Lo primero que asombra en el primer beso es el exotismo
La mujer, francesa o no, sabe a fruta exótica, aunque sea de tu barrio. Lo primero que asombra en el primer beso es el exotismo, el que la mujer, siendo sólo una variante del hombre, sabe exótica, remota, desconocida, prometedora. Los labios, la lengua de una mujer (francesa o no, insisto) no tienen nada que ver con las sensaciones, con los sentidos del macho adolescente. Casi necesitaríamos un sentido nuevo para captar, para gustar ese mutante inmediato y remoto que es la mujer respecto de nuestra vida de machos. De ahí la fuerza que tienen sobre nosotros, para siempre.