Shostakovich – Concierto para violoncelo No. 1
Una vez, hablando con Nina Vasilyevna, la última esposa de Dmitri Dmitriyevich’s, saqué el tema de un encargo: “’Nina Vasilyevna, ¿qué debo hacer para que Dmitri Dmitriyevich escriba para mí un concierto para cello?” Ella contesto, “Slava, si quieres que Dmitri Dmitriyevich escriba algo para tí, el único consejo que puedo darte es este: Nunca se lo pidas ni se lo nombres”
Dmitri Dmitriyevich, Shostakovich, dedico a Slava, Rostropovich, su Primer concierto para violoncelo y orquesta. Lo compuso por su propia iniciativa, naturalmente, aunque teniendo presente la Sinfonía Concertante para violoncelo y orquestra que Prokofiev había escrito… animado por Rostropovich.
Disponemos de una grabación de este concierto por Natalia Gutman, la gran violoncelista que nos visitará, cuya versión con Kiril Kondrashin y la Orquesta de la Radiotelevisión de la URSS es considerada como primera referencia. Pero antes de empezar con él, es interesante leer las explicaciones del prefacio de la partitura:
Este concierto de cuatro movimientos se divide en dos grandes partes: el movimiento inicial, y luego otros tres tocados sin pausa. Juntos, forman un todo integral con temas e imágenes unificados.
El tema principal del primer movimiento, Allegretto, es un motto dinámicamente desarrollado que reaparece muchas veces. El segundo tema es una rica imagen musical del carácter ruso, lleno de estoico sufrimiento y fuerza de voluntad.
El segundo movimiento, Moderato, tiene una contenida introducción, tras la que el cello entona una canción con las violas como telón de fondo. El melódico segundo tema es muy expresivo, conduciendo a un clímax dramático.
El Andantino – Allegro del tercer movimiento es un monólogo para cello solo que recupera el motto del primer movimiento y los temas del Segundo preparándose para el Allegro con moto final en rondo que resume la obra, con una coda basada en el tema principal del primer movimiento.
Escuchemos ya a Natalia Gutman, acompañada por la Orquesta sinfónica Tchaikovsky Bolshoi dirigida por Mikhail Shcherbakov:
El motto de cuatro notas que abre el concierto y reaparece cíclicamente a lo largo de él, dejando de escucharse sólo en su segundo movimiento, deriva de nuestro conocido DSCH, y al parecer, también está relacionado con su música para la película de Sergei Gerasimov La joven guardia (Molodaya gvardiya, en 53:47).
La elegíaca canción del segundo movimiento (7:30) el diálogo con la celesta con el que este acaba (15:08) y la conmovedora larga cadenza que le sigue (17:29), son pasajes destacables por su gran intensidad emocional. Es muy llamativo el poderoso final y su brusca conclusión, aunque la curiosidad de este último movimiento es la presencia de una canción popular georgiana llamada Suliko. Ya apareció por aquí a raíz de que la violinista Lisa Batiashvili nos la regalase como propina de su actuación en L’Auditori en 2010, atribuida erróneamente a Tsintsadze, quien en realidad sólo es el autor del arreglo que ella interpretó. Aquí esta de nuevo esa preciosa miniatura
que, trágicamente para todos los que no se hayan vacunado con Wagner, era la preferida del georgiano Stalin, aunque es probable que le complacieran más versiones de este tipo:
Pero localizarla en el concierto de Shostakovich no es tan fácil, y las notas de la canción
y las de la cita,
que para un profano se parecen como el día y la noche, tampoco es que ayuden mucho. La canción está enmascarada, por no decir encriptada bajo siete códigos secretos, y si Shostakovich no le hubiese revelado su existencia a Rostropovich, probablemente nadie la habría descubierto. En esas condiciones, es evidente que el compositor no pretendía homenajear a Stalin, sino todo lo contrario, y también habla en ese sentido el tono burlón del movimiento, y el enfrentamiento del tema DSCH con la oculta Suliko, canción que, además, Shostakovich había empleado también en una cantata satírica claramente dirigida contra el “activismo musical” del partido titulada El antiformalista Rayok o simplemente, Rayok (El pequeño paraíso)
En el concierto, después de reiteradas y esforzadas audiciones que, más que otra cosa, servirían a cualquiera para acabar odiando el movimiento, la obra entera, el cello y la música en general (favorecido, todo hay que decirlo, por la aspereza de esa versión de Gutman), creo que son las ocho notas repetidas que se oyen al principio y al final de este fragmento (23:35 en el video) primero a cargo de la orquesta y al final del violoncelo, enmarcando una frase que podría ser la pobre Suliko distorsionada:
Afortunadamente, el video de este concierto con Rostropovich y la London Symphony Orchestra dirigida por Charles Groves en 1961, además en un siempre elegante blanco y negro, restaña todas las heridas, especialmente si se disfruta sin estar pendiente ni de citas ni de motos.
No crees que este coro parece de Corea del Norte, tan cudriculados y milimetrados .!que horror tan poca naturalidad! .Aparte ,la canción es muy bonita .U.A.y adióoooos
Preciosa, te aseguro que L’Auditori se caía cuando la toco aquella moza. Y los cuadriculados son los que le gustarían a Don Pepito. Aunque, vete a saber.
UAYHLP 🙂
No tengo tiempo para escuchar. Ya mañana. sólo he escuchado a los soldaditos de plomo y opino lo mismo que Angels. Así que U.a. y adiósssss.
Lo dices como si estuvieras obligado. Esto de leer, como lo de ir a trabajar, quita mucho tiempo. 😉 No te preocupes. Un saludo. Pero no dejes de escuchar Suliko por la violinista 🙂
…jajajajajaja…. eres tremendo! 🙂
Habrá que aclarar para terceros que mi respuesta esta copiada y pegada del blog de enrique, donde te disculpaba a tí con esas palabras. Y claro, me lo ha dejado en bandeja, porque además, es verdad.
Me pasa lo que a Enrique así que el viernes por la tarde y/o sábado por la mañana escucharé y veré los youtube. Interesantísma de todas maneras la explicación de los distintos motivos y temas de la obra.
Por lo que respecta a Lisa Batisahvili recuerdo perfectamente su espectacular manera de poner patas arriba un auditorio. Aqui y en Colonia, y precisamente con el mismo bis de la canción popular georgiana, pues eso, que entre que es gran violinista, y entre sus gorgoritos y entre sus vueltecitas sobre sí misma te quedas como decía años ha un veterano político…»pasmao»… 🙂
Por último, milagros de la técnica, sin hacerle nada a este (al ordenador) resulta que ahora no tengo ningún problema con conectarme desde cualquier lugar. ¿Será un premio a la fidelidad? 🙂
No he podido contenerme y he empezado por el coro y su canción, y obviamente no fué en este bis donde Lisa hizo gorgoritos y vueltecitas, no pega ni con cola, si lo hizo en el segundo bis que ejecutó, mucho más danzable y alegre… Bien, ahora todo encaja. 🙂
Con esas joyas que se sacan de la manga para los bises, y con la guardia ya baja con que nos pillan, estos solistas nos podrían poner a a hacer el pino. Pero no recuerdo una segunda propina, aquí en Barcelona
Me alegro de que no le hayas hecho nada al ordenador, pobre. Seguramente por eso ha decidido portarse bien… Yo venía haciendo novenas, pero más creo que haya sido cosa suya.
Había visto tu respuesta, aunque no los flecos que fue dejando. Sigo sin haber escuchado más que los soldaditos. Hay días que…
Esperemos que no sean meses ni años que…
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