Mozart – Maureische Trauermusik, K. 477

Interior de una logia de Viena. Se cree que el tercero del banco de la derecha, con ropa negra, es Mozart, sentado al lado de su amigo Emanuel Schikaneder, con capa roja.

La muerte, si lo pensamos con calma, es el verdadero y último propósito de nuestra vida. (La) imagen (de la muerte) ya no tiene nada de aterrador para mí; por el contrario, tiene mucho de reconfortante y de consoladora.

W.A. Mozart

Estas líneas de una de las cartas de Mozart de la época en que escribió la Música fúnebre masónica coinciden con la espiritualidad de esa obra, la más conocida e inspirada de las que compuso, no ya con connotaciones masónicas, apabullantes en La flauta mágica o menores en el Réquiem, sino expresamente para ceremonias de esa sociedad, a la que perteneció durante los siete últimos años de su vida. Se cree que la escribió en Noviembre de 1785 con ocasión de la muerte de dos hermanos masones suyos, el Duque Georg August de Mecklenburg-Strelitz y el Conde Franz Esterházy von Galántha (de la familia de los mecenas de Haydn), aunque parece ser que una primera versión había sido interpretada meses antes en una ceremonia de iniciación.

Con una orquestación única en toda la producción de Mozart, en la que, originalmente, con dos violines y dos violas se encontraban un clarinete, dos oboes, un fagot, dos trompas y nada menos que tres cornos di bassetto, la Maurerische Trauermusik combina solemnemente decisión y confianza, con la “vehemencia apasionada que desemboca en la más grave serenidad” de que hablaba un musicólogo de France Musique llamado Marcel Marnat en la contraportada del viejo LP en que la escuché por primera vez:

211014-19_LRGEra Edo de Waart al frente de la New Philharmonia Orchestra en un vinilo no reeditado en CD que debí comprar en Andorra alrededor de 1970. Me pregunto si es que una obra titulada “Musica masónica” no podía entonces publicarse en España, donde aún se oía hablar de la “conspiración judeo-masónico-comunista-internacional”. Desde luego, la letra de algunas composiciones es claramente subversiva, por ejemplo la de Zerfliesset heut, geliebte Bruder, segunda pista de ese magnífico disco, con el tenor Werner Hollweg y The Ambrosian Singers

Tenor:
Hoy nos reunimos, queridos hermanos,

entre gozos y cánticos de alegría.
La buena voluntad de José,
en cuyo pecho arde
un triple fuego,
ha coronado de nuevo nuestra esperanza
Coro:
Aunando corazones y voces,

cantemos a José este himno de alabanza,
pues él es el padre que nos ha unido,
Hacer el bien es el deber más noble,
él nos ha visto cumplirlo con entusiasmo,
y nos recompensa con mano amorosa.
Tenor:
Gracias también al grupo que ha velado por nosotros,

que avivó la llama de la virtud
y que siempre ha sido para nosotros ejemplo.
De cada uno de sus pasos
por el sendero masónico
ha brotado una fuente de fraternidad.
Coro:
Corresponde proclamar,

con el más profundo y diligente anhelo,
el agradecimiento más sublime.
Permitidnos, una vez nuestra fuerza ha sido triplicada,
comenzar las labores más nobles
y acallar nuestros alegres cánticos.

El José de esos versos, es José II de Habsburgo, Emperador del sacro Imperio Romano Germánico, gran protector de la Masonería. Pero los censores lo podrían tomar por un peligroso líder en el exilio, de segundo, José.

Otras joyas del disco son la Cantata para tenor y piano Die ihr die unermesslichen Weltalls Schöpfer ehrt, compuesta el mismo año que La Flauta mágica y muy próxima a ella, como puede comprobarse en este fragmento grabado en el Foyer del Liceo de Barcelona

También es estupenda la pieza que lo cierra, un coro, siempre masculino siendo masón, titulado Lasst uns mit geschlungnen Händen, «Enlacemos nuestras manos». Y aunque no es seguro que lo compusiese Mozart, se sabe con certeza que él lo cantó con ocasión de la centésima representación de La flauta mágica, lo cual le otorga un extra de emoción porque, falleciendo pocas semanas después, sus notas serían las últimas que entonase en un acto público.

Uy, perdón: Ese es el actual himno de Austria. Aunque sin letra es lo mismo, porque los austríacos tomaron para su himno la música del coro de Mozart (hoy atribuido a un contemporáneo llamado Johann Holzer), como los alemanes emplearon el Adagio del Cuarteto “Emperador” de Haydn para el suyo, tontos que son. Este es el coro de verdad.

Marcel Marnat, el autor de los comentarios del disco de que hablaba antes, dice que Beethoven cita “un detalle” de este coro en el final de la Novena. Puede que se refiera al tema del pasaje central

Pero como no lo tengo nada claro y no voy a acabar con una metedura de pata, lo haré repitiendo la gran Maurerische Trauermusik con un video. Todo eso que salimos ganando.

Acerca de José Luis

Las apariencias no engañan
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18 respuestas a Mozart – Maureische Trauermusik, K. 477

  1. timamót dijo:

    Has de corregir la data. Se t’ha escapat un «bisbe»: 1875 per 1785.
    També tenim un doble vell elepé de l’any 1980 amb la integral de la música masònica i que fa anys que no posem. Impossible endevinar-la amb el «quéasoma» de Juny.
    Gràcies per portar-la ara, perquè és una peça molt interessant. Ara repassaré les altres que has posat

    • José Luis dijo:

      Corregit, i amb aquestes gomes d’esborrar, ni es nota 🙂

      A mi no em semblava tan difícil, molt menys que altres que tréieu amb no res. Potser perquè és una peça que em va impressionar molt, i la tinc molt present.

      • lluisemili dijo:

        Nota anecdòtico-fililògica:
        la Timamot té per costum confondre paraules i noms semblants per alguna raó: aquell alumne que es deia César i ella li deia Aníbal, el que es deia Luis Alberto i ella li deia Victor Manuel, la de secretaria que es deia Refugio i ella li deia Sagrario… La llista és molt incompleta.

        Avui ha confós dues categories de sacerdot catòlic: Escriure 26 en lloc de 62 és (era) fer un FRARE.
        Fer un BISBE és allò que passa quan dues persones diuen la mateixa paraula exactament al meteix temps. També és quan el Papa investeix un impresentable repugnant per regir la diòcesi de València.

  2. Ângels dijo:

    Conclusión :que me sonaba a no sé que cosa !!!pero masónica!!!.Por probar que no quede.
    U.A.y adióoooos 😀

  3. Ângels dijo:

    QUiero escuchar el himno «alemán» adióoooos

  4. Ângels dijo:

    Muchisimas gracias ; que conste que lo he dicho con prisas y para poner un youtube.!Que desastre que soy! Un paquete de miles de gracias..Es que realmente este himno SI que emociona.Otra vez Gracias y más gracias 😀 😀 :D!Ah y el U.A.quenofalte

  5. Josep Olivé dijo:

    Los himnos…cuestión de sensibilidad musical tambièn. Y los de Alemania y Austria, pues eso, paises con una tradición musical impresionante y se nota.

    No he constatado parecido alguno entre el fragmento de la Novena y el coro masónico. Y por lo que respecta a la música-letra masónica, venga de donde venga (o sea, componga quién la componga, aunque se llame Amadeus), totalmente censurable en aquellos tiempos que citas… Donde va a parar, una secta judeo-masónica con principios nacidos justamente con los de la ilustración y que inspiraron la revolución francesa!

    Más (utilícese como adverbio, porfa): La Flauta es un cuento de hadas impregnado por todos sus poros de mensajes subliminales (y no tan subliminales) de ideología masónica. Puesto que, como ya se ha dicho antes, la ideología masónica comparte los mismos principios que la ilustración (no esta claro quién copio a quién, tengo mis dudas) entonces vamos bien. No hay escena ni fragmento que no posea ese acento, tanto en sus partes habladas como cantadas, tanto en sus partes trascendentes como cómicas. Sin embargo citas que el Réquiem también, y eso es una novedad para mi. Al menos la tonalidad principal (re menor) no se aviene a la profusamente utilizada en la música masónica (mi bemol mayor, con sus tres bemoles bien puestos).

    Por lo que respecta al grado de integración de Mozart con la lógia hay para muchas especulaciones. Desde las estrictamente sinceras, y que se originan en la respuesta «social-religiosa» a los años de esclavitud bajo Colaredo (arzobispo de Salzburgo), a las menos sinceras, en el sentido de que masones económicamente poderosos ayudaron/financiaron a Mozart en la época en que éste pasó a ser completamente ignorado en Viena. Mozart pasó a depender en gran parte de esta ayuda, y eso puede hacer tambalear su credibilidad de pertenencia. Y esta podría ser la razón por la cual, en agradecimiento a dicho soporte económico, uno de los jefazos de lógia (ahora no recuerdo el nombre) fuera no sólo el inspirador, sino el conductor y escritor de todas las partes de La Flauta que atienden a las iniciaciones (hay hasta tres: la de Tamino, la de Pamina y la de Papageno, todas ellas en diferentes planos musicales, pero entrelazados como sólo Mozart podía lograrlo!) y motivos/mensajes/símbolos masónicos. Schikenader tan solo elaboró la parte de Papegeno/Papagena, por mucho que se diga que él es el autor del libreto. Poco podía transmitir de mensaje trascendente un personaje que fué expulsado de toda logia donde residió por conducta poco ejemplar.

    Bueno, lo siento, se me ha ido la olla. Sé magnánimo con quién por fin ha acertado a la primera y es lider de la clasificación general (a igualdad de puntos vale el que llega rimero, o no?). 🙂

    • José Luis dijo:

      Me he puesto en alerta-lapifiaste ante tu duda sobre lo másonico del Requiem. San Google me ha tranquilizado (un poco): «una orquestación de tonalidades graves, la disposición homófona del Hostias en la tonalidad masónica de mi bemol»; y está en una lista de música masónica de una logia (http://freemasonry.bcy.ca/biography/mozart_a/music.html) . Hasta ahí llego. Luego me he olvidado del susto con todo lo que desborda de tu olla, y como el cocido está riquísimo, me complace comunicarte que sí, que eres el ganador absoluto de la etapa, y que este elemento sería tenido en cuenta en caso de empate final. 😉

      • Josep Olivé dijo:

        Esto…ehhhh…mmmm…veamos, que la historia esta llena de préstamos auto-otorgados, y una agrupación, o orden, o comunidad, o hermandad, o secta, o lo que se le quiera llamar, no va a prescindir así como así del caramelo de haber tenido entre sus miembros a Amadeus, y por tanto, además de catalogar como masónicas tanto obras que en origen le son más que justificadamente própias, no va dejar de catalogar obras que en su tercera, cuarta o quinta derivada podrían conectar con el ámbito musical de las celebraciones masónicas. He ido a la web que citas y en el caso del Requiem se cita: «Later adopted for masonic funerals». Yo deduzco entonces que en origen no lo fué, y que uno de sus fragmentos esté con los tres bemoles indica que efectivamente Mozart tenia presenta la célebre tonalidad masónica para transmitir en esa parte concreta del Rèquiem su espiritualidad/religiosidad. Es así, pero estamos ante una parte, no en el todo. Algo muy parecido ocurre con el maravilloso (en su sencillez, brevedad, serenidad y concepción) motete «Ave verum corpus» (KV618): «Not originally written for masonic use», se cita de manera literal. Esta obra, repito, maravillosa, trascurre en una tonalidad principal nada menos que Re mayor, modulando brevemente a Re menor, y por tanto, Mozart, y sólo Mozart, poseía la impresionante y sublime cualidad de tranportarnos a ambientes musicales serenos mediante tonalidades de suyo alegres como la de Re mayor, y graves como la de Re menor. Es decir, es decir, compatibilizar en distinto plano musical el ambiente de una celebración festiva de corpus, con el de cierta gravedad de oración religiosa. No le veo atisbo masónico a la partitura, pero es más que plausible que la orden masónica la tuviera en cuenta por su enorme grandeza expresiva y profundidad humana. Nada que decir. Es legítimo, y mensajes de este calado son buenos utilizarlos.

        Y con respecto al momentáneo liderazgo que ostento pues que me sienta bien el jersey amarillo! 🙂 🙂 🙂

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