Oyes a Tarkovski, en un documental de 1982 (año en que está en Italia para preparar el rodaje de Nostalgia), exponiendo una idea para una futura película. Se centra en dos personajes, una pareja. Son felices juntos y su vida transcurre sosegada y llena de amor. La mujer, sin embargo, tiene una propensión irresistible a mentir. No lo hace porque tenga una vida que ocultar. Sus mentiras, al menos aquellas en que el marido la sorprende, son del todo ingenuas. Decir, por ejemplo, que ha estado paseando cuando en realidad lo que ha hecho es estar en el cine o ir a la peluquería. Miente sin motivo, sin nada que lo justifique, sin que en realidad haga falta alguna, y el marido se desespera más y más. Por fin, y sintiéndose incapaz de corregir esa inclinación, decide sacrificarla. La ata a un árbol y, acumulando leña a su alrededor, la quema. Y Tarkovski añade: «Como hicieron con Juana de Arco»
Gustavo Martín Garzo – El cuarto de al lado
Tengo una escena que me encanta. Quizá algún día haga una película con ella… Es sobre un hombre que prende fuego a su mujer sólo porque ella no le dice la verdad, porque miente. Las mentiras no son un problema muy importante, ¿te das cuenta?. Él la quiere mucho, y ella le quiere a él. Ella es una mujer maravillosa, se aman y tienen una relación maravillosa. Pero ella se inventa cosas. Sale y cuando vuelve, él le pregunta: ¿Dónde has estado? Y la mujer contesta: ‘Estaba visitando a una amiga.’ Pero él sabe que no estaba en casa de su amiga, estaba en otro lugar, pongamos en el cine. Él no entiende por qué miente. Y creo que ella ni se da cuenta. Quizá por algún instinto de auto-conservación. El se enfada mucho pero no la puede convencer de que no mienta. Al final la ata a un árbol y la prende fuego, como Juana de Arco.
Furibunda reacción, madre mía. Tarkovski, durillo para mí.
La escena es tan desconcertante y provocadora como su cine, desde luego nada amable