El único viaje verdadero, el único baño de juventud, no sería ir hacia nuevos paisajes, sino tener otros ojos, ver el universo con los ojos de otro, de otros cien, ver los cien universos que cada uno de ellos ve, que cada uno de ellos es; y esto, nosotros podemos hacerlo con un Elstir, con un Vinteuil: con sus semejantes, volamos verdaderamente de estrellas en estrellas.
Como, efectivamente, podemos hacer con un Beethoven cualquiera, por ejemplo. Por ejemplo:
Así es, efectivamente.
Otro por ejemplo
No me puedo contener…
😉