“Capaz de hacer llorar, reír, jugar, cantar… Todo lo que es posible en música, transmitiendo sentimientos y situaciones como, por ejemplo, sensuales en el Bolero de Ravel;
humorísticas [(?)] en La Alborada del Gracioso de Ravel;
o tiernas, como en Sinfonía nº 4 de Tchaikovsky;
a veces trágicas [y luego cómicas] como en la Sinfonía nº 9 de Shostakovich;
el nacimiento de la vida del comienzo de La Consagración de la Primavera de Stravinsky;
mágicas, como ocurre en El aprendiz de brujo de Dukas, etc.,
y un sinfín de obras más”
Salvador Aragó, Fagot solista de la Orquesta Sinfónica de Madrid.
Un sinfín. Sin ir más lejos, de los mismos autores citados por este fagotista y limitadas igualmente a obras importantes en la historia de la música:
Les entretiens de la belle et de la bête en Ma mère l’Oye, de Ravel; no hace falta decir si es la bella o la bestia quien es representada por un contrafagot
Final del tremendo Adagio lamentoso del movimiento final de la Sexta Sinfonía de Tchaikovsky, ningún otro instrumento podría culminar mejor esta barbaridad
Andante de la Sinfonía n.º 10 de Shostakovich, el fagot más triste del mundo
y Berceuse de El pájaro de fuego de Stravinsky, porque el fagot también puede ser muy amoroso
Llegaría el turno de Dukas, pero de él no se recuerda nada más con intervención de fagot (y casi ni sin ella) que El aprendiz de brujo. En su lugar, memorables momentos fagot en cuatro obras de otros compositores:
En la gruta del rey de la montaña de Peer Gynt de Grieg, casualmente con puntos de contacto con la pieza de Dukas
Sheherazade de Rimsky-Korsakov, porque el fagot suena muy oriental
el abuelo de Pedro y el Lobo de Prokofiev, porque el fagot suena a cansado
y last but not least sino todo lo contrario, y dos por el precio de uno, el glorioso contrapunto del dúo de fagots del cuarto movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven, esto ya justificaría por si solo la existencia del fagot
® Hace diez años: EBNDCD – Gloria a Dios en el cielo y las cabras a pastar