Por este orden, Madame Butterfly, La Bohème, Gianni Schicchi, Tosca y Turandot, cinco óperas de Puccini cómodamente instaladas en la zona media de las preferencias musicales de los oyentes de CLASSICfM, en las cinco podría apostarse que se han votado las arias emblemáticas mucho más que la obra completa, especialmente en el caso de Gianni Schicchi, muy inferior pese a estar situada por delante de Tosca y de Turandot, pero de la que muy pocos conocerán más que el aria que le ha llevado a esa posición, O Mio Babbino Caro. Y, en bastantes casos, la conocerán gracias a su aparición en Una habitación con vistas.
169 | Gianni Schicchi (incluye O Mio Babbino Caro) | Giacomo Puccini |
En esta miniatura cómica de Puccini de 1918, un estafador florentino engaña a una familia que está en duelo para apropiarse de toda la herencia. La ópera es la tercera y última parte de Il trittico (El tríptico) de Puccini, tres óperas en un acto de argumentos contrastados, e incluye la popular ‘O mio babbino caro’.
(Babbino, no bambino como muchos habremos canturreado, porque no es el amoroso canto de una madre sino el ruego dirigido a un padre para que acepte al novio; ruego o amenaza: Y si no, «iré al Ponte Vecchio, para arrojarme al Arno»)
Lo mismo puede decirse también de Turandot, la última y grandísima ópera de Puccini, sepultada bajo el inmenso éxito popular que el Nessun dorma obtuvo tras la interpretación conjunta de «los tres tenores»
192 | Turandot (incluye Nessun Dorma) | Giacomo Puccini |
Puccini e Italia 90 están subliminalmente vinculados para siempre en la mente de millones de aficionados al fútbol. Fue ese año, en Roma, cuando Luciano Pavarotti, José Carreras y Plácido Domingo se reunieron para lo que se convertiría en uno de los conciertos de música clásica más influyentes del siglo XX. Interpretaron muy diversas arias de ópera y canciones napolitanas, pero fue Nessun dorma de la ópera Turandot, de Puccini, cantada por el fantástico trío, la que realmente se hizo con los corazones de la gente.
El éxito comercial de Los tres tenores, y de Pavarotti en particular, allanó el camino para un resurgimiento del interés por la música clásica en el Reino Unido. Turandot es una ópera absolutamente seria, que trata temas como el amor, la pérdida y la tragedia. Es un poco sorprendente que se compusiera en 1926, dado que la ópera habita en un mundo sonoro absolutamente romántico.
La trama es extraña, incluso para los estándares operísticos, centrándose en la inapelable ejecución de los pretendientes de la princesa Turandot que no respondan correctamente tres acertijos. Hoy en día, muy pocas personas recuerdan las complejidades de la historia de Turandot. Pero pregúntese a cualquier hombre o mujer en la calle, y podrán cantar algunos compases de ‘Nessun dorma’.
En todo caso, el repaso a las siete arias votadas explícitamente es una abrumadora prueba de la habilidad de Puccini para crear melodías, algunas de las más emocionantes y queridas de la historia de la música. Y aquí sirve para escuchar algunas de las más grandes voces de la ópera, los tres tenores, cada uno en su casa, y las que podrían haber sido las tres sopranos, más una estupenda cuarta: Carreras, Pavarotti, Domingo; Tebaldi, Caballé y Callas, más Scotto.
Renata Tebaldi: «Un bel di vedremo» (Madame Butterfly).
José Carreras: «Che gelida manina» (La bohème).
Luciano Pavarotti y Renata Scotto: «O soave fanciulla» (La bohème)
Montserrat Caballé: «O mio babbino caro» (Gianni Schicchi).
Maria Callas: «Visi d’arte» (Tosca)
Plácido Domingo: «E lucevan le estelle» (Tosca)
Luciano Pavarotti: «Nessun dorma» (Turandot).
Madre mía, qué arias! Y tiene muchas más, igual de excelsas, pero vamos, estas del post son de bandera.
Una barbaridad. Y con ese raro mérito que tiene el gran arte que es además capaz de gustar a todos, incluidos los que ni siquiera saben el nombre del autor.
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