El tema principal de Succession

Al menos por lo que hace a su primera temporada, Succession (pronúnciese sik·sa·shn; «sucesión» sería muy poco glamouroso) es una serie muy bien hecha y muy entretenida. El argumento es una variante de un clásico: Multimillonario y todopoderoso magnate de los medios  de comunicación y el entretenimiento tiene un problema de salud y tanto la familia como la competencia entran en ebullición. Es decir, los entresijos del poder y el siempre atractivo mundo de la gente tan obscenamente rica como malvada. Pero Dallas, Falcon Crest y Dinastía quedan a años luz, sobre todo por la calidad de un guión que logra sorprender en cada capítulo (a pesar de que los personajes sean arquetipos absolutamente previsibles), por unos acerados diálogos, por una cuidada ambientación y  porque, si es cierto que todo recuerda a algo, también lo es que todo está muy bien resuelto. Como su tema musical de apertura, que también recuerda a algo.

Un piano metálico y disonante, unas cuerdas que repiten la línea del bajo antes de que las más agudas se hagan con la melodía, un largo enlace con un ostinato que evoca al de Juego de Tronos, y al estribillo, con mucha electrónica que, cerca del final, hace llevar la mano al bolsillo por ver si no es tu móvil lo que está zumbando. Pero… ¿y ese fondo rítmico, esos cuatro acordes sobre los que se desarrolla toda la pieza y que tan claramente marcan las cuerdas en su primera aparición?

Seguro que suena. Pero ¿a qué?  Pues no hay una respuesta, sino dos. La primera, la más próxima en el tiempo:

Pastime Paradise, una de aquellas maravillosas Songs in the Key of Life de Stevie Wonder. Sin embargo, cuando se teclea “Succession” y «Pastime Paradise” en el monstruo, lo que aparece (hoy) es esto: “Theme song for succession is the same as gangsters Paradise”.  Y es que a alguien le ha recordado lo mismo, pero atribuye la canción a un rapero llamado Coolio que la usó como base de la que consideran la mejor canción rap de la historia, Gangsta’s Paradise. “Weird» Al Yankovic hizo una divertida parodia, Amish Paradise, y el tal Coolio se enfadó porque no le había pedido permiso. Qué cosas.

Para descubrir la segunda y definitiva respuesta puede ser de gran ayuda escuchar otras apariciones de esa secuencia de notas. Porque no es sólo un telón ni es sólo un momento. A lo largo de todos los capítulos de la temporada, esas notas se escuchan tanto o más que la propia melodía en distintos arreglos, por ejemplo con guitarra, en una escena en la que aparecen los personajes principales (sólo falta uno de los hijos), y que, de paso, sirve para estudiar el parecido entre Jeremy Strong y el Superagente 86, o, ya puestos, el de Sarah Snook con la Lucy de Dallas, salvando las distancias (las verticales sobre todo)

Repetimos con cuerdas y el puto Don Nadie

Y finalmente, de nuevo con Jeremy Strong en una secuencia similar y un piano que da una pista…

…porque, efectivamente (o no), se trata de las notas graves que abren y acompañan…

STÄNDCHEN / SERENATA

Leise flehen meine Lieder / Quedo implorando mis canciones
Durch die Nacht zu dir; / A ti a través de la noche;
In den stillen Hain hernieder, / Abajo, en la tranquila arboleda,
Liebchen, komm zu mir! / ¡Amada, ven a mi lado!
Flüsternd schlanke Wipfel rauschen / Murmurantes, esbeltas copas susurran
In des Mondes Licht, / A la luz de la luna,
Des Verräters feindlich Lauschen / El acecho hostil del traidor
Fürchte, Holde, nicht. / No temas, tú, amada.

Hörst die Nachtigallen schlagen? / ¿Oyes gorjear a los ruiseñores?
Ach, sie flehen dich! / ¡Ay! Ellos te imploran,
Mit der Töne süßen Klagen / Con el sonido de dulces quejas
Flehen sie für mich. / Imploran por mí.
Sie verstehn des Busens Sehnen, / Comprenden el anhelo del pecho,
Kennen Liebesschmerz, / Conocen el dolor del amor,
Rühren mit den Silbertönen / Conmueven con argénteos sonidos
Jedes weiche Herz. / A todo tierno corazón.
Laß auch dir die Brust bewegen, / Deja también conmoverse tu pecho,
Liebchen, höre mich, / Amada, escúchame;
Bebend harr’ ich dir entgegen! / ¡Trémulo aguardo el encuentro!
Komm, beglücke mich! / ¡Ven, hazme feliz!

…la conocidísima Serenata  de Schubert. Desde otro mundo.

¿Y si tecleamos ahora junto al de Franz Schubert el nombre de Nicholas Britell, autor de la banda sonora en cuestión?. Pues nada… bueno, si: que es pianista y que, entre otros grandes, tocaba Schubert. En fin. Ya que no la canción, sería un detalle que en algún futuro capítulo pusiese el arreglo para piano que hizo Liszt de ella, que, entre tanto veneno, un poco de aquel viejo romanticismo podría quedar muy bien.

Acerca de José Luis

Las apariencias no engañan
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3 respuestas a El tema principal de Succession

  1. Josep Olivé dijo:

    Esta misma tarde acabo de finalizar la segunda temporada, y última, de esta serie. Una serie magnífica, espléndida, que te deja mal cuerpo al constatar que el mundo, parte de nuestro mundo, o mejor dicho, parte de nuestro nuestro planeta físico, esta en manos de gente déspota, frívola, insufrible, corrupta, paranoica, maniquíes estúpidos y…muy lista. Y la reflexión no solo cabe dirigirla al mundo financiero, debemos incluir al político. Lo son, son eso que he dicho, muy listos, porque de lo contrario no se entendería muy bien como toda esa calaña esta donde esta, hace lo que hace y juega a lo que juega. Te animo a ver la segunda temporada por tres razones bien simples: la primera es que va a más, la segunda (y aunque no sirve de consuelo porque otros rápidamente ocupan su lugar), porque se hace efectivo el refrán: «A todo cerdo le llega su San Martín». Y la tercera porque continuarás deleitándote con la misma música, magistralmente diseccionada en este post, ese bajo insistente, que suena como un bajo profundo, obstinadamente, como un hilo conductor que, con diversa instrumentación, nos recuerda que también ellos no solo lloran, sino que también se ahogan en sus miserias. Y se lo merecen. Con creces.

    • José Luis dijo:

      Estoy en ello 😀 , voy por la mitad, me parecía algo inferior esta segunda parte pero he cambiado de opinión después de ver el estupendo capitulo de la cena de las familias, que a cual peor, como dices, aunque lo de listos, habría que discutirlo, al menos si listo es sinónimo de inteligente. Menuda tropa de enfermos mentales. La música… se me ha metido en la cabeza, con el Standchen, y la cosa empieza a ser insufrible… 😀

  2. Pingback: …salvo quizás la Serenata op. 135 de Schubert | Ancha es mi casa

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