Schumann: Dichterliebe y otras musicalizaciones de Heine (y 2) ®

Si bien prácticamente todas las musicalizaciones de Heine que hizo Schumann en 1840 son miniaturas líricas, también probó suerte con la balada dramática, una forma cultivada de manera más conocida por el joven Schubert y por Carl Loewe, compositor muy admirado por Schumann.

Die feindlichen Brüder de Heine es un desmesurado ejercicio de  parodia de la juglaría medieval  al que Schumann responde con una marcha sombría en un estilo anticuado, cuasi-folclórico, momentáneamente aliviada por la tierna música de amor evocada por los «radiantes ojos» de la condesa Laura.

Die fiendlichen Brüder

Oben auf des Berges Spitze
Liegt das Schloß in Nacht gehüllt;
Doch im Tale leuchten Blitze,
Helle Schwerter klirren wild.

Das sind Brüder, die dort fechten
Grimmen Zweikampf, wutentbrannt.
Sprich, warum die Brüder rechten
Mit dem Schwerte in der Hand?

Gräfin Lauras Augenfunken
Zündeten den Brüderstreit.
Beide glühen liebestrunken
Für die adlig holde Maid.

Welchem aber von den beiden
Wendet sich ihr Herze zu?
Kein Ergrübeln kann's entscheiden -
Schwert heraus, entscheide du!

Und sie fechten kühn verwegen,
Hieb auf Hiebe niederkracht's.
Hütet euch, ihr wilden Degen.
Grausig Blendwerk schleichet Nachts.

Wehe! Wehe! blut'ge Brüder!
Wehe! Wehe! blut'ges Tal!
Beide Kämpfer stürzen nieder,
Einer in des andern Stahl. -

Viel Jahrhunderte verwehen,
Viel Geschlechter deckt das Grab;
Traurig von des Berges Höhen
Schaut das öde Schloß herab.

Aber nachts, im Talesgrunde,
Wandelt's heimlich, wunderbar;
Wenn da kommt die zwölfte Stunde,
Kämpfet dort das Brüderpaar.
Los hermanos enemigos

En la cima de la montaña
se alza el castillo velando en la noche, 
pero en el valle brillan los relámpagos 
de un salvaje rechinar de espadas. 

Son dos hermanos que allí traban, 
rabiosos, furibundo duelo. 
Di, ¿por qué disputan los hermanos
con la espada en la mano? 

De la condesa Laura los radiantes ojos
encendieron entre hermanos la contienda,  
ebrios ambos de amor 
por la bella y noble dama. 

¿Hacia cuál de los dos 
se inclinará su corazón?
Ninguna reflexión puede decidirlo… 
¡fuera, espada, decide tú!

Y así luchan temerarios, 
golpe viene y golpe va.
¡Cuidado, salvajes aceros, 
fatal locura en la noche surge! 

¡Ay, sangrientos hermanos!
¡Ay, sangriento valle! 
Ambos han caído a tierra, 
cada cual por el acero ajeno. 

Muchos siglos han pasado, 
generaciones cubren ya la tumba, 
y triste desde la montañosa altura
el vacío castillo mira. 

Mas de noche, al fondo del valle, 
en secreto y misteriosos, 
cuando suenan las doce,  
allí luchan los hermanos. 

En Die beiden Grenadiere, también musicalizado como una marcha, el tema estoico tiene un regusto de dolor, con un acompañamiento que evoca unos tambores apagados; «La Marsellesa», vagamente sugerida en la descripción del tema, irrumpe triunfante cerca del final, antes de que el postludio del teclado, con sus amargas armonías, se hunda exhausto.

Die beiden Grenadier

Nach Frankreich zogen zwei Grenadier',
Die waren in Rußland gefangen.
Und als sie kamen ins deutsche Quartier, 
Sie ließen die Köpfe hangen.

Da hörten sie beide die traurige Mär:
Daß Frankreich verloren gegangen,
Besiegt und geschlagen das tapfere Heer
Und der Kaiser, der Kaiser gefangen.

Da weinten zusammen die Grenadier
Wohl ob der kläglichen Kunde.
Der eine sprach: »Wie weh wird mir,
Wie brennt meine alte Wunde!«

Der andre sprach: »Das Lied ist aus,
Auch ich möcht mit dir sterben,
Doch hab ich Weib und Kind zu Haus,
Die ohne mich verderben.«

»Was scheert mich Weib, was scheert mich Kind,
Ich trage weit besser Verlangen;
Laß sie betteln gehn, wenn sie hungrig sind -
Mein Kaiser, mein Kaiser gefangen!

Gewähr mir, Bruder, eine Bitt':
Wenn ich jetzt sterben werde,
So nimm meine Leiche nach Frankreich mit,
Begrab' mich in Frankreichs Erde.

Das Ehrenkreuz am roten Band
Sollst du aufs Herz mir legen;
Die Flinte gib mir in die Hand,
Und gürt' mir um den Degen.

So will ich liegen und horchen still,
Wie eine Schildwach, im Grabe,
Bis einst ich höre Kanonengebrüll,
Und wiehernder Rosse Getrabe.

Dann reitet mein Kaiser wohl über mein Grab,
Viel Schwerter klirren und blitzen;
Dann steig ich gewaffnet hervor aus dem Grab -
Den Kaiser, den Kaiser zu schützen!«
Los dos granaderos

Hacia Francia se encaminan dos granaderos
Desde su cautiverio ruso.
Al arribar a su cuartel germano,
Sus cabezas se inclinan con desconsuelo.

Han escuchado que Francia está derrotada,
Que su valiente ejército 
Ha sido derrotado
Y que hasta el propio emperador está cautivo.

Confúndense, entonces, 
en lágrimas de infortunio.
"El dolor me atormenta", dice uno;
"¡Cómo arde mi vieja herida!"

Responde el otro: "La canción se ha acabado;
También yo quisiera morir contigo,
Pero me esperan en el hogar una mujer y un hijo
Que sin mí podrían perecer."

"Qué importan una mujer y un hijo:
Si están hambrientos, pueden mendigar;
Una congoja mayor embarga mi alma:
¡Mi emperador ha sido capturado!

Cumple, hermano, mi último deseo:
Si he de morir ahora, 
Lleva contigo mi cadáver A Francia, 
entiérrame en suelo francés;

Coloca sobre mi corazón
La cruz de honor, con su cinta roja;
Por en mi mano el rifle
Y cíñeme la espada.

Así reposaré en mi tumba,
Atento como un centinela,
En espera del trueno de los cañones
Y el trote de los corceles.

Cabalgará mi emperador sobre mi tumba
Y las espadas fulgurarán en el fragor.
Me levantaré, entonces, de la tumba,
A defender a mi señor"

En otra balada, Belsatzar, el poeta vuelve a contar concisamente la conocida historia del Antiguo Testamento sobre la juerga báquica de Baltasar y la escritura en la pared. La partitura para piano de Schumann es aquí magníficamente atmosférica, cargada de tensión reprimida al principio, rompiendo en una marcha impetuosa y pomposa en ‘Die Knechte saßen in schimmernden Reihn’ y representando gráficamente los tambaleos y tropezones del ebrio rey. Después del clímax de la canción, la textura se hace  progresivamente más delicada y la muerte de Belsasar se relata en un recitativo desnudo y aturdido. 

Belsatzar

Die Mitternacht zog näher schon;
In stummer Ruh' lag Babylon.

Nur oben in des Königs Schloß,
Da flackert's, da lärmt des Königs Troß.

Dort oben in dem Königsaal,
Belsatzar hielt sein Königsmahl.

Die Knechte saßen in schimmernden Reihn,
Und leerten die Becher mit funkelndem Wein.

Es klirrten die Becher, es jauchzten die Knecht';
So klang es dem störrigen Könige recht.

Des Königs Wangen leuchten Glut;
Im Wein erwuchs ihm kecker Mut.

Und blindlings reißt der Mut ihn fort;
Und er lästert die Gottheit mit sündigem Wort.

Und er brüstet sich frech und lästert wild;
Die Knechtenschar ihm Beifall brüllt.

Der König rief mit stolzem Blick;
Der Diener eilt und kehrt zurück.

Er trug viel gülden Gerät auf dem Haupt;
Das war aus dem Tempel Jehovas geraubt.

Und der König ergriff mit frevler Hand
Einen heiligen Becher, gefüllt bis am Rand.

Und er leert ihn hastig bis auf den Grund
Und rufet laut mit schäumendem Mund:

«Jehova! dir künd' ich auf ewig Hohn -
Ich bin der König von Babylon!»

Doch kaum das grause Wort verklang,
Dem König ward's heimlich im Busen bang.

Das gellende Lachen verstummte zumal;
Es wurde leichenstill im Saal.

Und sieh! und sieh! an weißer Wand
Da kam's hervor wie Menschenhand;

Und schrieb, und schrieb an weißer Wand
Buchstaben von Feuer, und schrieb und schwand.

Der König stieren Blicks da saß,
Mit schlotternden Knien und totenblaß.

Die Knechtenschar saß kalt durchgraut,
Und saß gar still, gab keinen Laut.

Die Magier kamen, doch keiner verstand
Zu deuten die Flammenschrift an der Wand.

Belsazar ward aber in selbiger Nacht
Von seinen Knechten umgebracht.
Baltasar

La medianoche se acercaba,   
en mudo sueño yacía Babilonia. 

Solo arriba, en el castillo real, 
había luces y el alboroto de la corte. 

Allá, en el real salón, 
Baltasar celebraba un banquete. 

Los súbditos, en resplandecientes hileras,  
vaciaban los vasos de chispeante vino. 

Chocaban las copas, todos se alegraban, 
y se complacía el arrogante soberano.  

Las mejillas del rey estaban rojas, 
y el vino aumentaba su impúdico valor. 

Ciegamente su coraje lo impulsa, 
y con impías palabras insulta a Dios. 

Insolente se jacta, blasfema con descaro, 
y resuena el aplauso de los invitados.  

Con orgullosa mirada llama el rey, 
y un siervo presuroso acude. 

Áureos objetos trae en la cabeza, 
robados del templo de Jehová. 

Con sacrílega mano, el rey toma
un santo vaso, lleno hasta el borde. 

Lo vacía de prisa hasta el fondo 
y con espumante boca grita: 

¡Jehová, para tu eterno escarnio: 
yo soy el rey de Babilonia! 

Pronunciadas las terribles palabras, 
el rey siente un secreto terror. 

Las estridentes risas enmudecen 
y se hace un silencio sepulcral.

¡Y mirad! En el blanco muro 
apareció una mano humana, 

que trazó sobre la pared 
caracteres de fuego, y desapareció. 

Con la mirada fija, el rey se sentó, 
temblorosas las rodillas, mortalmente pálido. 

Los invitados, transidos de espanto, 
silenciosos ocuparon sus asientos. 

Vinieron los magos, pero ninguno pudo
descifrar el ígneo escrito del muro. 

Y esa misma noche, Baltasar 
fue por sus súbditos asesinado.

Uno de los Lieder más pintorescos de Schumann, Abends am Strand (la costa en cuestión es la de Hamburgo) evoca gráficamente a los serenos y sibaritas adoradores del loto (introducidos por un delicioso cambio de tonalidad) y, en un raro toque cómico en estas canciones de Heine, los gritones y aulladores Lapones.

Abends Am Strand

Wir saßen am Fischerhause,
und schauten nach der See;
die Abendnebel kamem,
und stiegen in die Höh'.

Im Leuchtturm wurden die Lichter 
allmählich angesteckt,
Und in der weiten Ferne
Ward noch ein Schiff entdeckt.

Wir sprachen von Sturm und Schiffbruch,
Vom Seemann, und wie er lebt,
Und zwischen Himmel und Wasser, 
und Angst und Freude schwebt.

Wir sprachen von fernen Küsten, 
vom Süden und vom Nord,
Und von den seltsamen Menschen 
und seltsamen Sitten dort.

Am Ganges duftet's und leuchtet's, 
und Riesenbäume blühn, 
und schöne, stille Menschen 
vor Lotosblumen knien.

In Lappland sind schmutzige Leute,
Plattköpfig, breitmäulig, Klein;
Sie kauern ums Feuer und backen 
sich Fische, und quäken und schrein.

Die Mädchen horchten ernsthaft,
Und endlich sprach niemand mehr;
Das Schiff war nicht mehr sichtbar,
Es dunkelte gar zu sehr.
Atardecer En La Playa

Sentados junto a la casa del pescador,
mirábamos hacia el mar.
Llegaba la bruma del atardecer
y se elevaba a las alturas.

La luz del faro estaba encendida
y en la lejanía
aún podía vislumbrarse  
un barco.

Hablábamos de tormenta y naufragios,
del marinero y su vida,
suspendida entre el cielo y el agua,
la angustia y la alegría.

Hablábamos de costas lejanas,
del sur y del norte,
y de pueblos extraños
con extrañas costumbres.

Del Ganges perfumado y brillante,
y de gigantes árboles floridos,
de un bello, silencioso pueblo,
arrodillado ante la Flor de Loto.

En Laponia son gente sucia,
de cabeza plana, grandes bocas, bajitos,
ellos se arrodillan alrededor del fuego, 
cocinan peces, chillan y gritan.

Las chicas escuchaban atentamente 
y al final nadie más dijo nada.
El barco ya no era visible,
todo se oscurecía.

Compuesto en esa misma primavera de 1840, el tríptico de Heine Der arme Peter encarna dos de los miedos recurrentes de Schumann: perder a Clara por otro hombre y volverse loco. El ‘panel’ de apertura es una boda en el pueblo, evocada por un vals rústico con imitaciones de organillo. Peter, el triste espectador de la primera canción, ocupa el centro del escenario en la segunda, comenzando en un apasionado desespero y terminando en una desconsolada y agotada soledad. En la canción final, Der arme Peter, las muchachas del pueblo se burlan de Peter, acercándose a trompicones a su tumba, en una desequilibrada marcha fúnebre en triple tiempo, con el bajo del teclado imitando tambores apagados.

Der arme Peter

Der Hans und die Grete tanzen herum,
Und jauchzen vor lauter Freude.
Der Peter steht so still und so stumm,
Und ist so blaß wie Kreide.

Der Hans und die Grete sind Bräut'gam und Braut,
Und blitzen im Hochzeitgeschmeide.
Der arme Peter die Nägel kaut
Und geht im Werkeltagskleide.

Der Peter spricht leise vor sich her,
Und schauet betrübet auf Beide:
« Ach! wenn ich nicht gar zu vernünftig wär',
Ich thäte mir was zu Leide.»


"In meiner Brust, da sitzt ein Weh,
Das will die Brust zersprengen;
Und wo ich steh' und wo ich geh',
Will's mich von hinnen drängen.

Es treibt mich nach der Liebsten Näh',
Als könnt die Grete heilen;
Doch wenn ich der ins Auge seh',
Muß ich von hinnen eilen.

Ich steig' hinauf des Berges Höh',
Dort ist man doch alleine;
Und wenn ich still dort oben steh',
Dann steh' ich still und weine."


Der arme Peter wankt vorbei,
Gar langsam, leichenblaß und scheu.
Es bleiben fast, wie sie ihn sehn,
Die Leute auf der Straße stehn.

Die Mädchen flüstern sich ins Ohr:
"Der stieg wohl aus dem Grab hervor?"
Ach nein, ihr lieben Jungfräulein,
Der steigt erst in das Grab hinein.

Er hat verloren seinen Schatz,
Drum ist das Grab der beste Platz,
Wo er am besten liegen mag
Und schlafen bis zum jüngsten Tag.
El pobre Pedro

Juan y  Margarita bailan 
dando gritos de alegría. 
Pedro está inmóvil y callado, 
y como la tiza pálido.

Juan y  Margarita ya son esposos
y brillan con sus vestidos de boda.
El pobre Pedro se come las uñas 
y viste su ropa de trabajo. 

Pedro se dice quedamente, 
mirándolos atribulado: 
"Ay, si fuera menos razonable, 
me haría a mí mismo un gran daño."


“En mi pecho hay un dolor
que va a rompérmelo, 
y donde esté y adonde vaya
siempre me acosa. 
 
Me empuja hacia mi amada, 
como si ella pudiera curarme;
pero cuando la miro a los ojos, 
tengo que apartarme. 

Subo a la cima de la montaña, 
en donde puedo estar solo, 
y cuando arriba estoy, 
me echo a llorar en silencio”.


El pobre Pedro anda tambaleándose, 
lento, pálido y huraño. 
Y se quedan inmóviles al verlo
las gentes en las calles. 

Las muchachas se dicen al oído:
“Parece recién salido de la tumba”. 
Ah, no, queridas muchachitas, 
realmente hacia la tumba va. 

Pues que ha perdido a su amada, 
su mejor lugar será la tumba, 
en donde cómodo yacerá
y dormirá hasta el juicio final.

En el invierno de 1840-1841, Schumann musicalizó otra trilogía de Heine, Tragödie, cuya historia de amantes condenados al fracaso es la antítesis directa de su propia felicidad de recién casado, aunque la furtiva fuga le evocaría recuerdos de una época en que él y Clara habían contemplado huir juntos y casarse en secreto. El ardor impulsivo de la canción de apertura da paso al sombrío Es fiel ein Reif. Heine afirmó que el poema era una auténtica canción popular alemana, y Schumann lo presenta en un adecuado estilo popular, con el más reducido de los acompañamientos. El tristemente mustio ‘motto’ del teclado que enmarca cada verso puede recordar a los oyentes el tema germinal del Concierto para piano de Schumann. Curiosamente, Schumann puso música a la tercera parte de la trilogía, Auf ihrem Grab da steht eine Linde, como un dúo.

Tragödie

Entflieh mit mir und sei mein Weib,
Und ruh' an meinem Herzen aus;
In weiter Ferne sei mein Herz
Dein Vaterland und Vaterhaus.

Entfliehn wir nicht, so sterb' ich hier
Und du bist einsam und allein;
Und bleibst du auch im Vaterhaus,
Wirst doch wie in der Fremde sein.


Es fiel ein Reif in der Frühlingsnacht,    
Es fiel auf die zarten Blaublümelein:
Sie sind verwelket, verdorret.

Ein Jüngling hatte ein Mädchen lieb;   
Sie flohen heimlich von Hause fort,
Es wußt' weder Vater noch Mutter.

Sie sind gewandert hin und her,
Sie haben gehabt weder Glück noch Stern,
Sie sind verdorben, gestorben.


Auf ihrem Grab, da steht eine Linde,
Drin pfeifen die Vögel im Abendwinde,
Und drunter sitzt, auf dem grünen Platz,
Der Müllersknecht mit seinem Schatz.

Die Winde wehen so lind und so schaurig,
Die Vögel singen so süß und so traurig:
Die schwatzenden Buhlen, sie werden stumm,
Sie weinen und wissen selbst nicht warum.
Tragedia

Huye conmigo y sé mi esposa
y reposa en mi corazón:
que en tierras lejanas, mi corazón
sea tu patria y tu casa paterna.

Si no huyes conmigo, entonces moriré aquí
y tu te quedarás completamente sola;
y aunque te quedes en casa de tu padre,
será como si vivieras en tierra extranjera.


En la noche de primavera cayó la escarcha,
cayó sobre las delicadas flores azules:
y se marchitaron y se secaron.

Un jovencito amaba a una doncella;
furtivamente, huyeron de casa
sin que ni el padre ni la madre se enterasen.

Erraron de un lado a otro,
no tuvieron suerte ni guía,
se arruinaron y murieron.


En su tumba se alza un tilo,
sobre el que silban los pájaros y el poniente,
y debajo, en la hierba verde, se sientan
el mozo del molinero y su amada.

El viento sopla tan suave y tan siniestro,
los pájaros cantan tan dulce y tan tristemente:
los parlanchines enamorados callan de pronto,
se echan a llorar y no saben por qué.

Finalmente, tres canciones de la colección Myrthen, que Schumann le regaló a Clara, en un volumen bellamente encuadernado, en la mañana de su boda en septiembre de 1840. Dos son exquisitas canciones de flores, justamente famosas, cuyas imágenes se convierten en una metáfora de Clara: la delicadamente erótica Die Lotosblume, que se desliza mágicamente en una luminosa clave remota para evocar la salida de la luna;

Die Lotusblume ängstigt
Sich vor der Sonne Pracht
Und mit gesenktem Haupte
Erwartet sie träumend die Nacht.

Der Mond, der ist ihr Buhle
Er weckt sie mit seinem Licht,
Und ihm entschleiert sie freundlich
Ihr frommes Blumengesicht,

Sie blüht und glüht und leuchtet
Und starret stumm in die Höh';
Sie duftet und weinet und zittert
Vor Liebe und Liebesweh.
La flor del loto se oculta
ante el esplendor del sol
y con su cabeza inclinada
espera soñando a la noche.

La Luna, que es su amante,
la despierta con sus rayos
y amorosamente desvela
su inocente rostro de flor.

Ella florece, resplandece y brilla
contemplando inmóvil las alturas.
fragante, llora y tiembla 
de amor y por penas de amor.

y la reverencial Du bist wie eine Blume, una refinada aria bel cantística.

Du bist wie eine Blume
so hold und schön und rein;
ich schau' dich an, und Wehmut
schleicht mir ins Herz hinein.

Mir ist, als ob ich die Hände
aufs Haupt dir legen sollt',
betend, daß Gott dich erhalte
so rein und schön und hold.
Tú eres como una flor,
tan encantadora, hermosa y pura.
Te miro y la melancolía
se introduce furtivamente en mi corazón.

Siento como si extendiera
las manos sobre tu cabeza,
rogando que Dios te conserve siempre 
tan pura, bella y encantadora.

En contraste con estas expresiones de adoración, Was will die einsame Träne? es una canción de soledad y pérdida, otro reflejo del miedo recurrente de Schumann de perder a Clara. – Richard Wigmore.

Was will die einsame Träne?
Sie trübt mir ja den Blick.
Sie blieb aus alten Zeiten
In meinem Auge zurück.

Sie hatte viel leuchtende Schwestern,
Die alle zerflossen sind,
Mit meinen Qualen und Freuden
Zerflossen in Nacht und Wind.

Wie Nebel sind auch zerflossen
Die blauen Sternelein,
Die mir jene Freuden und Qualen
Gelächelt ins Herz hinein.

Ach, meine Liebe selber
Zerfloß wie eitel Hauch!
Du alte, einsame Träne,
Zerfließe jetzunder auch!
¿Qué quiere la lágrima solitaria?
Ella empaña mi mirada,
pues, desde hace tiempo, 
persiste en regresar a mis ojos.

Ella tenía muchas y brillantes hermanas,
que se vertieron,
entre tormentos y alegrías,
en la noche y en el viento.

Al igual que la niebla,
también se derramaron las azules estrellitas
que sonríen desde el interior de mi corazón,
en cada alegría y en cada pesar.

¡Ay, mi propio amor
se ha derramado como vano aliento!
Antigua y solitaria lágrima
¡derrámate ahora tú también!.

 

Hace diez años: El Baltasar de Schumann

Acerca de José Luis

Las apariencias no engañan
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