
Muerte de Chopin (Teofil Kwiatkowski, ca.1870)
1849
Domingo 22 de Abril.
Después de cenar, a casa de Chopin, otro hombre exquisito para el corazón, y ni que decir tiene, para el espíritu. Me ha hablado de personas que he conocido con él… Mme Kalerji, etc. Se había acercado a la primera representación de El profeta: horrorizado por esta rapsodia.
Jueves 17 de Mayo, Ascensión.
Al salir, a casa de Chopin; estaba realmente un poco mejor.
Sábado 20 de Octubre.
Me he enterado, después del desayuno, de la muerte del pobre Chopin. Curiosamente, por la mañana, antes de levantarme, me ha asaltado esa idea. Son ya varias veces las que experimento este tipo de presentimientos.
¡Qué pérdida! ¡Cuántos viles sinvergüenzas abarrotan el mundo, mientras que esta hermosa alma acaba de extinguirse!
Las obras que se citan como póstumas suelen ser las no catalogadas en vida del autor. Por tanto, no tienen por qué tener conexión con la idea de una muerte próxima o rasgos fúnebres. Sin embargo, estamos ante un nocturno (el del youtube) que todo él rebosa una sensación de plácida tristeza, esa trágica sensación de abatimiento de una vida que se esta apagando. Catalogarlo como obra póstuma amplifica esa sensación. No es que la sume, no, es que la multiplica. El resultado es esa maravillosa miniatura con la que Chopín parece que se despide.
Exacto de pe a pa. Es quizás la pieza de Chopin que más me gusta.