La cabalgata de las valquirias en el cine ®

La cabalgata de las valquirias, Apocalypse now. Pero no sólo. De hecho, es una de las piezas clásicas más llevadas al cine, de largo la primera entre las de Wagner. Y se escuchó incluso antes de la llegada del sonoro, cuando algunos directores empezaron a indicar lo que debía tocarse durante la proyección como fue en el caso de El nacimiento de una nación, la obra maestra de Griffith, también pionera en ese terreno, para la que un compositor llamado Joseph Carl Breil preparó tres horas de música orquestal, propia, arreglos de melodías conocidas y clásica. Entre esta última se hallaba la cabalgata wagneriana destinada a acompañar precisamente una cabalgata guerrera, la carga del Ku-Kux-Klan, que entonces y en esa historia, acudiendo al rescate de unas pobres mujeres blancas secuestradas por malvados negros, no eran los malos sino los buenos de la película.

Un segundo uso importante se halla en la caótica 8½ de Fellini, en la que, con el título “Revuelta en el harén”, la música guerrera se escucha en una secuencia onírica, cuando al protagonista se le rebelan las mujeres que le mimaban. Pero antes, ya ha aparecido magistralmente acompasada con el movimiento de la cámara y el de los residentes de un balneario de lujo, incluidos los inevitables curas y monjas de Fellini. La música de la cabalgata es aquí diegética, una banda está marcando el paso con ella a la cola de ancianos y enfermos que se acercan a recibir el agua milagrosa. Las imágenes son preciosas y el sarcasmo total.

Llegó luego Apocalypse now y puso las cosas en su sitio: La cabalgata de las valquirias es música guerrera y Wagner es el preferido de los nazis y de cualquier villano que se precie, aquí los yanquis. De modo que nada mejor para ambientar el ataque de un escuadrón americano de helicópteros contra un indefenso poblado vietnamita. Pero eso lo piensan, no los responsables de la banda sonora sino los propios soldados, pues son ellos los que ponen una grabación magnetófonica desde los helicópteros para acompañar la masacre. También aquí la cabalgata es música diegética, la que llegando en el silencio anuncia a los campesinos la destrucción. La barbarie no es subrayada por la música añadida a la película, sino por la que escogen los agresores, afirmándose como ángeles de la muerte.

A partir de ahí, la cabalgata de las valquirias se consagra como leit-motiv de la violencia de los malvados; que no siempre vencen, porque todo el mundo tiene su Waterloo, como sabían muy bien los Simpson

ni siempre es tan trágico: Sólo un año después de Apocalypse now, y aquí con auténticos (y amorosos) neo-nazis, John Landis la emplea para una persecución de altos vuelos en la disparatada comedia musical Granujas a todo ritmo (The Blues Brothers).

Pero el cliché está establecido. Y las cosas no cambian. En Jarhead, áspera crónica de 0la guerra del golfo firmada por Sam Mendes, los soldados americanos jalean la escena de los helicópteros de la película de Coppola, deseando tener ocasión de imitarles.

Y lo mismo sucede en Rango, Oscar 2012 al mejor largometraje de animación, con una horda de topos que, cabalgando sobre murciélagos, la tocan con sus banjos durante una persecución evocadora de las galaxias.

Salvo en la muda El nacimiento de una nación y en la gamberrada de Landis, la cabalgata de las valquirias se incorpora como música diegética en sus más importantes apariciones en el cine. Y desde Coppola, asociada a los villanos. Lo gracioso del asunto es que ni la pobre Brunilda ni sus valquirias eran malas personas. Sólo Elmer pareció entenderlo, aunque acabase confundiendo el objeto de deseo y la ópera.

 

® Hace diez años: La Valquiria (Preparatorio B)