Familiares:
– ¿Estará muerto?
– Hay que tocarle los pies y ver si están fríos. Al morir, todos tienen los pies fríos.
Buster Keaton, el presunto muerto:
– Juana de Arco no.
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Dido (Dido y Eneas) [Purcell, 1688] – Amargura sin límites.
Cuando yazga en tierra,
que mis errores no causen
cuitas en tu pecho;
recuérdame,
pero, ¡ay!, olvida mi sino.
Ich leb’ allein in meinem Himmel, In meinem Lieben, in meinem Lied!
¡Vivo solo en mi cielo, en mi amor, en mi canción!
(Ich bin der Welt abhanden gekommen. Rückertlieder)
Schöner gehts nicht
No puede ser más hermoso
-◊-
Semele [Handel, 1744] – Agotamiento.
¡Oh, no, demasiado tarde!
Me arrepiento de mi orgullo e impía vanidad.
¡Aún lejos, y sus relámpagos ya me queman,
¡Ah, siento mi vida consumirse!
¡Me quemo, me desmayo, imploro piedad!
¡Oh socorro, oh socorro, no aguanto más!
-◊-
Don Giovanni [Mozart, 1787] – Esto está que arde.
[05:14]
¡Qué insólito pavor
se apodera de mis facultades!
¿De dónde surgen estos
torbellinos de horrendo fuego?
¿Quién me lacera el alma?
¿Quién agita mis entrañas?
¡Qué tortura, ay de mí, qué frenesí!
¡Qué infierno, qué terror!
-◊-
Norma [Bellini, 1831] – ¡Los hijos!
¡Ah! No los conviertas en víctimas
de mi error fatal.
¡Ah! no los trunques, en la flor
de su inocente edad.
Piensa que son tu sangre,
y ten piedad de ellos,
¡ah, padre, de ellos ten piedad!
Padre, ah, padre!
¿Me lo prometes?
¡Ah! ¡Me perdonas!
Tu llanto me lo dice.
No te pido más. Soy feliz.
¡Ah! No te pido más, ah, no.
Contenta subo a la hoguera.
¡Padre, adiós!
Y cuánto daño ha hecho el Casta Diva a Norma…
® Hace diez años: Las últimas tonterías de Millás y Le dernier repas de Brel
Qué preciosos ejemplos de últimas palabras! Excelsos! Y como el título del post acaba con un revelador (1) pues ya estoy esperando al (2) y así me abstengo de colocar algunas palabras finales del mundo operístico en las que estoy pensando y que estoy seguro en el (2), o (3)… nos vas a traer….y si veo que no, pues ya las sacaré yo al final de la serie. 🙂 🙂 🙂
P.S. Totalmente de acuerdo contigo en la cierta impertinencia de Millás para con Lord Byron y Buñuel, e incluso para con el soldadito que seguramente se limitaba a cumplir órdenes. Sus despedidas (las de Byron y Buñuel) me parecen de esa rara belleza que contiene todo lo breve, justo (en el momento y para el momento) y evidente. No tan breve es la deseada despedida de Jacques Brel, pero también, también posee esa rara belleza lo que se explica con tan lujo de detalles de manera tan vivaz y risueña, tan poética y desenvuelta, tan altiva y a la vez serena para lo que esta a punto de suceder.
Altivo es un adjetivo de esos que pronto se habrán perdido, precioso por lo preciso que es. Millás me parece a veces un poeta y a veces un tontaina. Probablemente a él no le importe mucho.
Efectivamente, hay previstas 28 ultimas palabras más, un género muy propio de la ópera. Saldrán por orden cronólogico. Y que grande es ese final de Norma, no?
Es un final sensacional. Y coincido nuevamente contigo: no es la «Casta Diva» lo que más espero, tal vez por ser «demasiado» conocida y que se la encuentra hasta en la sopa. Pero me ocurre algo más grave: nunca ha pertenecido a mis grandes preferencias operísticas. La encuentro algo «lentorra». Entiendo que es impactante, que sorprende en su primera audición, pero poquísimas veces me he dicho…»voy a ponerme la Casta Diva». Considero que hay momentos más bellos en la mismísima Norma, como por ejemplo el maravilloso final que nos traes, o esto tan bellísimo que sigue…
Si, pero lo que hicieron Callas y Caballé con ese aria fué quizás más grande que la misma pieza. Esas dos interpretaciones, la de Callas y la de Caballé contra el viento, sí que las busco a veces.
Es que las interpretaciones también juegan, y mucho…y esas dos, buff… 🙂