidas las clases de Ravel, elaboró su propia orquestación. E impagable escena de Fred Astaire y Ginger Rogers al son de «Walking the dog», de elegancia innata e insuperable en ambos. Un aplauso también para el perrito, un gran actor también! Por último, desconocía lo de la entrada improvisada del clarinete: qué cosas tienen algunos célebres fragmentos musicales!
Pues doctores tiene la iglesia, pero la wiki dice que Grofé hizo un último arreglo sinfónico en 1942, cuando Gershwin ya estaba RIP.
Take the A-Train, y al final Caravan
No es habitual que pasen de alguna broma. Este ya lleva su banda. André Previn tambien se metió en el jazz, pero no era tan buen pianista ni de lejos.