«Casas lejanas, escasos árboles, supervivientes de los que se plantaron al construir la carretera, no logran romper la uniformidad plana de aquel suelo que se rebela contra todo lo que pretende alterar su quietud, su horizontalidad lacustre y su tristeza reconcentrada, ensoñadora. Es el paisaje elemental, descanso de los ojos y el suplicio de la imaginación.»
Eso escribió Benito Pérez Galdós a propósito del paisaje castellano en el prólogo de «Vieja España» de José María Salaverría. No es de extrañar que, entre la «tristeza reconcentrada» y el «suplicio de la imaginación», no se cite demasiado, aunque la valoración no fuera realmente negativa. Pero ancha es Castilla, y todo es según la anchura con que se la mira.
® Hace diez años: ¿Ancha es mi casa?
«No es de extrañar que, entre la tristeza reconcentrada y el suplicio de la imaginación, no se cite demasiado…»
Bueno, y lo de la «horizontalidad lacustre» tampoco es que ayude demasiado.
Nada, nada, no he dicho nada. 🙂
Y que le pregunten a las piernas (y los pulmones) de los cazadores si es toda tan horizontal.