La ópera, el Liceo y las líneas rojas según Matabosch

(Concibo) la ópera como un arte para comunicar y para expresar, y no como un mero producto para entretener. Esto implica que sus materiales no sólo identifican, sino que también expresan, y que la elección de cada material responde a una voluntad expresiva global. Esta proyección de nuestra propia experiencia en la forma del objeto artístico es clave para que la experiencia sea genuinamente artística. ¿Hay que doctorarse para percibirlo? Ciertamente no, y lo que intento explicar no es lo que se debe hacer sino lo que, de hecho, sucede cuando contemplamos un Goya, escuchamos a Bach o leemos a Machado. Esto es lo que se produce ante la contemplación de cualquier gran objeto artístico, pero también advierto que esto no se produce cuando nuestras expectativas se reducen a ver cómo nos entretiene y cómo nos sorprende el espectáculo; o cuando creemos que entender en ópera significa sólo comparar para sancionar. Es decir, comparar para sancionar a los intérpretes.

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De los 12 millones de euros de subvenciones que se le han recortado al Liceo, nueve pueden llegar a asumirse con gran dificultad, grandes sacrificios salariales de los trabajadores y un nuevo diseño del producto. Pero esos cuatro millones de euros que se han recortado de más no se van a asumir sencillamente porque la institución, a partir de ese punto, es inviable. Lo que tienen que plantearse los responsables es si quieren tener o no un teatro de ópera. Si no lo quieren, es mejor no prolongar la agonía. Me gustaría que el pequeño ruido mediático que pueda haber provocado mi salida del teatro contribuya a que algunos reflexionen sobre cómo han gestionado el teatro a lo largo de los últimos cuatro años. Es decir, no tengo ninguna necesidad personal de salir del Liceo. Pero no hace falta que le insista en que no me faltan motivos.

(…)

Los recortes en subvenciones públicas pueden, hasta cierto punto, resultar higiénicos para que las instituciones se vean obligadas a administrar mejor sus recursos, a renegociar marcos laborales más flexibles, a aumentar la productividad, a incrementar los esfuerzos de patrocinio, a abrir las instituciones a un público más amplio y más diverso. Esto es higiénico siempre y cuando se analice cual es la línea roja que no se debe sobrepasar. Lo que no se entiende es lo de la subida del IVA. Su efecto es simplemente desincentivar el consumo. Y esto es exactamente lo contrario de lo que se debería hacer para ser coherentes con la primera parte de la ecuación.(…) No seré yo quien discuta que debe haber dinero para los hospitales y escuelas. Pero también en los hospitales y escuelas debe haber, seguramente, un margen para mejorar la gestión. Como en los teatros. Y, como en los teatros, también hay una línea roja que no se debe sobrepasar.

Magazine de El Mundo, 13/10/2013

Acerca de José Luis

Las apariencias no engañan
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3 respuestas a La ópera, el Liceo y las líneas rojas según Matabosch

  1. Josep Olivé dijo:

    Ayer por la noche, consultando la prensa en el hotel, precisamente al periódico «El Mundo» le faltaba una página en su apartado cultural. Líteralmente arrancada. Hoy, al leer el post me decía:…»…pero esta entrevista se me ha pasado, no la ví…». Pues eso, que a alguien, en Madrid, le interesó lo que decía Matabosh y lo quería solo para él. ¿O era alguien de Barcelona el egoista? Bien, no es para quellerarse en un pais que hasta los de la fiscalia anticorrupción hacen de estupendos abogados defensores de delicuentes de cuello blanco (y delincuentas de muy noble cuna y alta alcurnia) pero me pregunté:..»¿Y si lo que había me interesaba?». Pués sí, me interesaba. Y mucho. Y gracias a esta ancha casa, he podido saber de esa hoja de periódico «perdida».

    Es valiente Matabosh en el tercer párrafo que nos muestras, pero no maneja bien las estadísticas, que en boca de nuestro señor ministro de hacienda nos dicen que los salarios han aumentado, y es por ello que cabe pensar que nos aumentó unos puntitos de nada el IVA no fuera que lo despilfarrásemos (el salario, no el IVA…)…

    El Sr. Matabosh sabe perfectamente de lo que habla, y habla bien, Entiendo la ópera, y en un sentido más amplio toda manifestación artística, como la entiendo yo, lo cual me complace. Y puede que sea de letras y flojee (mucho) en matemáticas, pero se le entiende perfectamente: «Lo que tienen que plantearse los responsables es si quieren tener o no un teatro de ópera. Si no lo quieren, es mejor no prolongar la agonía».

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