Pues con un pequeño nudo en la garganta comienzo hoy el programa…
Con esas palabras empezaba Fernando Argenta su último Clásicos Populares, el 31 de Julio de 2008, y con esas palabras podríamos haber empezado a escribir hoy los muchos amigos que le queríamos, como han hecho aquí cerca Atticus y bachiano, y luego enriquedeburgos, en sendos sentidos homenajes. A quien no le haya conocido, le puede bastar escuchar sus pocas palabras en aquel último programa para hacerse una idea de la sencillez, humanidad y valía de ese extrovertido y simpatiquísimo enamorado de la música que dedicó fructíferamente su vida a acercarla a todo el mundo.
Su nombre no pasará a la gran historia de los acontecimientos, pero pertenece a la más próxima, querida y verdadera historia de los que le disfrutamos. La selección musical con que quiso despedirse de la radio (*), empezaba con el Allegretto de la Séptima, y como él dijo en aquella ocasión: Cuando faltan palabras, comienza la música.
______________________________________________________________
Allegreto de la Séptima de Beethoven, Adagio para cuerdas de Barber, Di Rigori Armato Il Seno de El caballero de la rosa de Strauss, Tercer movimiento, Poco allegretto, de la Tercera de Brahms, Ave Verum de Mozart, Adagio de la Novena de Beethoven, Mache dich, mein Herze, rein de la Pasión según San Mateo de Bach, y una obra para mí desconocida, en la que un elegíaco lamento probablemente hebreo, alternaba con un coro con textos litúrgicos en latín.
El Tercer movimiento de la novena se vio interrumpido abruptamente por un fragmento de La Verbena de la Paloma que incluía el famoso Donde vas con mantón de Manila, absolutamente fuera de lugar. Fernando Argenta, que no había vuelto a aparecer desde que se inició la música, dejó que acabase comentando luego: Bueno, pues los malditos aparatos siempre han estado en contra de mí, y hasta el último día quieren jugarme una mala pasada, pero no lo lograrán, no, no lo lograrán. Bueno, pero qué sería, qué hubiese sido de Clásicos populares sin fallos. No hubiese sido nada. Y pese a los aparatos o al aparato, siguió la música, con Bach. Adios, querido Fernando.
Ancha es mi casa 
Hola José Luis… Pues si, a veces nos levantamos con alegría para segundos después, conociendo la noticia, empezar el día con un nudo en la garganta. Son muchísimos los recuerdos que tengo de Fernando, a través de la radio, incluso de una vez que pude hablar con él.
Como bien has dicho cuando no hay nada que decir empieza la música… en este caso continua. El aria de la Matthäus-Passion para bajo es una auténtica maravilla y el mejor homenaje que se le podía hacer. Dicen de este aria que es como una tarde fresca y con brisa en la que después de la muerte (en este caso de Jesús) llega el descanso. Palabras que hoy son para Fernando. Que así sea.
«… yo mismo quiero enterrarle, pues él ha de encontrar para siempre dentro de mi su dulce descanso. Mundo, apártate, déjale entrar».
Un precioso homenaje José Luis, muchas gracias.
Yo me enteré anoche, volviendo feliz y contento de unas preciosas Bodas de Fígaro, y el jarro de agua fria fue bueno. La frase que me atribuyes es suya, y respecto al aria de Bach, las prisas no me han dejado poner la letra, pero me alegro, porque quizá eso nos hubiese privado de tu precioso comentario.
Mi respeto ,mi recuerdo y mi homenaje Gracias adióoooos
Espero que muriese consciente de lo muy querido que era
Me alegro de que le hayas dedicado este recuerdo. En ocasiones he hablado con gente que, por algún motivo o no, aprovechaba para decir cosas negativas de él. Clásicos populares ha sido un magnífico vehículo de cultura. Y Fernando Argenta, gracias al alcance de la radio y la televisión, ha contribuido durante cuatro décadas a que la música se abra a un círculo más amplio. No toda la música es para todos los públicos, pero hay unos cuantos clásicos populares. En Santander, por fin, una calle lleva el nombre de su padre. Sin problemas podría ser la calle de Ataúlfo y Fernando Argenta.
Para los que le escuchábamos por la radio no había nada que criticar, y quien lo hiciera, seguro que se movia por envidia o por ese elitismo de que alardean los pedantes, nada que ver con el de Berlioz, naturalmente 😉
Sería precioso que reunieran en esa calle al padre y al hijo que tanto respeto le guardaba, pero me temo que es de los personajes que se olvidará.
Su dedcación a los niños en las mañanas de los domingos ( o era sábado…? ) no las olvidaré nunca , yo despertaba a mi nieto Victor recordándole que era el dia del «Conciertazo» a él le encantaba y el caso era que yo lo disfrutaba tanto o más que el pequeño , la verdad que a mi siempre me pareció un programa de muy buen gusto y muy bien realizado y lo principal , un tema importante y necesario para la infancia la Música y de que manera introducia a los pequeños en el mundo de los más grandes Músicos, y recuerdo bien que no se escatimaba en atrezzo y puesta en escena para atraer con más facilidad la atención de los pequeños, sus caritas lo decian todo…..eso si, despistes del maestro Argenta un montón……..pero no le restaba encanto, por el contrario lo hacia más natural…..adios Maestro ,D en P.
De su padre tengo una colección de vinilos en mayor parte de zarzuela, fué un director de prestigio, acompañó a los más grandes.
El otro día, estuve a punto de poner un Youtube de ese programa, por contrastar con la ñoñez del «Suena Bach», y por comparar la expresión de los críos, ante música clásica sin ablandar. No lo hice, porque no encontré nada de Bach, que era el tema
.
He sentido muchísimo esta noticia, leída ya en el periódico muy de mañana. Siempre que podía sintonizaba su programa, y junto a su compañera Araceli formaron un auténtico duo que me llenó muchas horas, y muy gratas todas ellas. Descubrí muchísimos detalles, muchas pequeñas cosas de la música que mas estimo. Solo por citar un ejemplo, tendría muchísimos: en un viaje en coche desde Zaragoza a Madrid realizado hace muchos años conocí de su voz y con su habitual simpatía todas las visicitudes de la partitura de «La Pasión según San Mateo», y como le debemos a Mendelssohn su recuperación y que a día de hoy la tengamos tan presente en nuestros «reclinatorios». Triste, muy triste noticia, justamente cuando aquí en Madrid se producen numerosos actos de homenaje a su padre, Ataulfo Argenta, probablemente el director español más ampliamente reconocido internacionalmente y muerto en extrañas circunstancias. Tengo que recordar el impresentable, hipócrita y deleznable artículo escrito contra su programa el «Conciertazo» escrito hace muchos años por Xavier Echevarria en la Revista Musical Catalana. No le gustaba el programa y arremetió contra él y su creador en un tono que me ofendió y me avergonzó. ¿Y sabes una cosa JL? Muchas de las cosas de tu blog me recuerdan al perfil y talante de «Clásicos populares». Triste noticia su desaparición, de las que te quedas un buen rato mirando ensimismado al vacio, un vacio lleno de recuerdos que te ayudan a ver la vida como se merece.
Pues no podías halagarme más, aunque la única coincidencia puede ser en el tono, porque él sabía muy bien de que hablaba, y yo voy aprendiendo malamente a medida que hablo 🙂 Prefiero ni comentar lo de ese crítico, seguro que le acusaba de vulgarizar, pero no creo que ningún buen aficionado deje de tener hoy un recuerdo agradecido para él. La verdad es que yo lo escuché muy poco, pero siempre me encantaba. También hacía concursos 😉 como uno en que se trataba de adivinar los tres intérpretes de un aria. Lo que más recuerdo fue que me descubrió La Maddalena de Caldara; le dediqué una página con ella, en la que ahora veo confundí los dos programas en que se despidió, que escuché de vacaciones, en Julio; el que he comentado aquí y el del dia anterior, en que sus amigos hablaban del programa y escogían música.
Gracias por darnos el homenaje hecho. Tantas veces me acompañó mientras conducía, mientras trabajaba, etc., que es como si de repente me faltase alguien a quien no había echado en falta con tanto frenesí cotidiano. Fue un hombre sumamente generoso y que supo, no sólo compartir, si no despertar en mucha gente que no sabía que la tenía la sensibilidad musical. Y lo hizo en la Radio pública con un compromiso y una integridad encomiables
Claro que sí; formaba parte de lo mejor de nuestro paisaje, y seguro que, como aquel personaje de Capra, habrá determinado más vidas de lo que él mismo podría creer, o, por lo menos, habrá hecho que mucha gente se aficionase a algo tan estupendo como es la música.
Pingback: Adiós, Fernando | [rbw
Pues yo también quiero dedicarle unas líneas a Argenta.
Me emociona recordar que mi madre fielmente todas las tardes se preparaba un buena taza de café y sentada en la cocina escuchaba feliz Clásicos Populares. Era uno de sus grandes momentos del día. Se divertía con Argenta. Pero lo mejor es que gracias a lo bien que hacía la selección y la explicación de la música que ofrecía , ella se quedaba cautivabada por alguna pieza. Era un momento muy especial, sentada en la cocina, con su taza de café humeante delante, verla con los ojos cerrados como escuchaba la música que venía de la radio. Después, apuntaba lo que había escuchado (o llamaba para saberlo) y enseguida que podía, se compraba su disco y lo ponía una y otra vez en casa para que la música la acompañara y pasara a formar parte de ella. La cantaba y la tarareaba una y otra vez. Recuerdo cuando me decía, «ven, ven, escucha, escucha esto, ya verás que maravilla»
Todo muy parecido de lo que me pasa a mi ahora con el seguimiento que hago de blogs como el tuyo JL. que me hace tener muy presente esta emoción en el recuerdo.
Un abrazo Argenta, JL y gracias
Mira que habrá escuchado felicitaciones, pero seguro que tu escrito habría emocionado a Fernando Argenta, no creo que se le pueda hacer mejor homenaje. Esos que al parecer criticaban su programa debieran leer la escena que pintas. Y que este blog sea uno de los que te la hagan revivir… en fin… como diría Argenta: Venga, hombre, venga, vamos a poner un poco de música 🙂
P.S. No sé si te ha caido el «ni» o has cambiado de nombre 🙂
Ya te conté que yo soy de movil en mano, entre lo pequeño de la pantallita y la presbicia, me dejé el ni.
Pingback: Recuerdos de Fernando Argenta ® | Ancha es mi casa