Por clemencia para Clemente

“Concerto par Clemenza pour Clement, primo Violino e Direttore al theatro a Vienne, dal L.v.Bthvn. 1806”. Eso es lo que escribió Beethoven en la partitura de su Concierto para violín, aunque la dedicatoria sería finalmente para un reencontrado amigo de infancia llamado Stephan von Breuning; este Clement era quien se lo había encargado y quien lo estrenó en Diciembre de 1806.

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¿Y esto qué es?

¿Los jardines de Babilona?

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La cuarta sinfonía de Mahler: El cielo visto desde los ojos de un niño

La Cuarta ocupa un lugar único entre las nueve sinfonías de Gustav Mahler. Desde las campanilla iniciales del trineo, nos sumerge en un drama brillante y exuberante: una canción sinfónica de ocasional humor sardónico, frivolidad, introspección y finalmente inocencia. Su instrumentación sugiere un clasicismo ligero y minimalista en el que las voces graves de los metales de los trombones y la tuba están notoriamente ausentes. Mira tanto hacia atrás como hacia adelante. Las primeras cuatro sinfonías de Mahler surgieron de canciones, en particular, del ciclo de canciones de Mahler, Des Knaben Wunderhorn («La trompa maravillosa de la juventud»). La cuarta cierra este grupo “Wunderhorn”. Quizás Mahler nunca más se aventure tan vívidamente en el mundo de la naturaleza y rn el canto de los pájaros. Escuchamos resurgir breves motivos de la Tercera Sinfonía; el movimiento final, la canción de 1892, “Das himmlische Leben”, estaba originalmente destinada a concluir la Tercera Sinfonía. Al mismo tiempo, un vertiginoso diálogo de voces anticipa el denso contrapunto del estilo posterior de Mahler. En un momento extraño y profético del primer movimiento, surge la fanfarria de trompeta inicial de la Quinta Sinfonía. Hay alusiones más sutiles que anticipan la Quinta Sinfonía: esta línea descendente en los metales, los clarinetes y el oboe es el ADN del movimiento final de la Quinta Sinfonía. Estas son las interconexiones que hacen que toda la producción sinfónica de Mahler parezca un largo y continuo drama épico. ¿Era Mahler consciente de lo inteligente que era o estos motivos se deslizaron solos en la música, como un elenco de personajes que exigen ser escuchados?

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Migas de Proust (73)

El recuerdo de una cierta imagen no es más que la nostalgia de un cierto instante; y las casas, los caminos, los paseos, son fugaces, ¡ay!, como los años.

 

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Teoría de la música (1)

Aunque el término teoría de la música se usa de modo habitual, en realidad es extremadamente raro que alguien intente descubrir algo parecido a una teoría de la música. Los análisis de la estructura musical se limitan casi invariablemente a la música de un solo estilo, cultura o subcultura. A menudo se sobreentiende la universalidad (más por un sentido de superioridad, ignorancia o indiferencia hacia los estilos ignorados que por una auténtica convicción en la universalidad de los hallazgos), pero en realidad las teorías de la gramática musical (como cualquier teoría que ve la música como un lenguaje) sólo pueden aplicarse a alguna música, casi nunca a toda la música.

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7 de Mayo de 1824: Nacimiento del espacio del alma   

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En realidad, si queremos ser cínicamente exactos, fue con Beethoven con quien nació, de verdad, la idea de música clásica que hemos heredado y de la que todavía nos servimos. Con su  música sucedió de verdad que ese lenguaje refinado levitara hasta el punto de ofrecerse como  morada de un reflejo elevado, sentimental, e  incluso espiritual, de la sensibilidad humana.  La tensión, la intensidad, la espectacularidad  que traía consigo, eran casi la apertura física  total de espacios que no esperaban más que el  fluir de una espiritualidad que hasta entonces  había sido clandestina y nómada. Fue una admirable coincidencia de acontecimientos: en el  mismo momento en que la burguesía naciente sentía la necesidad de su propia elevación hasta la aristocracia del sentimiento, esa música inventaba exactamente la forma y el lugar donde hallarla. No es casualidad que Beethoven fuera prácticamente el primero en componer  de manera simultánea para la aristocracia del  siglo XVIII y para la burguesía rica de principios del XIX: se encontraba en equilibrio sobre  un confín, y tenía toda la apariencia de ratificar  el cambio de testigo del poder aristocrático al  burgués. El hecho de que fuera apreciado por  ambas nos da una idea de la vertiginosa riqueza de lo que hizo: se trata de una música capaz de emocionar a dos civilizaciones que eran distintas y, en cierto modo, antitéticas. 

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El canto de las sirenas (XC) – Wagner y el psicoanálisis (y 3): Sensualidad, sensualidad, sensualidad

Acto II de Tristán e Isolda: Señal en la noche (Henri Fantin-Latour, ca 1886)

La madre  siempre  termina  en Wagner perdiéndose en  las  brumas  legendarias  de  aquel  misterio  que  nimba  de  irrealidad  fascinante  todo  origen.  Lo  matricial  es  en  los  héroes  wagnerianos objeto de angustiosa quéte. Pesquisa  indescifrable  del  héroe que  no  conoce  el miedo,  o que no  lo conoce  al  ignorar  toda  referencia  a  la madre  (así Siegfried). Y  que  inicia  su  formación  en  la  ansiedad  y  en  la  angustia  cuando,  a  través  de  incitantes mensajeros,  en  el  embrujo  de  cuento  de  hadas  de  los murmullos  selváticos,  se  le  van  entregando  las  pistas necesarias que conducen al descomunal descubrimiento.  Allí aparece  siempre,  como  volverá a  sucederle a Parsifal  con Kundry, una posible futura esposa o amante que, sin embargo,  fue contemporánea de  su madre, o hasta confidente y  protectora  de  ésta,  o  testigo  de  sus  desgracias  (Brünnhilde).

Du wonniges Kind!
Deine Mutter kehrt dir nicht wieder.
Du selbst bin ich,
wenn du mich Selige liebst.
Was du nicht weißt,
weiß ich für dich,
doch wissend bin ich
nur, weil ich dich liebe!
O Siegfried! Siegfried!
Siegendes Licht!
Dich liebt’ ich immer;
denn mir allein
erdünkte Wotans Gedanke:
de Gedanke, den ich nie
nennen durfte;
den ich nicht dachte,
sondern nur fühlte;
für den ich focht,
kämpfte und stritt;
für den ich trotzte
dem, der ihn dachte;
für den ich büßte,
Strafe mich band,
weil ich nicht ihn dachte
und nur empfand!…
Denn der Gedanke
dürftest du’s lösen!
mir war er nur Liebe zu dir!
¡Oh, tierno hijo!
Tu madre no volverá más.
Pero si para dicha mía me amas,
yo lo seré para ti.
Lo que tú ignoras
yo lo sé por ti,
pero el origen de mi ciencia
proviene de que te amo.
¡Oh, Sigfrido! ¡Sigfrido!
¡Luz victoriosa!
Siempre te amé a ti.
Pues sólo yo adiviné
el pensamiento de Wotan,
presentí su propósito
que nunca pude expresar
ni precisar,
por él me batí,
luché y combatí,
por él hice frente
a quien lo concibió;
por él fui castigada
y debí expiar la pena.
Aquello que no concebí
y tan sólo adiviné,
si supieras descifrar
ese recóndito propósito
encontrarías que sólo
fue amor hacia ti.

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Oboes y cornos ingleses (3) – En sinfonías

Primeros compases y tema principal del Andantino de la Cuarta de Tchaikovsky. Podría acompañar a un fatigado y pobre mujik lamentando al final del día su suerte. El oboe suele ser más bien quejica.

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Mario Augusto Bunge: Las pseudociencias son malas para la salud. Y la sumisión también ®

Mario Bunge recibiendo el premio Príncipe de Asturias en 1982

«Mario Augusto Bunge (Florida Oeste, 21 de septiembre de 1919-Montreal, 24 de febrero de 2020) fue un epistemólogo, filósofo, físico, y crítico argentino nacionalizado canadiense, de los científicos hispanohablantes más citados de la historia. Durante su larga trayectoria, Bunge se declaró como realista, cientificista, sistemista, materialista, defensor del realismo científico y promotor de la filosofía exacta.»

“Hasta el día de su muerte fue profesor de lógica y metafísica en la Universidad McGill (en Montreal), donde impartió clase desde 1966”. Defendía que “si llega un momento en que ya no se puede disfrutar ni ayudar a otros, es mejor desaparecer con el mínimo dolor para uno mismo y para los demás” y parece que ese momento le llegó a los cien años, aunque, el día antes, quizás hubiese repetido lo que había dicho a propósito de su longevidad: “Es simplemente curiosidad. Hay una cantidad de problemas enorme que todavía no he resuelto y sigo trabajando en ellos. No tengo tiempo de morirme”. Estas son algunas de las conclusiones e ideas suscitadas por los que tuvo tiempo de abordar, prescindiendo de las más puramente filosóficos o científicas y de detalles de su más conocida crítica y rechazo a las medicinas tradicionales y “alternativas”:

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Händel en Roma (y 3) ®

Palazzo Bonelli, Roma, donde se estrenó en 1708 Le Resurrezione de Händel

Más que como un sirviente, Handel fue tratado como un huésped distinguido  por su mecenas secular más influyente, un melómano dignatario, el marqués Francesco Maria Ruspoli, quien le encargó que escribiera La Resurrezione la siguiente Pascua de 1708.

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Händel en Roma (2)

Dado que el imperante veto papal a las óperas no alcanzaba a los oratorios, en mayo de 1707 el cardenal Pamphilli encargó y escribió el primer libreto importante de Handel, el oratorio alegórico Il Trionfo del Tempo e del Disinganno.

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Händel en Roma (1)

Handel llegó a Roma a principios de 1707 y su forma de tocar el teclado y sus espectaculares composiciones impresionaron a sus primeros mecenas y seguidores, el cardenal Carlo Colonna, el cardenal Benedetto Pamphili y el cardenal Pietro Ottoboni. A pesar de la fe luterana y la firme educación protestante de Handel, las composiciones más importantes de sus primeros meses en Roma fueron para la Iglesia Católica Romana y muestran la determinación de desarrollar una gama completa de habilidades compositivas pese a ir en contra de muchas de sus creencias y de las enseñanzas de su Iglesia. Probablemente fue el cardenal Colonna quien le encargó que compusiera música a gran escala para el salmo Dixit Dominus, completado a principios de abril de 1707,

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El otro Schubert de 1824

Hace 200 años, en el (para nosotros) glorioso 1824 del Rosamunde, de La muerte y la doncella, del Octeto y de la Arpeggione, Schubert componía cosas de una ingenuidad tan desarmante como la de estos Landler  (D 366)

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El canto: Sus ventajas

El canto tiene muchas ventajas, incluso para quien no canta profesionalmente:

1. Proporciona una respiración amplia y profunda. Pero es preciso practicarlo. No basta con sentarse a escuchar discos de grandes cantantes.

2. Favorece el desarrollo de los músculos del tórax. Usted será admirado o admirada en playas y gimnasios.

3. Endereza el busto, con lo cual evita incómodas cirugías plásticas de levantamiento.

4. Aroma a veces el aliento.

5. Mejora el control de la respiración, lo que equilibra los centros nerviosos y produce profunda tranquilidad. Para comprobarlo, ensaye el siguiente y sencillísimo ejercicio:

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