
«Carrer del pasodoble Amparito Roca del Mtre. Texidor» (Carlet, Valencia)
Concierto de presentación del nuevo director de la OSCyL, Thierry Fischer. Los adioses de Haydn, un impresionante Concierto para violoncelo del turco Fazil Say (del que habrá que hablar) y la Primera de Brahms, despiertan todas las ilusiones ante el futuro inmediato de esta ya gran orquesta. Y el director responde a las ovaciones con nada menos que tres propinas: Una de las danzas húngaras de Brahms, por enlazar, luego una cosa muy divertida que sonaba a Gershwin y a Bernstein, música de los USA de donde nos lo hemos traído, pero la tercera, golpe bajo, un pasodoble de los grandes con el que provoca el delirio. Y con toda razón, porque hay que oír lo que hace una orquesta sinfónica con un buen pasodoble. A la salida una jovencita alardea ante su madre: “Te lo dije, era Amparito Roca”. Quizá primero fue Shazam, pero sí: Amparito Roca, el pasodoble que el barcelonés Jaume Texidor Dalmau, siendo director de la banda de Carlet, compuso y dedicó en 1925 a esa alumna y amiga de su hija.
Arte que “desestabiliza existencias empequeñecidas mostrando que la vida puede estar llena de embriaguez y de goce”, como se pudo leer aquí a Juan Mayorga hace nada, porque también entre los exquisitos con ínfulas hay mucho empequeñecimiento.
Y, habrá que corresponder a Fischer con un par de propinas, más música española originada en Valencia: De Salvador Giner, el pasodoble L’entrà de la murta,
y Rapsodia española,
que sirven también para enlazar con el pequeño particular aniversario:
® Hace diez años: El Baltasar de Salvador Giner