Agrippina (1)

A partir del próximo sábado 16, fiesta grande en el Liceo para los fans de Händel: Agrippina, la que es considerada su primera gran ópera y la cumbre de su período italiano, pero que, a pesar de un espectacular éxito inicial, tuvo que esperar a la segunda mitad del siglo XX para empezar a ser programada con regularidad, y a este 2014 para presentarse en el Liceo.

vincenzo-grimaniEl vivo y estupendo libreto del cardenal Vincenzo Grimani, en el que algunos creen ver reflejada  la lucha por la corona española entre Hasburgos y Borbones, nos relata las maquinaciones de la madre de Nerón para lograr ver a su hijo en el trono, cuando es Otón, comandante  del ejército imperial, quien ha sido designado por Claudio para sucederle en agradecimiento por haberle salvado la vida. Para ello, Agripina engaña a todos y se sirve de todos, especialmente de la bella Popea, que quiere y es querida por Otón, pero que es deseada también por Claudio y Nerón, y que, cuando se da cuenta de que está siendo instrumento y víctima de las malas artes de Agripina, decide vengarse y desenmascararla. Ingredientes de sobras para una historia de intrigas políticas y amorosas  en la que, de los hombres, el más listo no les llega a las dos protagonistas a la suela del zapato, y ninguno se entera de la mitad de la misa que es esta lucha despiadada sobre tacones de aguja sin límites o cortapisas éticas (en la que) la seducción y el sexo son un instrumento más para conseguir sin rodeos aquello que se desea, según se lee en la página del Liceo. A pesar de todo y de forma un poco sarcástica, el cuento acaba bien para todos, aunque la historia no concluye aquí, pues, como nos había contado Monteverdi medio siglo antes en L’incoronazione di Poppea, la cortesana dejará a Otón, que estará luego a punto de asesinarla, y acabará casándose con Nerón.

Frontispicio de AgrippinaMusicalmente, Agripina es una sucesión de recitativos y arias. La acción avanza en los primeros, todos seccos salvo el que, en el segundo acto precede al Voi che udite il mio lamento de Otón, reforzado por la orquesta para resaltar el dramatismo del momento; las arias precisan los sentimientos de los protagonistas, y son de tal calidad y variedad que no hay asomo de monotonía. No se habla mucho de la precocidad de Händel, pero veinticuatro añitos tenía cuando estrenó esta obra maestra que, eso sí, aprovechaba mucho de lo mejor de composiciones previas, suyas y algunas de otros, como Keiser, Corelli y Lully, práctica habitual de la época aunque considerada excesiva en esta ópera, en la que sólo cinco piezas vocales son enteramente nuevas y originales.

Harmonia Mundi nos regala unos preciosos videos con fragmentos de la producción de la Deutsche Staatsoper Berlin y dirección escénica de Vincent Boussard, con la Akademie für Alte Musik Berlin dirigida por René Jacobs. En el primero vemos a Agripina (Alexandrina Pendatchanska) rematando la faena de minar la confianza de Popea en Otón: Ho un non sò che nel cor, letra y música traídas de La Resurrezione, estrenada un año antes.

Seguimos con Agripina, cuyas malas artes van por buen camino, y, en un típico de ejercicio de cinismo, ofrece su amistad indestructible a la misma Popea a quién está engañando haciéndola creer que Otón la ha cedido a Claudio a cambio de sucederle: Non ho cor che per amarti, una de las joyas de la colección, que sólo cambia la letra de Se la morte non vorra, de una cantata anterior titulada Qual ti reveggio, oh Dio.

Al poco de iniciarse el segundo acto, Otón (Bejun Mehta), nos confirma que su principal aspiración no es el trono sino lograr a Popea: Más deseo a la bella que adoro que la corona y el poder, Coronato il crin d’alloro.

Nerón (Jennifer Rivera), que es un panoli absoluto, se cree que ya ha conseguido a Popea sólo porque ésta ha accedido a recibirle en sus aposentos: Quando invita la donna l’amante, otra maravilla.

Cerca de la conclusión, Claudio (Marcos Fink), hecho un lío, le asegura a Popea que va a imponer su ley, que para algo es el emperador: Io di Roma il Giove sono.

Y mañana, mucho más.

Acerca de José Luis

Las apariencias no engañan
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13 respuestas a Agrippina (1)

  1. Allau dijo:

    No insistas, igual como me pasa con Rinaldo, no soporto las óperas con nombre de medicamento.

  2. Mer Ville dijo:

    Pues a mi me has alegrado la última hora de la tarde con los 4 videos. ¡Qué preciosidad el aria que canta J. Rivera y qué bien lo hace! Obrigada.

  3. José Luis dijo:

    Es lo que tiene Handel, el alegrador oficial del planeta. Y estos videos son muy buenos; lástima que no haya más de esta serie.

  4. kalamar dijo:

    Le decía a Marga por el FB 😉 : me gusta la ópera barroca un rato, después me comienza a aburrir, siempre suena igual..si la escena está bien, es dinámica y variada, vale. Me la puse ayer en casa, y bueeeeno, algo pesadita a momentos. Con sus argumentos y tus posts al final me váis a convencer.
    Radigales dice que cal llegir el llibret d’Agrippina abans d’escoltar l’òpera. Un llibret ple de subtileses importants de no deixar-se perdre

    • José Luis dijo:

      A mi nunca me cansa que el Barça meta goles. Si cantan bien, esta colección es magnífica. Pero además, el libreto es sorprendentemente bueno, con lo que yo me las estoy pintando muy felices, amen.

      Supongo que ya conoces la página, pero por si acaso, aquí está el libreto.

    • José Luis dijo:

      Me olvidaba: Como te va a gustar, ves escribiendo 100 veces «No volveré a decir «bueeeeno» de nada de Händel en vano»

  5. Josep Olivé dijo:

    Si ya son bien recibidas las preparaciones, las que se refieren a òperas desconocidas se convierten en todo un lujo que hay que saber aprovechar y por descontado que pienso aprovechar muy bien. Y así es con Agrippina, ópera que encaro con la misma táctica de siempre en òperas de Händel: escuchar sin cesar àrias da capo, una detrás de otra, sin elucubrar sobre sus cualidades dramatúrgicas ni hacerme un lio con el argumento, ni socavar mi cerebro con trascendèncias escènicas. No hay picos, no hay valles, vasta llanura musical. No hay un antes, ni un después, no miro el reloj, estiro las piernas, me hundo en la butaca…y simplemente escucho música por el puro placer de escucharla. Ya puede durar tres como cuatro horas. Allí sigo, inpertérrito. Es Händel. Y me gusta. Y no me aburro nada de nada. Y si los cantantes son buenos, el director también lo es (Bicket), y el director de escena es de los que me gustan (McVicar) ¿qué más puedo pedir?

    • José Luis dijo:

      A la comida la tratamos mejor que a la música. A nadie se le ocurre pedir lo mismo a un aperitivo que a un postre. Estoy contigo. Y lo único que hay que preparar es el asiento, estos videos sólo son para disfrutar por adelantado.

  6. maac dijo:

    Con Agrippina Haendel parece decir: Miren señores, esto es lo que he aprendido hasta aquí y después de haber pasado por italia, una especie de antología, recopilación o resumen que está muy bien, comenzando, como dices, por el libreto. Suerte de poder verla representada.

    • José Luis dijo:

      Sí, es una buena forma de entenderla. Y me parece que, en el Barroco, por poco bien que se repartan los números, un pastiche puede pasar por una ópera nueva sin ningún problema.

  7. Pingback: El poder del amor en las óperas de Handel (1) ® | Ancha es mi casa

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